Cuando se realizan movimientos repetitivos con la mano y con la muñeca en deportes como pueden ser el tenis, el frontón o el pádel, se pueden llegar a tener molestias importantes, debido a que se puede llegar a producir una inflamación de los tendones que se origina en el codo y se prolonga hasta la mano. Es lo que se conoce como epicondilitis, también llamada popularmente “codo de tenista”. Es un problema de salud que no implica gravedad, pero que sí que puede interferir en la vida de quien lo padece, pues es la causa de un dolor prolongado y muy molesto en todo el antebrazo, que se vuelve más intenso cuando se realizan determinados movimientos de la mano en los que interviene la musculatura extensora como, por ejemplo, coger peso, e incluso se puede producir en reposo. “Suele aparecer con Inicio lento y progresivo de dolor en cara lateral del codo cuando extendemos la mano o antebrazo y al coger pesos”, detalla el doctor José Nebot, traumatólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, Vithas Valencia Consuelo y Vithas Castellón.
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Por qué se produce
“Se produce por una inflamación de la inserción en el epicóndilo de la musculatura extensora y supinadora del antebrazo ya que el uso reiterado de esta musculatura produce un sobresfuerzo que ocasiona daños y microrroturas, con la consecuente inflamación”, cuenta el doctor. “Es una patología con una recuperación lenta y a veces con pocos resultados, que mejora mucho el pronóstico cuanto antes se inicia el tratamiento y se suspenden las actividades que lo generan”, explica el especialista. Además, es sencillo llegar al diagnóstico de dicho problema. “Realmente el diagnóstico es muy fácil solo con la exploración. En este caso las pruebas, no aportan casi información, salvo casos complejos o crónicos”, nos cuenta el doctor, citando uno de las principales complicaciones: la cronificación.
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Cómo se puede aliviar este problema
El experto apunta que es importante tomar medidas en el momento en el que notemos que aparece el dolor, pues si no se previene o no se rehabilita se puede llegar a cronificar. Por eso, una vez que se diagnostica, es importante, según recomienda el experto, “cesar las actividades que lo generan, como deportes de raqueta uso excesivo del móvil u ordenador y algunas actividades laborales. También conviene colocar hielo varias veces al día durante 20 minutos sobre la zona, llevar puesta una cincha epicondilea para atenuar los síntomas y evitar que progresen, e iniciar rehabilitación”, nos explica.
“Ante los primeros síntomas es fundamental acudir a un profesional para evitar que la lesión se haga crónica y llevar a cabo un abordaje inicial. Se realiza un diagnóstico clínico y en el caso de que fuese necesario una resonancia magnética”, comenta el especialista, que detalla que, por lo tanto, el primer abordaje es un tratamiento conservador, que incluye modificación de los hábitos y fisioterapia, pero, en caso de que esto no funcione se puede tratar mediante infiltraciones y en casos extremos con tratamiento quirúrgico. “La técnica más eficaz que aplicamos es la infiltración ecodirigida, es decir, guiada mediante ecógrafo, que nos permite encontrar el sitio preciso de inserción del tendón, donde la inflamación es mayor, para depositar ahí la sustancia empleada en la infiltración, que puede ser un tratamiento antiinflamatorio de depósito o un tratamiento biológico, con plasma rico en factores de crecimiento”, comenta el especialista. Después de abordar la patología, es necesario realizar un tratamiento de rehabilitación.
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El calentamiento, importante
“Además,es clave insistir que antes de la práctica deportiva, es necesario un calentamiento previo, así como los ejercicios de refuerzo de la musculatura y los estiramientos preventivos de la misma. Así, cuando se le exige más de la cuenta, esta musculatura estará preparada para cualquier sobreesfuerzo ante la realización de este tipo de deportes”, detalla.
Nos preguntamos, por último si este problema puede limitar de forma permanente la práctica de ejercicio. “Todo es posible, pero hoy en día con la cantidad de tratamientos que tenemos incluidos los biológicos, como por ejemplo el uso de plasma rico en plaquetas, la posibilidad de una incapacidad de ese tipo disminuye bastante”, finaliza.