Lo primero de todo, por si hay quien aún no lo haya descubierto, queremos saber qué es el miso, y por qué se ha convertido en un alimento popular también en Occidente. “El miso es un alimento fermentado típico de la gastronomía japonesa que se comercializa en forma de ‘pasta’, la cual se emplea principalmente para la preparación de caldos y sopas con beneficios nutricionales. Son las típicas sopas que encontramos en los restaurantes asiáticos”, nos detalla Almudena Trigo, farmacéutica y nutricionista (@almutrigo__).
La experta nos detalla que se elabora a partir de semillas de soja (u otro tipo de cereal) y sal marina, que se somete a fermentación con el hongo koji.
“Es muy importante comprarla sin pasteurizar, pues es la forma en la que mantendremos todo su valor como probiótico”, apunta, y nos confirma que podemos diferenciar diferentes tipos:
- Miso blanco ('Shiro miso'): de sabor suave y fermentación más corta (máximo 1 año). Se elabora a partir de arroz blanco
- Miso rojo ('Aka miso'): de sabor medio y fermentación media (2 años). También se elabora a partir de arroz blanco.
- Miso negro: de sabor intenso y con larga fermentación (3 años)
- 'Hatchomiso': el de sabor más concentrado y el más rico en proteínas, ya que se elabora a partir de soja
¿Por qué se ha convertido en tendencia? La especialista nos cuenta que ha ganado más popularidad debido a la globalización y la posibilidad de acercarnos a los beneficios nutricionales que nos aportan otras culturas y por la importancia de mejorar nuestra microbiota intestinal a través de la alimentación.
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¿Qué propiedades saludables tiene el miso?
1. Alimento probiótico: al incluir la pasta de miso en sopas o caldos, nos mejora la microbiota intestinal y su diversidad. Es clave añadirlo justo antes de consumirlo y no someterlo a demasiado calor o cocción, ya que podemos destruir sus propiedades como probiótico. Esta propiedad nos mejora la inmunidad y la correcta absorción de nutrientes.
2. Mejora la digestión al ser rico en enzimas: favoreciendo la mejor asimilación de proteínas y grasas.
3. Rico en antioxidantes: lo convierte en un alimento genial para prevenir el envejecimiento celular de nuestros órganos.
4. Depurativa: al favorecer la eliminación de toxinas y activar el metabolismo.
5. Rico en minerales como magnesio, calcio y hierro.
6. Mejora la acidez al tener un efecto alcalinizante y neutralizador de ácidos.
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¿Estamos ante un superalimento?
Hay quienes, incluso, lo califican de superalimento, ¿qué opina Almudena Trigo de este calificativo? “Podría efectivamente llamarse así, ya que tiene enormes beneficios y un alto valor nutricional. Sin embargo, no soy muy partidaria de este tipo de calificativos, ya que el éxito en conseguir una buena alimentación radica en el conjunto de nutrientes ingeridos a lo largo del día, su combinación, distribución y adaptación a cada persona particular”, matiza. “No es cuestión de un sólo alimento, que por muy bueno que sea en sí mismo (y el miso lo es), no nos aportará todo lo que necesitamos en nuestros días ni 'enmascarará' a los malos alimentos o consumo de ultraprocesados. Además, toda la alimentación hay que personalizarla y adaptarla a cada persona en el momento de su vida”, recomienda la nutricionista.
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Entonces, ¿lo incluyo en mi dieta?
Teniendo todo esto en cuenta, le pedimos a la experta que nos resuma cuáles son las razones por las que deberíamos plantearnos incluirlo en nuestra dieta. “Podría decirse que es un alimento genial en todas las etapas de la vida. Muy útil en calditos para cenas y súper digestivo. A mí me encanta recomendar alimentos para incorporar en una alimentación variada y equilibrada, pero nunca de un modo exclusivo”, nos sugiere. Y nos resume algunos casos en los que recomienda su consumo:
-Incorpora el miso algunas noches en semana si padeces síntomas digestivos como intolerancias, hinchazones, ardores… dentro del marco de una alimentación antiinflamatoria.
-Si padeces algún problema de tipo autoinmune como celiaquía o Chron.
-Si quieres llevar una alimentación sana y equilibrada cuidando tus defensas y microbiota intestinal.
“Es importante consumirlo con moderación, ya que al ser un alimento probiótico, debemos favorecer que el entorno intestinal se adapte lentamente”, añade.
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¿Un alimento para todo el mundo?
Le preguntamos, por último si lo puede tomar todo el mundo o está contraindicado en algunas ocasiones. En su opinión, “aquellos misos elaborados a partir de la soja no se recomiendan en personas con hipotiroidismo que estén con medicación, ya que la soja interfiere en la absorción del tratamiento. También, evitaría recomendar este tipo de miso a mujeres en tratamiento oncológico con cáncer de mama de receptores de estrógeno positivo, al contener isoflavonas”. Y añade que, además, el miso contiene mucho sodio, por lo que aquellas personas con hipertensión deberían regular su consumo. “Por último, aquellos misos elaborados a partir de cebada no podrían consumirse por personas celíacas al contener gluten”, concluye.
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