El hecho es irrefutable: son muchas las mujeres que sufren picores en su zona íntima. Pero nos planteamos si estamos ante un problema infradiagnosticado, tal vez por el pudor que pueden sentir a realizar dicha consulta. “El picor vaginal es un síntoma muy frecuente en las mujeres, tanto adultas como niñas. Es la causa más frecuente de consulta ginecológica”, nos confirma la doctora Olga Salas, ginecóloga especializada en Patología del tracto genital inferior de Dexeus Mujer.
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Le preguntamos a la especialista cuáles son las causas más habituales que pueden producirnos picor vaginal. “La causa más frecuente del picor vulvar suelen ser las vulvovaginitis, que es la inflamación de la mucosa vaginal, de la piel y la mucosa vulvar. Puede ser debida a una causa infecciosa o bien no serlo”, nos comenta la doctora. Y matiza que la vulvovaginitis suele cursar con eritema o edema, con un incremento de la cantidad de flujo vaginal que cambia su color y también el olor, y esto se asocia a la presencia de molestias a nivel vulvar o vaginal en forma de picor o irritación que pueden exacerbarse en determinadas situaciones, como con las relaciones sexuales.
“Los principales agentes infecciosos causantes de las vulvovaginitis infecciosas son tres: los hongos, la gardnerella y las tricomonas, que se aíslan hasta en el 90% de estas infecciones”, nos cuenta.
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Causa no infecciosa
La especialista añade, además, que una pequeña parte de las inflamaciones vulvovaginales pueden ser de causa no infecciosa, motivadas por:
- Sustancias químicas o tejidos que provocan fenómenos alérgicos locales (espermicidas, ropa interior ajustada, productos de higiene íntima…).
- Factores térmicos.
- Traumatismos (cuerpos extraños…).
- Hormonales (atrofia vaginal por hipoestrogenismo…).
- Factores neoplásicos.
- Iatrogenia o algún tipo de efecto adverso cuando son atendidos en hospitales (DIU, pesarios, productos químicos…)
“Las inflamaciones no infecciosas pueden a la larga favorecer la colonización por gérmenes patógenos, ya que puede facilitar cambios en la microflora vulovaginal y romper el equilibrio existente. La flora vaginal desarrolla una función importante en la prevención de las infecciones del tracto genital de la mujer. Los lactobacilos son los microorganismos predominantes en la flora vaginal normal, aunque no los únicos, cualquier cambio en esta flora puede favorecer el crecimiento o la sobreinfección por otros microorganismos patógenos con la clínica acompañante”, nos explica la ginecóloga.
Y matiza, además, que, en menor porcentaje, también existen las dermatitis de la piel de la vulva: atopía, psoriasis, liquen escleroatrófico, liquen plano... Y con más rareza, puede ser síntoma de cáncer de vulva (en pacientes muy mayores).
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Cómo debemos actuar
¿Cuáles son las recomendaciones principales que debemos seguir para tratar de evitar este picor?
-En primer lugar, deberíamos intentar conocer la causa. En el caso de las vulvovaginitis infecciosas, el ginecólogo a través de la anamnesis y la exploración, conseguirá un diagnóstico y un posible tratamiento. En caso de duda o repetición de los síntomas, se realizará un cultivo vaginal. De este modo, nos aseguraremos de no equivocar el diagnóstico. Cada tipo de germen tiene un tratamiento específico, en forma de óvulos, cremas y/o tratamientos por vía oral.
-Además de tratar la causa, hay unos cuidados básicos a tener en cuenta: ropa íntima de algodón, no uso de protectores (salva-slips), baños de asiento con bicarbonato y dormir sin ropa interior. Es preferible secar esta zona con secador, pero con aire frío. Mejor utilizar ropa holgada mientras duren las molestias.
-Durante el tratamiento y unos días después, deben evitarse las relaciones sexuales.
-En el caso de picor por causa dermatológica, el ginecólogo prescribirá cremas específicas para la enfermedad.
-Si el picor es por déficit de estrógenos, empezaremos con cremas con ácido hialurónico, estas retienen el agua y con ello hidratan la piel. Si con esto no es suficiente, se valorará el uso de tratamientos con estrógenos locales.
La importancia de cuidar la higiene íntima
Tal y como nos confirma la doctora, la higiene íntima es necesaria e imprescindible. “La piel de la vulva debe lavarse diariamente con agua solo o bien con un jabón suave. Deben limpiarse la zona entre los labios vulvares y la zona del clítoris. En cambio, la vagina, no debe asearse. Esta zona se limpia sola, con la exteriorización del flujo vaginal. Las duchas vaginales no son recomendables, a no ser que sean parte de un tratamiento prescrito y por un corto periodo de tiempo. Esta limpieza puede cambiar el PH de la vagina y favorecer las infecciones”, nos detalla, y añade que no deben utilizarse esponjas ni guantes para limpiar la zona genital. No hay que utilizar talco ni perfumes, y tampoco desodorantes. “La limpieza de la zona genital debe hacerse siempre de delante (zona vulvar) hacía atrás (zona anal)”, concluye.