La endarterectomía carotídea, la operación a la que ha sido sometido Boris Izaguirre, en el Hospital Ruber, es una intervención quirúrgica que se realiza para tratar la estenosis o estrechamiento de las arterias carótidas. Sufrir este problema, que se produce por la acumulación de placa en estos grandes vasos, es grave, puesto que aumenta el riesgo de ictus. Así lo comentaba el propio Izaguirre en su perfil de Instagram en el que ha escrito que se sienten "aliviados al saber que han descubierto un problema cardiovascular grave que desconocíamos", y ha agradecido "al doctor Isaac Martinez, al equipo medico y de neurología del Hospital Ruber y a la doctora Marina De la Fuente", por su compromiso y atención.
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¿En qué consiste la endarterectomía carotídea?
Como nos explican los expertos de la Clínica Universidad de Navarra, las arterias carótidas se sitúan en el cuello y son los principales vasos que nutren de sangre el cerebro, por lo que cualquier contratiempo en estas arterias cobra mayor riesgo. Precisamente, la estenosis carotídea es un estrechamiento del vaso por la acumulación de placa aterosclerótica. Cuando esa placa se rompe y se desprende, puede viajar a zonas del cerebro y comprometer su nutrición, provocando disfunción o muerte de neuronas que den lugar a un ictus. Se estima que la prevalencia de esta enfermedad es del 0,5% en personas menores de 50 años y de hasta el 10% en mayores de 80.
Para evitar que esto ocurra, el médico puede recomendar la realización de una endarterectomía carotídea si se presenta un riesgo grave que pueda poner en peligro la vida del paciente. Es decir, si el estrechamiento alcanza el 70% o más. Así como si esta estenosis ha provocado ya un miniaccidente cerebrovascular o un ataque cerebral.
La endarterecomía carotídea es el tipo de cirugía convencional para esta enfermedad de las arterias. Se trata de una operación que se emplea en el 90% de los casos. En ella, se realiza una incisión en el cuello para poder acceder a la arteria carótida y retirar las placas de ateroma. Posteriormente, se reparará con sutura o con un injerto. La intervención suele realizarse con anestesia general.
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¿Por qué se estrechan las arterias?
El Dr. Juan Pastrana, especialista del departamento de Medicina Interna de la CUN y coordinador clínico del chequeo cardiovascular en las sedes de Pamplona y de Madrid, nos explica que es debido a los "llamados factores de riesgo cardiovascular como el sobrepeso, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el estrés o la edad y/o el colesterol LDL que se va acumulando en el endotelio vascular, la capa de la arteria más superficial en contacto con la sangre, formando una placa de ateroma en el interior de la pared arterial. Con el paso del tiempo, y con el depósito de más grasa y colesterol, esa capa se inflama y abomba cada vez más y se hace más frágil, como un grano lleno de pus. Finalmente, la placa de ateroma se puede romper, y al mezclarse las plaquetas de la sangre con el material lipídico e inflamatorio que se había acumulado, se origina un trombo que puede ocluir la arteria y provocar el infarto el infarto de miocardio o el ictus isquémico”.
De ahí que, además de adoptar hábitos de vida saludables, sea recomendable realizarse un chequeo cardiovascular, sobre todo, en mayores de 50 años, que presenten los factores de riesgo clásicos para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares que hemos mencionado. Si bien, como subraya el doctor Pastrana, “está también indicado para los menores de 50 que tengan antecedentes familiares tempranos de ictus o de infarto”, y aunque no presenten los riesgos clásicos.
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Otras técnicas menos invasivas
Pese a que la endarterectomía es la cirugía que se emplea en el 90% de los casos, existen otras intervenciones. Como nos cuenta el Dr. Ignacio Leal, cirujano vascular de la Clínica Universidad de Navarra (sede Madrid), existe una nueva técnica denominada revascularizción transcarotídea (TCAR). Se puede aplicar como alternativa a la cirugía abierta convencional en la base del cuello, la endarterectomía carotídea, y al stent carotídeo mediante punción femoral. “La revascularización transcarotídea se realiza con anestesia local a través de una pequeña incisión en la base del cuello, donde se controla la arteria carótida común. A través de un introductor especialmente diseñado, y un dispositivo de reversión de flujo sanguíneo, se realiza la colocación del stent”, explica el Dr. Ignacio Leal.
“El éxito del TCAR (revascularización transcervical de la arteria transcarotídea) radica en el sistema de protección cerebral y es precisamente esa cualidad lo que marca la diferencia con el resto de tratamientos mínimamente invasivos disponibles", añade el Jefe de Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del hospital Quirónsalud Marbella, el doctor Rubén Rodríguez Carvajal. “El procedimiento puede realizarse con anestesia local, por lo que el paciente está despierto en todo momento. Esta circunstancia es una gran ventaja porque nos permite evaluar y monitorizar de forma continua la función cerebral del paciente”, subraya.
El procedimiento TCAR se realiza a través de una pequeña incisión justo por encima de la clavícula. El cirujano coloca un tubo directamente en la arteria carótida y lo conecta a un sistema que temporalmente dirigirá el flujo sanguíneo lejos del cerebro, para protegerlo de que los desechos peligrosos que puedan desprenderse de la placa de ateroma no lleguen al mismo durante el procedimiento. La sangre fluye a través del sistema y cualquier material será capturado en un filtro fuera del cuerpo. La sangre del filtro es devuelta a través de un segundo tubo conectado por punción a una vena en la parte superior del muslo.
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