En los tiempos que corren, cualquier estrategia que podamos lleva a cabo que nos ayude a cuidar nuestra salud mental es bienvenida. Y es que, tal como reflejan los datos del CIS, el 6,4% de la población española ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma. Es más, el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes indica que España encabeza el consumo mundial de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes. De ahí que, además de las consabidas técnicas de relajación como el yoga, taichi, meditación, así como el ejercicio físico, podemos recurrir a otro tipo de terapias que también nos dan bienestar. En este caso hablamos de la jardinoterapia, una herramienta más para estar mejor.
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Los beneficios de los jardines terapéuticos
Según los expertos de la Asociación Americana de Terapia de Horticultura (AHTA), "los jardines terapéuticos son capaces de reducir el estrés, los síntomas de enfermedades mentales como la esquizofrenia, la demencia, el Trastorno del Espectro Autista, Trastornos del Estado de Ánimo y patologías relacionadas, para mejorar nuestro estado de ánimo".
Además, muchos pacientes experimentan mejoras en el sentimiento de autoeficacia, en el sentido del logro y el éxito y, en el descubrimiento de actividades placenteras y relajantes. Ello permite que las personas desarrollen su propia identidad, salgan de su rol de enfermo dependiente de los demás y se involucren en una ocupación percibida como importante por la sociedad.
Trabajar estos jardines o, simplemente, pasear en ellos tiene un plus: estar al aire libre. Así lo afirman los psicólogos de GrupoLaberinto, quienes recuerdan que "dar un paseo, sentir el aire fresco en la piel y ver la luz del día, nos hace sentir renovadas y descansadas. Solo 20 minutos al día pueden traer grandes mejoras en el estado de ánimo y ayudarnos a afrontar con una mejor actitud el día y la semana por delante".
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¿Por qué los jardines mejoran tu salud mental?
Los jardines como terapia cumplen unas características que contribuyen al cuidado del bienestar de los pacientes o de aquellas personas que quieran mejorar su calidad de vida, nos cuenta Fernando Pozuelo, paisajista y experto en jardinoterapia.
Estimulan los sentidos que producen bienestar: se consigue con el uso de plantas aromáticas como la lavanda, el romero o la santolina, especies que contribuyen a una estimulación del olfato. Además, también se buscan plantas que activen el sentido del tacto, es el caso de las gramíneas, que son plantas más gráciles, más suaves y sedosas y resultan tranquilizadoras.
Son un estímulo para la vista: los colores vivos de las flores resultan llamativos para los pacientes y les pueden transmitir cierto grado de concentración. También a través de las texturas, que a la vista pueden ser agradables, y sobre todo el color verde, que los tranquiliza, no solo a través de las plantas, sino también en cuadros o trampantojos que se pueden pintar en los propios centros.
Nos ayuda a calmarnos su armónico: los jardines terapéuticos están dispuestos de manera que se potencie la interacción con el entorno natural. Suelen estar muy bien organizados y rectilíneos, especialmente, en las zonas de cultivo, y se distribuyen por canteros o por parterres, que tienden a ser bastante ortogonales. Esto se hace para generar diferentes zonas de uso. Una de ellas puede ser una zona para el cultivo, zonas recreativas, donde poder realizar deporte o actividades al aire libre, zonas de paseo o espacios alejados para concentrarse a través de técnicas como la pintura o escultura, incluso una zona de servicio donde se guarde las herramientas que ayudarán en el posterior cuidado del jardín.
Crean rutinas que contribuyen a la salud mental: el cuidado de nuestros jardines se puede considerar como una fórmula curativa en sí misma. Los pacientes pueden realizar actividades con las plantas, como la poda, las escardas a la hora de eliminar las malas hierbas, cosechar, segar… algo que se puede convertir en una rutina, siendo actividades que ayudan a relajarse y encontrar ese momento zen.
Desde GrupoLaberinto concluyen recordándonos que realizar actividades que nos hagan disfrutar y que requieran un alto grado de concentración son ideales para olvidar por un periodo de tiempo nuestros problemas, y así dar un descanso muy necesario a nuestra mente, por lo que la jardinoterapia puede acabar convirtiéndose en lesa vía de escape que buscamos para sentirnos mejor.
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