El síndrome de la impostora o impostor es un problema que sufren algunas personas que no se acaban de creer merecedoras de su éxito. Como nos explica la psicóloga Eva Rodríguez Weisz, de GrupoLaberinto, se trata de un "fenómeno psicológico en el cual la persona tiene la percepción de que es un fraude y de que podría ser una gran decepción para el resto. Se manifiesta especialmente en el ámbito profesional, aunque también en otros como puede ser el familiar o el personal".
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Cualquier persona puede padecerlo. "Se puede dar en personas con mucho éxito: deportistas, artistas, científicos, empresarios, docentes, profesionales de la salud y un largo etcétera, con el factor común de que la persona que tiene el síndrome del impostor tendrá la sensación de que todo lo que consigue no es por mérito propio, sino que lo ha conseguido por causas externas como son la suerte, la casualidad y el hecho de que el resto no se hayan dado cuenta de su “engaño”, temiendo ser descubiertos", añade.
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Causas del síndrome de la impostora
Puede aparecer por diferentes causas, como nos indica la psicóloga:
- Experiencias negativas que han ido generando inseguridad: situaciones de mucha presión, crítica, cuestionamiento o reprobación.
- Historia familiar: se puede dar en personas que vienen de entornos familiares muy exitosos, con alta exigencia, padres con una carrera académica/laboral muy brillante, o comparaciones con hermanos u otros miembros de la familia, produciéndose la sensación de que no se está a la altura respecto a ellos.
- Apego inseguro. Cuando se han forjado vínculos familiares o personales con muchos fallos en las bases de apego, se podría desarrollar un estilo de apego inseguro. Algunos fallos en las bases de apego podrían ser la falta de afecto positivo o la falta de aceptación incondicional.
- Forma de entender el mundo dirigida al éxito/fracaso. Esto suele suceder cuando se ha percibido que la aceptación y el afecto de los demás sólo se consiguen a través del logro. Por ejemplo, cuando a alguien solo se le felicita cuando ha sacado la mejor nota en un examen, al tener un doctorado, al ganar un premio o al ascender en un trabajo, olvidándonos de que el afecto y la aceptación incondicional tienen que darse en su totalidad, aceptando a la persona por ser cómo es desde pequeño.
Todo esto puede dar lugar a una baja autoestima y a una percepción muy negativa de nosotros.
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Depende de nuestro autoconcepto y de lo que los demás nos dicen
Por un lado, el síndrome de la impostora es una percepción que viene de nosotros. Sin embargo, como aclara la especialista, "somos seres sociales por naturaleza y esta percepción también dependerá de los mensajes que hemos ido recibiendo".
Rodríguez Weisz señala que "desde pequeños nos influyen las relaciones e interacciones con los demás en cuanto a entender el mundo y en cuanto a entendernos a nosotros mismos. Si nuestras figuras de apego nos han transmitido desde pequeños seguridad y confianza, será más probable que ante una dificultad nos sintamos más capaces de superarla. No es lo mismo un padre o una madre que suela expresar que está orgullosa de su hijo, que le quiere y que le encanta su forma de ser, a unas figuras que tiendan a ser muy críticas y negativas hacia el niño cuando se comunican con él".
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¿No estás segura si lo sufres? Estas frases te pueden ayudar a sospecharlo
A veces, no somos capaces de identificarnos con un problema psicológico. Qué nos decimos o cómo actuamos nos pueden dar la pista. La psicóloga Eva Rodríguez nos sugiere algunas frases que pueden delatarlo:
- “Me siento como si estuviera engañando a todo el mundo en el trabajo, en realidad no soy tan bueno como creen”
- “Los demás saben más que yo, no entiendo por qué me eligieron en la entrevista”
- “Solo tengo esta posición por suerte”
- “¿Y si descubren que en realidad no sé tanto como creen?”
- “No sé cómo no me han despedido todavía”
- “No soy capaz de hacer las cosas bien”
- “Me siento como si fuera un impostor, creo que voy a decepcionar a todo el mundo”
- “Todavía no tengo suficientes conocimientos”
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¿Cómo evitar sentir el síndrome de la impostora?
Si creemos que lo padecemos, es el momento de tratar de superarlo por nosotras mismas o con la ayuda de un profesional de la psicología, ya que nuestra vida será más plena si creemos en nuestras posibilidades. Estos son los pasos para vencer el síndrome de la impostora:
Identificar que nos ocurre. Si una persona tiene una creencia continua de que no es capaz, de que no es válida e incluso de que es un auténtico fraude, será importante darse cuenta de lo que le pasa y cómo esto le perjudica en su día a día.
Expresarlo con alguien de confianza puede ser de gran ayuda. Hablarlo con una persona con la que se tiene un vínculo seguro podría ser muy constructivo.
Saber cuándo y cómo nos ocurre, es decir, en qué situaciones, ya sea en el trabajo, con la familia, o si es algo generalizado, qué emociones nos genera, por ejemplo: miedo, tristeza, enfado. Conectar con esas emociones será un gran avance.
Acudir a ayuda profesional donde se podrá ayudar a identificar el problema, a procesar experiencias negativas, detectar fortalezas, entrenar la regulación emocional y a trabajar esos fallos de apego desde la aceptación incondicional en terapia, concluye Eva Rodríguez Weisz, de GrupoLaberinto.
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