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Seguro que has oído hablar del aceite de ricino, pero tal vez no tienes del todo claras cuáles son sus propiedades y cómo puedes sacar le partido. El aceite de ricino (ricinus communis seed oil) es, tal y como nos explica Almudena Trigo (@almutrigo__), farmacéutica especializada en dermocosmética y rutinas de tratamiento de piel y Nutricionista Clínico, un aceite vegetal muy conocido por sus usos beneficios. “Es un aceite emoliente que se obtiene de la semilla de la planta Ricinus communis y se lleva usando como aceite de belleza desde el antiguo Egipto”, nos detalla la especialista, que remarca cómo se utiliza desde la Antigüedad.
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© Adobe Stock¿Cuáles son sus propiedades más destacables?
Se pueden destacar, sobre todo, tres: es un aceite emoliente con capacidad antiinflamatoria, antibacteriana e hidratante. “Esto se debe a que es rico principalmente en vitamina E y ácidos grasos (AG) como el ácido ricinoleico: dos componentes esenciales para la salud de piel, pelo y uñas. Incluso se incluye en los productos de limpieza facial formulados en aceite para dejar la piel libre de residuos, limpia e hidratada en la famosa ‘doble limpieza’ facial nocturna”, nos explica la experta.
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¿Cuáles son sus usos más conocidos?
- Revitaliza cejas y pestañas: al aplicarse en máscaras de pestañas de manera tópica. Diría que por este uso es el más conocido y permite aportar densidad a las cejas y fortalecer las pestañas.
- Fortalece y endurece las uñas frágiles al aplicarse de manera tópica, por su contenido en vitamina E.
- Pelo: protege y nutre el cabello seco, dañado y desvitalizado. Por tanto, mejora la calidad del mismo y reduce su fragilidad al aplicarse unas gotitas posterior al lavado. Es muy interesante, ya que restaura las alteraciones ocasionadas por factores externos como el calor de planchas, secadores, lavados agresivos o agentes químicos de tintes.
- Desmaquillante: incluido en los limpiadores faciales formulados en aceite para su aplicación en la doble limpieza nocturna facial.
- Piel: al ser una sustancia emoliente, hidratante y antiinflamatoria, permite mejorar los brotes de dermatitis seborreica, ciertos grados de rosácea y en cicatrización de heridas y regeneración de la piel. Aquí debemos tener especial cuidado y analizar muy bien la piel de la persona, ya que si es con tendencia grasa, este activo estaría menos indicado y sacaríamos menor beneficio.
- Como laxante ocasional o, incluso, purgante en preoperatorios o intoxicación por alimentos: Generalmente se suele combinar con otros componentes para atenuar su sabor desagradable. Es preferible su uso por las mañanas y, muy importante, su uso ocasional: Máximo 20ml al día en personas adultos, para evitar problemas de vómitos o náuseas. En el intestino, se descompone y libera su componente activo: el ácido ricinoleico, con importante poder laxante.
“Mi consejo personal en personas con estreñimiento es empezar una alimentación antiinflamatoria llena de fibra prebiótica en frutas y verduras para estimular el tránsito intestinal, además de grasas saludables y cereales integrales como base. El uso de aceite de ricino se recomendaría con extremo cuidado y bien pautado por un profesional”, comenta Almudena Trigo.
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© Adobe Stock¿Tiene algún tipo de contraindicación en casos determinados?
La experta los resume en los siguientes:
- Embarazo y lactancia.
- Niños menores de 2 años.
- Puede ocasionar ciertas alergias si se aplica tópicamente de manera excesiva, por eso es bueno comenzar con pequeñas cantidades.
- Personas con problemas digestivos.
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¿Cómo debemos usarlo para sacarle un mayor beneficio?
“De manera progresiva y utilizando el más adecuado según recomendación de un profesional farmacéutico o dermatólogo que valore cada caso y dosis de aplicación correcta para obtener éxito en los tratamientos. Es muy importante incluirlo en una rutina de cuidado completa, valorando todo, ya que de nada serviría por ejemplo aplicarnos un aceite de ricino para cejas o pestañas constantemente si tenemos un déficit nutricional en componentes principales de pelo y uñas que necesita alimentación adecuada y suplementación. Por ello, el abordaje 360 de la mano de un profesional es fundamental”, concluye la farmacéutica.
