Todos aspiramos a ser felices. La prensa, la televisión, las redes sociales, la publicidad en las calles o nuestro entorno social y familiar nos envían mensajes que nos invitan al alcanzar la felicidad. Incluso, parece que alcanzar este estado es una obligación. Pero ¿podemos ser realmente felices? Y, sobre todo, ¿la felicidad es duradera? Nos lo aclara Juvenal Ornelas, de Mundopsicologos.com. Comienza explicándonos que "la felicidad es un estado emocional transitorio que se origina en la mayoría de los casos por el logro de una acción o situación, que deseamos obtener. Es efímera, pero debemos de mantenerla siempre activa, con una actitud de búsqueda de buenos momentos y que esos momentos sean continuados en el tiempo", señala. Pero desgranemos qué es la felicidad y por qué necesitamos ser felices.
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¿Qué es la felicidad?
Cuando hablamos de felicidad lo asociamos a momentos de alegría, de gozo, de bienestar. Esa sensación que sientes y que te hace decir 'estoy a gusto'. "Es un estado emocional. Aparece cuando se consigue, por ejemplo, un regalo deseado, una situación anhelada de nuestro cuerpo desde la parte únicamente física a la mental. Entonces se produce una explosión de alegría que se traduce en felicidad"
Pero la felicidad no es algo permanente, sino que se trata, más bien, de un momento. "El día de tu boda, el día del nacimiento de un hijo, son momentos inolvidables que nos llenan sobre todo de gozo". De ahí que el experto en psicología recuerde que debemos buscar esos momentos que nos hacen felices. No solo los nuestros, sino también en grupo, instantes que compartir con los demás, momentos de risas, de bienestar. Ese es el secreto de la felicidad. Ir a la búsqueda de esas situaciones que dejan una huella de dicha en nuestra memoria
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¿Se puede ser siempre feliz?
Como decíamos anteriormente, es casi imposible ser todo el tiempo feliz. O al menos, no está claro que podamos conseguirlo. "Es la eterna duda. Se puede buscar el momento de alegría, pero como todo en la vida, hay instantes buenos y malos, y debemos pasar por ambos estados", indica Ornelas. De ahí que no sea posible, psicológicamente, ser siempre feliz.Sin embargo, "sí se puede vivir realizando actividades y acciones que nos den felicidad", insiste el experto en psicología.
¿Y qué debemos hacer para ello? "El mejor verbo que combina con la felicidad es apetecer. Si lo seguimos diariamente, y podemos ponerlo en relieve, estaremos muy cerca de la felicidad de los pequeños momentos". Por ejemplo, si te apetece pasear y lo enfocas como un rato de premio o regalo, eso también es felicidad. "No siempre debe estar asociada a grandes logros, que también nos hacen felices, sí, pero la búsqueda del detalle diario nos sentará mucho mejor", asegura.
¿Cuál es la diferencia entre felicidad, bienestar y la satisfacción?
Utilizamos estas palabras indistintamente, pero no son exactamente lo mismo, aunque estas sensaciones sí están relacionadas. "Bienestar sería el placer que obtenemos por vivir como queremos y satisfacción es el valor que le damos a nuestros esfuerzos. Ambos conceptos tienen mayor recorrido en nuestra vida que únicamente la felicidad, pero para obtener unos necesitaremos los otros".
Por ejemplo, trabajar en aquello que te gusta y te apasiona te llevará a sentirte diariamente satisfecho, y con ello obtienes un bienestar emocional, psicológico y económico. "Todo ese trabajo si tiene pasión te llevará a momentos de felicidad, por satisfacción del logro tanto para otro como para tu propia persona", detalla.
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¿Qué cosas nos impiden ser felices?
Las cosas que nos impiden ser felices están claramente asociadas a preocupaciones, estrés, expectativas. "Todo lo que se desea, pero no se tiene. Todo lo que se quiere, pero no lo tenemos provoca la infelicidad, que claramente se puede revertir, ya que si dejamos de ocuparnos del error, de lo que no tengo, y comenzamos acciones para obtenerlo, alejándonos de la pasividad y tomando la actividad como motor de todo, se puede cambiar y sobre todo se debe cambiar, es una obligación con nosotros mismos", nos recurda Juvenal Ornelas.
Por ello, como dicen los expertos, hay que ocuparse, y no preocuparse. Y hay que actuar, salir de la zona de confort si es necesario. Que no tiene que implicar grandes cambios. Los pequeños pasos cuentan. Por ejemplo, si quieres ser escritora, pero no lo consigues y eso te frustra, hazte las preguntas: ¿qué haces tú para conseguirlo?, ¿le dedicas el tiempo? Te quejas de que tu trabajo no te lo permite, pero repasa las actividades que realizas en las horas que tienes libres, ¿y si destinaras menos tiempo a ver las últimas series de la plataforma que tienes contratada y distribuyeras el tiempo de otra manera? No tienes por qué dejar de disfrutar de tus programas favoritos, pero quizá puedes repartir mejor y hacer aquello que sueñas.
Por tanto, si lo que quieres es estar bien contigo misma, con las personas que te rodean, alcanzar esos momentos de felicidad, no sentirte frustrada ni preocupada todo el tiempo, reflexiona sobre la conclusión de Juvenal Ornelas, de Mundopsicólogos: "para estar bien, necesitamos menos cosas de las que pensamos. Necesitas buscar el pequeño gesto, el detalle en el día a día, contigo y con los demás. Ser felices es buscar momentos de ayuda y de apoyo a otros y a ti misma. Es buscar sin esperar nada a cambio, sin forzar, solo dejar que la propia acción positiva te lleve a un estado de satisfacción y felicidad. Buscar, en definitiva, momentos para el recuerdo, ese álbum de nuestra vida lleno cada día con un poco de ti, para ti y para los demás". Esa es la verdad de la felicidad.