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glutation© Adobe Stock

¿Qué sabes del glutatión, el antioxidante más potente de nuestro organismo?

Lo produce nuestro propio cuerpo, pero también podemos mejorar sus niveles gracias a la dieta


Actualizado 16 de marzo de 2022 - 15:34 CET

"El glutatión es el antioxidante más potente que produce nuestro propio organismo". Con esta declaración de intenciones nos presenta la farmacéutica Meritxell Martí este activo de gran importancia. "Es especialmente necesario cuando padecemos estrés oxidativo, ya que combate los radicales libres producidos en estas situaciones de estrés, en las que además de radicales libres se producen cambios metabólicos importantes. También es especialmente efectivo frente a las toxinas exógenas, como los benzenos, los metales pesados, pesticidas y otros procedentes de la polución", nos detalla la responsable de Farmacia Meritxell, en Andorra.

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Niveles de glutatión y envejecimiento

La farmacéutica hace especial mención a un hecho: sabemos que existe una relación directa entre el envejecimiento y la disminución de las concentraciones intracelulares de glutatión y viceversa. Por lo que el glutatión es, en cierto modo, una molécula que ayudará a proteger el organismo de toxinas y del daño celular. "Unos niveles correctos de glutatión ayudarán a mantener el sistema inmunológico en buen rendimiento, detoxificar el sistema hepático y a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas. Aunque como comento el glutatión lo “fabrica” nuestro organismo, principalmente el hígado, si por diferentes circunstancias tenemos niveles bajos, se puede suplementar de forma oral y de forma inyectable como preventivo del envejecimiento", nos detalla Meritxell Martí, que añade que el glutatión oral tiene muy poca biodisponibilidad, ya que al llegar al sistema digestivo se degrada antes de su absorción. La forma más estable de esta molécula es la inyectable, ya que de este modo no se ve afectada en el sistema digestivo. "Otra forma de tomarlo y sacarle partido son las cápsulas de Glutatión liposomial, cuyo efecto también es muy beneficioso. La forma liposomial, que va nanoencapsulado en una membrana de lípidos que evitará la degradación, traspasará directamente las membranas del intestino delgado", comenta.

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glutatión© Adobe Stock

 

¿Y se puede obtener mediante la dieta?

La especialista apunta que otra opción es añadir algunas sustancias a nuestra dieta, que son capaces de activar el glutatión o la formación de glutatión por nuestro organismo, entre las que destacan el cardo mariano o silimarina, la N-Acetil cisteína o superoxido dismutasa .

Y nos cuenta que si evitamos la exposición a las toxinas, aumentando la ingesta de alimentos sanos también mejoraremos el contenido de glutatión. Algunos alimentos son fuente natural de glutatión y estos son: carne, pollo, pescado, frutas y verduras frescas, cocidas y crudas. Por otra parte, hay otros alimentos que mejoran su propia síntesis de glutatión, como son el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor, la col, la cebolla y el ajo. Eso sí, la experta apunta que estos alimentos deben ser frescos, ya que si son tratados en la industria, incluso congelados, no tienen esos niveles de glutatión.

Propiedades del glutatión

  • Buen captador de radicales libres. Como apuntábamos, su principal propiedad es que va a actuar como antioxidante, lo que ayuda a proteger el daño celular en el organismo. En las células sanas hay un alto contenido de esta molécula. Mantiene, además, los niveles de vitamina C y E.
  • Ayuda a reducir el daño celular hepático. Hay que tener en cuenta que en algunas ocasiones se han sufrido problemas hepáticos o se está expuesto a un mayor numero de toxinas, como puede ser por un consumo excesivo de alcohol, por un problema de hígado graso o enfermedades en las que se ve afectado el sistema hepático, como es el caso de la hepatitis. En estos casos, el glutatión va a actuar protegiendo y reduciendo el daño celular. Y aún hay más, pues va a proteger también del posible daño hepático que provocan algunos fármacos, como el paracetamol.
  • Mejora la sensibilidad a la insulina. Sabemos que uno de los problemas de la aparición de diabetes tipo II es la resistencia a la insulina. Pues bien, hay estudios, tal y como nos detalla la farmacéutica que nos indican que las personas con resistencia a la insulina tienen niveles más bajos de glutatión en las células.
  • Hay evidencias que apuntan a que en personas que padecen enfermedad de Parkinson, los niveles de glutatión son muy bajos o casi nulos, es por ello algunos estudios proponen un suplemento de glutatión inyectable para mejorar estos síntomas y conseguir subir los niveles.
  • Efecto detox. Protege del daño de las toxinas y neutraliza los efectos de tóxicos químicos y de la polución. Y en casos de un consumo excesivo de alcohol, ayuda a la metabolización de dicha sustancia. De hecho, cuando bebemos demasiado disminuyen los niveles de glutatión y es por ello suben los niveles de acetaldehído, lo que provoca ese malestar general tan característico de la resaca. Si tomamos un suplemento con glutatión, vamos a contrarrestar ese daño y con ello tendremos mena sensación de resaca.

Factores que hacen que los niveles de glutatión estén bajos

Hay distintos aspectos que pueden influir en la disminución de los niveles de glutatión, y, sin duda, el primero que nos viene a la mente es la edad. A partir de 45 años disminuye, y lo hace a mayor velocidad a partir de los 60 años. Pero hay otros factores que también pueden incidir en esos niveles bajos, por ejemplo, no podemos dejar de citar hábitos como fumar, un consumo excesivo de alcohol, medicamentos y algunas drogas. También influyen los factores medioambientales, entre los que se encuentran los rayos UV, la ionización, la polución… Y el estrés oxidativo. En este caso, los niveles de glutatión suelen estar muy bajos y, en consecuencia, estamos más desprotegidos de forma natural de los radicales libres. Esto explicaría, por ejemplo, por qué en situaciones de estrés solemos tener el sistema inmunitario más débil e incluso somos más propensos a padecer cualquier infección. La obesidad es también un factor de riesgo. Debemos tratar de evitar comer alimentos muy grasos. Y, por último, también pueden influir algunas enfermedades, como son la diabetes tipo II, problemas cardiovasculares, problemas renales o degeneración macular.