Vivimos en una sociedad en la que el estrés se ha convertido en un incómodo compañero de viaje. Quien más quien menos vive momentos en los que se siente estresado. Pero, ¿por qué motivos nos estresamos? “El estrés es una respuesta en principio adaptativa, que nos sirve para reaccionar ante posibles peligros puntuales. El problema aparece cuando este sistema de alerta que nos protege se queda encendido demasiado tiempo, bien porque los estresores externos se mantienen, bien porque nuestra manera de interpretar el entorno parte de un exceso de desconfianza y la alerta, ya sea por experiencias anteriores traumáticas o porque mostramos un perfil de personalidad demasiado autoexigente y perfeccionista, muy centrado en el control”, nos cuenta Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos. Y añade que el estrés aparece sobre todo ante situaciones de incertidumbre que consideramos inevitables y no controlables, es aquí cuando hablamos de un estrés que puede cronificarse si las circunstancias no cambian y se mantienen en el tiempo, y sentimos que no podemos defendernos
Nos planteamos, de hecho, si es el estrés uno de los grandes males de nuestro tiempo. “Hoy día existe una presión considerable a ir rápido, a hacer mucho en poco tiempo y a unos horarios laborales muy exigentes, unidos a las responsabilidades familiares y del día a día. Esto unido al momento social e histórico, de pandemia, desastres naturales, guerra en Ucrania, etcétera, qué duda cabe que nos está afectando enormemente”, nos explica la psicóloga.
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¿Hay diferentes tipos de estrés?
La psicóloga nos cuenta que, por un lado, nos encontramos con el estrés de tipo positivo, que tiene que ver con la mejora del rendimiento ante ciertos retos o una presión determinada que no pase de cierto rango, y por otro encontramos con un estrés negativo, en el que la anticipación es tan pesimista que baja el rendimiento.
“El estrés también puede hacer referencia a su duración, pudiendo ser crónico en los casos más graves, debido a trauma; de tipo agudo, cuando aparece puntualmente en situaciones de cambio o exigentes y hay que afrontar ese momento; de tipo agudo episódico, cuando el estrés aparece de forma más o menos recurrente debido a la autoexigencia”, nos cuenta.
¿Cuáles son las causas de que aparezca el llamado estrés emocional?
Uno de los tipos de estrés que podemos padecer es el llamado estrés emocional, que, tal y como nos cuenta Laura Palomares, tiene que ver con las emociones y sensaciones que se tienen en circunstancias de presión o que nos ponen en alerta. “En ocasiones, aparece ante circunstancias de cambio o incertidumbre que lo justifican, y en otras porque hay una marcada autoexigencia y necesidad de que todo esté controlado”, nos cuenta.
Y añade que las personas con este perfil viven anticipándose al futuro, por miedo a que algo salga mal o conlleve sufrimiento, lo que paradójicamente les mantiene en él. “Suelen sentir inseguridad e indefensión, sin ser conscientes de que la mayoría de las veces tienen recursos más que suficientes para afrontar. La baja autoestima, y en ocasiones experiencias negativas anteriores, ya sea por acumulación o por trauma, genera un exceso de hipervigilancia o alerta ya aprendido del sistema nervioso, concretamente con la activación prácticamente automática del sistema nervioso simpático, relacionado con la preparación para la lucha-huida”, detalla.
Así, cuando el estrés es excesivo y mantenido en el tiempo, da lugar en ocasiones a una hipoactivación por colapso, lo que puede hacer que pase desapercibido, ya que siempre lo asociamos a agitación e hiperactividad.
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¿Cómo se manifiesta el estrés emocional?
-Se manifiesta a menudo con emociones relacionadas con el miedo y la angustia, sentimientos de indefensión y baja motivación.
-También aparecen síntomas relacionados con la ansiedad, bajo estado de ánimo, depresión, agitación, dificultad para concentrarnos, pensamientos catastrofistas de anticipación, dificultad para conciliar el sueño, desmotivación, irritabilidad y muy a menudo con somatizaciones estomacales, migrañas, dermatitis, etc.
-Además, los sistemas inmunológico, cardiovascular y endocrino se pueden ver afectados, si el estrés se mantiene mucho tiempo.
Cómo afrontar el estrés emocional
¿Qué consejos daría la psicóloga para tratar de gestionar este estrés emocional? Los resume en los seis siguientes:
- Es fundamental, en momentos de estrés, priorizar los vínculos y las relaciones personales, ya que conllevan sensaciones agradables, de seguridad y apoyo, además de que favorecen la segregación de oxitocina, la hormona del amor y el bienestar, que va a contrarrestar los efectos inflamatorios y nocivos de un exceso de cortisol, la hormona del estrés.
- Dar espacio al ejercicio físico, sobre todo en la naturaleza, a momentos de ocio y autocuidado, ayudará a ir bajando progresivamente el estrés.
- Aprender a identificar los pensamientos excesivamente negativos, que mantienen la alerta, para reestructurarlos y ajustarlos, de forma realista y constructiva, empezará a bajar muchas de las emociones y sensaciones físicas del estrés.
- Entender que no podemos controlarlo todo, y que hay que dejar espacio a la incertidumbre.
- Hablarnos de forma amable y sin juzgarnos, entendiendo que no somos perfectos. Un dialogo interno de apoyo, es fundamental para una buena autoestima y para afrontar las dificultades de manera positiva.
- Si vas muy rápido, ralentiza todo lo que puedas tus movimientos, verás cómo pasado un primer momento de activación, empiezas a calmarte y baja la sensación de estrés.
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