chica comida vegetariana

Para conocer la verdad sobre los probióticos no te pierdas lo que nos cuenta una experta

Te explica si son tan importantes en tu dieta


10 de marzo de 2022 - 15:07 CET
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Escuchamos que los probióticos son buenos para la salud y que los yogures son los alimentos que nos aportan estos 'bichitos' que cuidan de nuestra microbiota. Pero, ¿ciertamente es así? ¿Si comemos fermentados obtenemos la suficiente cantidad de probióticos que nuestro intestino necesita? Se lo hemos preguntado a la Dra. Olalla Otero, que acaba de publicar el libro 'El revolucionario mundo de los probióticos' (Ed. Alienta) y quien nos explicará qué son, para qué sirven y cómo debemos consumirlos. 

Los probióticos son microorganismos vivos que, en las cantidades adecuadas, confieren un beneficio para nuestra salud. Para emplear un probiótico con fines terapéuticos, lo que llamamos microbioterapia, debe tener una cantidad mínima de microorganismos, tenemos que saber de qué cepa probiótica se trata y de dónde se ha obtenido. Existen probióticos de derivación humana, otros cuyo origen es bovino e incluso procedente de suelos. Como cabe esperar, los probióticos humanos se adaptan mejor a las condiciones de nuestro intestino.

Probióticos: Incorpóralos a tu dieta diaria y descubre sus beneficios

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¿Y los prebióticos?

Los prebióticos son, por decirlo de un modo sencillo, el alimento de nuestra microbiota. Se trata de componentes de los alimentos que nosotros no digerimos, pero son aprovechados por nuestra microbiota favoreciendo el crecimiento de microorganismos beneficiosos y gracias a los cuales se producen sustancias interesantes para nuestra salud. La fibra fermentable que encontramos en muchos alimentos de origen vegetal es uno de estos compuestos prebióticos. Pero también los polifenoles que contienen algunas frutas, verduras, el té, el cacao o el aceite de oliva.

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¿Qué tipo de probióticos hay?

La mayor parte de los microorganismos probióticos que se emplean son bacterias, como lactobacilos y bifidobacterias, y alguna levadura. Pero existen muchas especies distintas dentro de estos grupos y multitud de cepas. Nos podemos encontrar, por tanto, con cientos de probióticos diferentes y será necesario conocer las utilidades de cada uno para poder hacer la elección adecuada en cada caso.

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¿Y prebióticos?

Dentro de los prebióticos se diferencian distintos tipos por un lado están los llamados carbohidratos accesibles a la microbiota como el almidón resistente, los betaglucanos, la inulina, los mucílagos o las pectinas. Los compuestos fenólicos o los ácidos grasos omega-3, también podrían clasificarse como prebióticos pues son empleados por nuestra microbiota de forma específica y esto confiere un beneficio para nuestra salud.

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Además del yogur, ¿qué otros probióticos hay?

Aunque de forma coloquial se llama probióticos a los alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, la kombucha, etc. no deberían denominarse así. Ya que no cumple con la definición que dan los expertos. Si bien algunos alimentos fermentados pueden contener microorganismos vivos, no se conoce exactamente la cantidad o esta es insuficiente, tampoco sabemos las cepas concretas y, en la mayor parte de los casos, no se ha demostrado un efecto beneficioso de esos microorganismos en nuestra salud. Esto no significa que dentro de una dieta equilibrada incorporar alimentos fermentados no sea muy saludable, porque así es.

Cuando hablamos de probióticos para realizar una intervención terapéutica estamos ante probióticos nutraceúticos. Que deben cumplir con las características antes mencionadas: estar vivos, en una cantidad suficiente, conocer el microorganismos y sus beneficios.

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¿Cómo actúan en nuestro organismo los probióticos?

La acción que llevan a cabo los microorganismos probióticos dependerá de la cepa que seleccionemos. Unos nos interesan por su capacidad para protegernos frente a patógenos, otros porque producen vitaminas, moléculas con acción antiinflamatoria u otras sustancias beneficiosas. También pueden ayudarnos a mejorar la función de barrera del intestino, algunos ejercen una comunicación con el sistema inmunitario y otros serán útiles para modular el eje intestino-cerebro. Esto solo son algunos ejemplos de las acciones que pueden llevar a cabo estas minúsculas herramientas, los probióticos.

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¿Cuáles son las fuentes de prebióticos?

El almidón resistente se encuentra en la patata, la yuca, el boniato o el plátano verde. Contienen betaglucanos las setas, la avena y las algas. Y tanto las pectinas, las mucinas como la inulina son abundantes en distintas frutas y hortalizas

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¿Cómo debe ser tu dieta para obtener probióticos y prebióticos?

Si queremos alimentar bien a nuestra microbiota y que cumpla con todas las importantes funciones que lleva a cabo en nuestro organismos debemos seguir una dieta rica en alimentos prebióticos y antiinflamatorios. Para ello, debemos incluir variedad de verduras y frutas, también setas, grasas saludables y proteínas de calidad.

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¿Hay que tomar suplementos?

Si tenemos un importante desequilibrio de la microbiota, o disbiosis, puede no ser suficiente con seguir una dieta equilibrada para corregirlo. En esos casos, emplear suplementos probióticos con cepas específicas, resulta de gran ayuda para recuperar el equilibrio microbiano.