Desde que hace ya dos años el virus SARS-CoV-2 llegó a nuestras vidas, los científicos no han parado de buscar explicaciones a su transmisión, su forma de actuación, a por qué hay personas que desarrollan inmunidad y no se contagian, mientras que hay otras que, por el contrario, enferman de gravedad. Y algunas de esas investigaciones ponen el foco en la microbiota y su relación con infecciones como la COVID-19. Así, en un estudio realizado por expertos del departamento de Microbiología de la Universidad China de Hong Kong, se buscó la relación entre el microbioma intestinal y la gravedad de la enfermedad en pacientes contagiados, así como si los posibles cambios en la composición del microbioma, en caso de haberlos, se resolvían una vez que se solucionaba la infección por el virus SARS-CoV-2. El estudio llegó a la conclusión de que los pacientes con COVID-19 presentaban una composición del microbioma intestinal significativamente alterada en comparación a las personas sin enfermedad.
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Una microbiota debilitada
Partiendo de esta base, le hemos preguntado a la experta en nutrición Elisa Blázquez sobre ese vínculo entre la alteración de la microbiota intestinal y la COVID persistente. “Existe relación con todo proceso inflamatorio y con la reacción que tiene nuestro organismo a cualquier infección, no solo la COVID”, nos cuenta. Y es que, tal y como nos explica, la microbiota se encuentra en todas las mucosas del cuerpo y es nuestra primera línea defensiva. Existen bacterias inmunomoduladoras capaces de interactuar con nuestra inmunidad en el control de la inflamación. “En consulta estudiamos el perfil de la microbiota de nuestros pacientes con estudios de microbioma en heces, es común ver que una persona con una microbiota debilitada es más propensa a tener síntomas más agudos de la enfermedad y también observamos que la propia microbiota se ve alterada después de la infección. A su vez, los antibióticos y otros fármacos como antivirales, tratamientos con corticoides, etc. debilitan aún más nuestra microbiota protectora”, nos detalla.
Pero es que, aún hay más: es importante también, tal y como explica Elisa Blázquez, hay que destacar que existe una microbiota pulmonar que influye en la protección de su epitelio y mucosas y que su alteración se ha relacionado con una mayor predisposición a la inflamación en las vías respiratorias.
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Estudios de la microbiota
Por todo ello, tal y como nos explica la experta, la importancia de realizar estudios de microbiota en medicina preventiva es una herramienta muy útil para asegurar una inmunidad que responda eficientemente, mejorar nuestra nutrición y el perfil metabólico del paciente.
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¿Cómo saber si mi microbiota está debilitada?
“Lo vemos comúnmente en personas con clínica digestiva de todo tipo (estreñimiento, colon irritable, diarreas, hinchazón, gases, etc.) y también es importante analizarla si consumimos fármacos, en enfermedades autoinmunes, patologías de la piel, en alergias, asma y en personas que sufren astenia y fatiga con facilidad”, nos cuenta.
Si has tenido la COVID-19
Elisa Blázquez recomienda que durante la infección por la COVID-19 es interesante consumir suplementos de probióticos con cepas resistentes capaces de llegar al intestino y colonizar. También llevar una alimentación rica en fibras prebióticas y almidón resistente para alimentar a las cepas inmunomoduladoras.
“Alimentos interesantes durante el proceso son el kefir y el miso para aumentar la cantidad de alimentos probióticos. También recomiendo evitar ultraprocesados, harinas refinadas y azúcar”, nos sugiere la nutricionista.