Hoy, 8 de marzo, es un día marcado en el calendario, por celebrarse el Día de la Mujer. ¿Pero cuál es el papel de la mujer en estos años complejos y llenos de cambios que nos ha tocado vivir? Se ha avanzado, no cabe duda, en materia de igualdad, pero lo cierto es que todavía queda mucho camino por recorrer. Y es que no podemos olvidar la brecha salarial entre hombres y mueres, los problemas de conciliación, la precariedad laboral… Con la ayuda de los expertos de Psicopartner, te resumimos las 9 claves de lo que supone ser mujer en el siglo XXI, desde el punto de vista de su papel en la sociedad y de la psicología.
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1. Objetivo, poner fin a los estereotipos
Una de las claves es que se tienden a romper los estereotipos de género poco a poco, ese conjunto de creencias compartidas por la sociedad acerca de lo que se espera del hombre y de la mujer, por ejemplo las conductas y roles que tienen que asumir cada uno de ellos. Así, la mujer va ejerciendo su derecho de ocupar roles en la sociedad que van mucho más allá de los tradicionales, vinculados con tener hijos y cuidar de ellos y de su familia. Poco a poco, se intenta romper esos llamados “techos de cristal” que limitan a la mujer y que la llevan a un proceso de infravaloración que la sociedad (ni hombres ni mujeres) debería permitir.
2. Hacia la corresponsabilidad
Y debido a este cambio que poco a poco va tomando forma, se produce un cambio también en la familia y en toda la sociedad. Aparece una
corresponsabilidad en la pareja y una igualdad en el trato y en las tareas.
3. ¿Mujeres 'todoterreno'?
Pero, de la misma forma, la mujer ya no está solo relegada al cuidado de la casa y los hijos, pero aparece otro problema: surge el estereotipo inverso, el de las mujeres “todoterreno” que tienen la idea equivocada de que están forzadas a conciliar la vida familiar y tener éxito laboral, ser emprendedora, exitosa y buena madre. Una situación compleja, pues lo más normal es que no se llegue a todo, o si se llega, sea pagando un precio.
4. Compatibilizar trabajo y cuidado de los niños
Este es uno de los principales problemas. “Educar y cuidar a los hijos es una tarea importante, ardua y exigente, que requiere presencia. En multitud de ocasiones, la mujer se ve forzada a “cojear” en alguno de sus roles ante la imposibilidad de funcionar a dicho ritmo”, comentan los expertos.
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5. Lidiar con el sentimiento de culpa
Como decíamos, uno de los problemas con los que puede encontrarse la mujer de hoy en día es el sentimiento de culpa y el estrés, como precio a pagar por intentar llegar a todo. Esto no es sino el fruto de vivir con la exigencia de un rendimiento muy superior al saludable que puede provocar multitud de problemas físicos y mentales, como ansiedad y/o depresión.
6. ¿Realmente buscamos esa conciliación?
“Al final no se trata de buscar la conciliación entre la vida laboral y familiar, sino preguntarse si una misma busca esa conciliación o no. Muchas mujeres no desean ser madres, ni tampoco emparejarse con hombres. Aunque esta asimetría con respecto a los instintos y caminos de la especie tampoco va exenta de complicaciones físicas, psicológicas y sociales”, apuntan desde Psicopartner.
7. Conocernos mejor
Por eso, uno de los retos que plantean es reflexionar sobre nuestros valores personales, haciéndose esta pregunta: ¿Hacia dónde se quiere ir? “En ocasiones, condicionamos nuestro modo de vida en base a la aprobación de los otros, la evitación del rechazo o de sentimientos desagradables como la culpabilidad, la tristeza o la angustia. El autoconocimiento y la clarificación sobre los propios valores nos permite conducir nuestra vida y dotarla de sentido”, cuentan.
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8. Toca priorizar
Y, claro está, una de las alternativas más recomendables es priorizar, teniendo en cuenta que las necesidades van cambiando a lo largo de la vida. Por este motivo, es indispensable conocer nuestras prioridades, organizarnos y esforzarnos por alcanzarlas.
9. Valorar si hay que hacer cambios
Y junto con el establecimiento de prioridades, también es momento de revaluar, corregir y enderezar. “Muchas veces en la vida, hay que parar y analizar a donde nos dirigimos por muy incómodo que esto sea. Evitar o postergar esta valoración no nos ayudará a sentirnos más satisfechos. Para alcanzar una vida plena, libre de ansiedad y culpa es fundamental observar los pasos recorridos y retocar el rumbo si fuera necesario”, concluyen.
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