Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos padecido un dolor de cabeza. Pero hay distintos tipos de dolor, por lo que es importante saber diferenciarlos para abordarlos de la forma más eficaz posible. ¿Qué síntomas, nos alertan de que podemos padecer una cefalea tensional? “La cefalea tensional es un dolor de cabeza muy común que se manifiesta por un dolor opresivo y continuo generalmente en la parte posterior de la cabeza, en la nuca, aunque también se puede presentar en la frente o en toda la cabeza, a menudo es percibido como más molesto que intenso. El paciente lo suele describir como un casco o una diadema que le oprimen la cabeza. Puede asociarse a dolor y contractura en el cuello”, nos comenta el doctor Esteban Peña Llamas, neurólogo de la Unidad de Trastornos del Movimiento en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
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Diferencias con otros dolores de cabeza
Otra de las dudas que podemos plantearnos es en qué se diferencia este tipo de dolor de cabeza de otros, especialmente de la migraña. “La migraña, que es otra de las cefaleas más frecuentes, suele ser un dolor de cabeza mucho más intenso, a menudo afecta sólo a media cabeza y suele concentrarse alrededor del ojo o en las sienes. Es pulsátil y puede ir acompañado de vómitos. También es frecuente que moleste la luz, el sonido y que empeore con el ejercicio físico. En la migraña pueden aparecer trastornos visuales muy característicos llamados auras, en la cefalea tensional estos trastornos visuales nunca aparecen. Por último, en la migraña es frecuente que haya historia familiar de cefalea lo cual es raro en la cefalea tensional”, cuenta el especialista.
Y señala que, por otro lado, hay que prestar especial atención a aquellos dolores de cabeza muy intensos o explosivos, que despiertan por la noche, que empeoran cuando estamos tumbados o cuando hacemos un esfuerzo y que se asocian a síntomas neurológicos tales como confusión, pérdida de fuerza en alguna extremidad o trastorno del lenguaje. “En estos casos puede haber una lesión cerebral subyacente y hay que consultar al médico cuanto antes”, detalla.
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¿Por qué aparece?
Si nos planteamos cuáles son las causas que provocan este tipo de dolor de cabeza, el especialista detalla que la palabra “tensional” hace referencia tanto a tensión muscular como a la “tensión” o estrés de la vida cotidiana, que son las causas de la cefalea tensional. “Las malas posturas en nuestras actividades cotidianas, los sobreesfuerzos, el estrés y la falta de sueño pueden derivar en una sobrecarga muscular, sobre todo a nivel del cuello y hombros, que desarrolla puntos dolorosos en los músculos llamados ‘puntos gatillo’, una acumulación crítica de estos ‘puntos gatillo’ desencadena la cefalea tensional”, nos dice.
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¿Cuánto dura?
El neurólogo nos explica que la cefalea tensional suele ser episódica, es decir que ocurre por episodios ocasionales que no suelen durar más de uno o dos días, a veces más. No obstante, si no se atiende convenientemente a las causas que la provocan, el cuadro puede acabar en una cefalea tensional crónica, con dolores de cabeza diarios o casi diarios, una entidad muy molesta e incapacitante. ¿Cómo hay que tratarla? “En el caso de la cefalea tensional episódica el tratamiento se basa en analgésicos y relajantes musculares. El tratamiento de la cefalea tensional crónica es más complejo y puede requerir tratamientos farmacológicos durante largos períodos de tiempo e incluso rehabilitación cervical”, comenta.
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¿Se puede prevenir?
Los hábitos de vida saludables son fundamentales para prevenir la cefalea tensional. El doctor explica, por ejemplo, que hay que cuidar la columna cervical. “Para ello son muy importantes las posturas adecuadas mientras trabajamos o estudiamos, así como en las tareas del hogar o en los momentos de ocio como por ejemplo cuando vemos la televisión, jugamos con las videoconsolas o consultamos móviles o tabletas”, recomienda. Y explica que hay que procurar evitar posturas forzadas de cuello en los trabajos y actividades que requieran esfuerzo físico. “Para actividades más sedentarias es importante adaptar el entorno de trabajo, una buena silla nos puede evitar muchos problemas, también una adecuada colocación de las pantallas, teclados y ratones de los ordenadores. La mesa a una altura adecuada es fundamental”, apunta haciendo relación a la importancia de la higiene postural.
Además, cuando hacemos ejercicio físico es importante practicarlo con moderación y dirigido por profesionales, calentar bien el cuello antes y hacer ejercicios de estiramiento después. “Un descanso nocturno de duración suficiente y reparador es también muy importante para prevenir la cefalea tensional”, explica. Y, por último, todo aquello que contribuya a disminuir el estrés diario ayudará al control de la cefalea tensional, desde las técnicas de relajación a la ayuda psicológica profesional si es necesaria. El trabajo es muy importante pero también lo es aprender a desconectar con momentos de ocio y de descanso.
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