La ansiedad es una emoción natural que todos podemos tener en mayor o menor grado. La experimentamos como una emoción negativa que surge cuando percibimos una amenaza.
Como nos explica la Dra. Inés López-Ibor, especialista en psiquiatría y catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, "la ansiedad es un sentimiento normal que surge cuando existe una amenaza, pero también es un síntoma que aparece en muchas enfermedades, y en ocasiones, se convierte en un trastorno en sí mismo. En cualquier caso, si es importante y nos limita en la realización de nuestras actividades de la vida diaria es necesario diagnosticarlo y poner un tratamiento adecuado. Lo mismo que hacemos con el dolor, por ejemplo".
Por ello, hay que identificar aquellas señales que pueden alertarnos de que sufrimos ansiedad. Repasamos algunos de los más comunes y otros menos conocidos.
Preocupación excesiva
Uno de los síntomas más comunes de un trastorno de ansiedad es la preocupación excesiva. Esta preocupación tiene que ser grave e intrusiva y afectar a la capacidad para concentrarse y realizar, no solo las tareas diarias, sino también una amplia gama de eventos. Además, aparece de manera automática sin que prácticamente nos demos cuenta, escalando rápidamente el nivel de preocupación.
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Perdida de memoria
Existen síntomas cognitivos que pueden asociarse a un estado de ansiedad. Por ejemplo, la pérdida de memoria. "La mayoría de las personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad generalizada reportan la dificultad para concentrarse. Algunos estudios muestran que la ansiedad puede interrumpir la memoria funcional, un tipo de memoria responsable de retener información a corto plazo".
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Fatiga
Otro de los síntomas que podríamos asociar a la ansiedad es la fatiga o agotamiento. Contrariamente a lo que mucha gente piensa, las personas que sufren ansiedad no están permanentemente activas. De hecho, estar constantemente preocupado o alerta produce un agotamiento que puede repercutir en el rendimiento a lo largo del día. "Fatigarse fácilmente puede ser otro síntoma potencial de padecer ansiedad generalizada. La fatiga puede ser una señal de un trastorno de ansiedad si va acompañada de preocupación excesiva. Sin embargo, también puede indicar otros trastornos de salud", comenta la Dra. Lopez-Ibor en su Guía para Convivir con la Ansiedad.
Dificultad para tomar decisiones
La ansiedad puede producir problemas para conciliar el sueño o que este no sea reparador. Una señal de que nos puede estar sucediendo esto, además del cansancio, es la dificultad para tomar decisiones. Cuando no se descansa lo suficiente, la concentración, la agilidad mental, la capacidad de procesar la información y la toma de decisiones se ven afectadas, nos explican desde Cigna.
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Cambios de humor e irritabilidad
La mayoría de las personas con trastornos de ansiedad también experimentan irritabilidad excesiva, especialmente cuando su ansiedad está en su etapa más crítica. Dado que la ansiedad está asociada a una alta agitación y preocupación excesiva, no es sorprendente que la irritabilidad sea un síntoma común. Pero, además, la ansiedad sumada a los problemas para dormir bien pueden ocasionar cambios en el estado de ánimo. Así lo señalan diversos estudios que se puede dar una reducción en las capacidades de regulación emocional. Esto puede desencadenar una sensación de ‘montaña rusa’ emocional, donde tras periodos de euforia se pasa a un estado de tristeza profunda.
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Bruxismo
La tensión muscular está fuertemente vinculada a la ansiedad. Esta se puede manifestar en todo nuestro cuerpo en forma de contracturas o en problemas dentales. Y es que la tensión añadida que el estrés ejerce sobre los músculos puede llevar a apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria, apunta el Dr. Khaled Kasem, jefe de ortodoncia de Impress. El problema es que la mayoría de las personas no se dan cuenta de que lo hacen, ya que suele ocurrir durante la noche, cuando el resto del cuerpo está relajado y durmiendo. Hay que comprobar varias veces al día que los dientes no están apretados. Si notas astillas o bordes afilados o aplanados en tus dientes, dolor de oído constante o dolores faciales inexplicables, puede que estés sufriendo bruxismo. Además de tratar la ansiedad, debes contactar con el dentista para evitar las consecuencias del bruxismo.
Boca seca
También conocida como xerostomía, se produce cuando no se produce suficiente saliva. Se ha demostrado que el estrés, la ansiedad y la depresión disminuyen la producción de saliva y pueden dejar la boca reseca y rasposa, sobre todo por la noche. "Cuando alguien se siente ansioso, parte de su sistema nervioso simpático se potencia. Esto desencadena efectos por todo el cuerpo, entre ellos: pulso acelerado, palmas sudorosas, manos temblorosas y boca seca", indica Inés López-Ibor. Para reducir esta situación, es importante beber mucha agua y asegurarse se utiliza enjuague bucal sin alcohol. Si la xerostomía se produce más allá de los periodos de estrés, hay que buscar la causa.
Ataques de pánico
Un tipo de trastorno de ansiedad, llamado trastorno de pánico, está asociado con ataques de pánico recurrentes. Los ataques de pánico producen en quien los padece una sensación de miedo intensa y abrumadora que puede llegar a ser incapacitante. Este miedo extremo suele estar acompañado por ritmo cardíaco rápido, sudoración, temblores, falta de aliento, presión en el pecho, náuseas y miedo a morir o perder el control, indica la Dra. Inés Lopéz-Ibor en su guía para entender la ansiedad que ha elaborado junto al equipo técnico de Lasea.
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Problemas de tránsito intestinal y dolor
La ansiedad, como decíamos, se pueden manifestar en forma de síntomas físicos y las molestias gastrointestinales, las náuseas, vómitos, distensión abdominal, cambios en el tránsito intestinal como periodos de estreñimiento y diarrea se encuentran entre las señales que podrían alertarte de que sufres este trastorno. En cualquier caso, si es algo que se mantiene en el tiempo, debes consultarlo con el médico, además de tratar el problema de ansiedad si lo padeces.
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Obsesiones
Por ejemplo, por la limpieza, por el orden, por el trabajo... Hay una diferencia entre el perfeccionismo como afán de superación personal y la obsesión. Cuando el perfeccionismo se apodera de nuestra vida y afecta a nuestras relaciones con los demás o con nosotros mismo, podría ser un síntoma de estrés y ansiedad. Los miedos irracionales y las fobias también son un signo de ansiedad. Por ejemplo, a los espacios cerrados, a las alturas, a sufrir alguna lesión, etc.
Tiene tratamiento
Como afirma la experta, la ansiedad se puede tratar. Es un trastorno que debe ser diagnosticado por un especialista, eso sí. Hay distintos grados dentro de esta patología, y por tanto, hay diferentes tipos de tratamiento que responden a las necesidades de cada uno de ellos. Hay que tener muy claro que en todos los casos hay un tratamiento, bien sea a través de terapia psicológica llevada a cabo por un profesional cualificado (especializado en atención clínica), o a través de medicamentos. Igualmente, siempre es aconsejable llevar una vida sana con buenos hábitos. Comer sano, hacer deporte y dormir bien, son claves para conseguir que los tratamientos adoptados sean más eficaces.