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Conocida como “el ginseng siberiano”, la rhodiola es una planta de la familia de las Crassulaceae que crece espontáneamente en las zonas montañosas del norte de América, Asia y Europa. “La parte medicinal utilizada de esta planta es la raíz”, tal y como nos cuenta la farmacéutica Luz García Toro, directora de comunicación de los laboratorios Arkopharma. Pero, ¿cómo podemos sacarle partido? ¿Cuáles son sus beneficios para nuestra salud? “Es una planta con propiedades adaptógenas (este concepto se relaciona con la capacidad de normalizar las funciones del cuerpo y favorecer la adaptación del organismo a situaciones de estrés). Tradicionalmente se ha utilizado como tónico en general y para sobrellevar el frío de las zonas Siberianas”, nos cuenta. Y añade que la Agencia de Seguridad Alimentaria -la EFSA- contempla entre sus declaraciones, que los complementos alimenticios a base de raíz de Rhodiola ayudan al organismo a adaptarse al estrés emocional y al esfuerzo físico, así como a disminuir la fatiga mental.
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Sus beneficios
Así, la experta nos cuenta que los estudios han demostrado la eficacia de la rhodiola sobre la función física y cognitiva, a diferentes niveles:
1.- Mejora del rendimiento físico y mental en situaciones de fatiga, así como la capacidad de trabajo.
2.- Disminución de la intensidad de la fatiga tras la práctica de un ejercicio físico intenso, reduce el período de recuperación y mejora la adaptación circulatoria al ejercicio físico.
3.- Aumento de la percepción visual, la atención y la memoria a corto plazo.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos decir que tradicionalmente esta planta se ha usado para aumentar la resistencia física, la productividad en el trabajo, la resistencia a las altas altitudes como el mareo, fatiga, la depresión o la anemia, así como también en infecciones y desórdenes del sistema nervioso.
“Ayuda a modular los niveles de hormonas de estrés. Cuando la hormona del estrés está demasiado elevada, esta da cansancio o fatiga. La rhodiola previene que los niveles de hormona de estrés sean demasiado elevados”, nos explica la farmacéutica Meritxell Martí.
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© Adobe Stock¿Tiene alguna contraindicación?
La portavoz de Arkopharma nos aclara que no se han descrito contraindicaciones ni interacciones hasta la fecha. Eso sí, puntualiza que las mujeres embarazadas y en período de lactancia, al igual que con el resto de las plantas medicinales, no deben consumirlas sin consultar con su médico. Se recomienda tomar en forma de preparados farmacéuticos (cápsulas, comprimidos, etc…) formulados con extracto de Rhodiola.
¿Se puede tomar durante un periodo prolongado de tiempo?
Una de las dudas que nos planteamos es si está indicada para ser tomada durante un largo periodo de tiempo. “Las plantas medicinales ofrecen un amplio margen de seguridad y podemos establecer tratamientos prolongados, sobre todo cuando se trata de tratamientos crónicos. En general, estos tratamientos se recomiendan un mínimo 2 meses para asegurar su eficacia ya que su efecto es más suave, pero a la vez más prolongado en el tiempo. Se pueden renovar los tratamientos tras un breve período de descanso, por ejemplo, una semana”, concluye Luz García Toro.
