¿Puede nuestro cuerpo ser un buen 'chivato' sobre nuestra alimentación, darnos información sobre si estamos comiendo de forma saludable? Los expertos lo tienen claro: así es. "El cuerpo nos envía señales en forma de molestias que indican que algo no va bien. Hay que buscar el origen de esas molestias y, en muchas ocasiones, está relacionado con nuestra alimentación y estilo de vida", explica María Muñoz Yuste, Nutricionista especialista en pérdida de peso en la Clínica Bmum y miembro del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA).
¿Puede suceder que no demos importancia a estas señales y que pensemos, de forma equivocada, que estamos comiendo de forma saludable cuando no lo hacemos realmente? "Sí, podemos pensar que estamos comiendo bien y relacionar el hambre con ansiedad, el cansancio con la rutina de vida que llevamos y la falta de concentración con la exigencia que requiere el día a día. Pero conviene atender a estas señales para parar y analizar cómo estamos comiendo. Este tipo de situaciones indican que algo no va bien y conviene encontrar el origen para darle una solución y mejorar la calidad de vida", apunta la experta, que nos las resume a continuación.
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1. Cansancio y falta de energía
Todos nos podemos sentir cansados en un momento dado. Lo que no es normal es cuando esto sucede casi a diario. Levantarse por la mañana sin vitalidad o sentir falta de energía durante el día no es normal. Puede ser que haya un déficit de nutrientes derivado de dietas extremas, o una malabarsoción de nutrientes derivada de patologías digestivas como enfermedad celiaca o intolerancia a la lactosa, entre otras.
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2. Dificultad para concentrarse
La falta de concentración está relacionada, según la experta, con diversos factores, pero uno de ellos es el déficit de Omega-3. Este nutriente es un ácido graso esencial para nuestro cerebro, nosotros no lo fabricamos y debemos obtenerlo de la alimentación. Se encuentra en pescado azul como salmón, sardinas, anchoas y también en nueces así como en semillas de lino o chía.
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3. Aumento de peso o dificultad para perderlo
Hay ocasiones en las que la báscula también nos puede indicar que algo pasa. A pesar de comer igual o comer menos cantidad se aprecia un aumento de peso, principalmente a nivel abdominal, o la dificultad de perder peso. Tal y como cuenta la nutricionista, esta es una posible señal de resistencia a la insulina y conviene valorarlo con un profesional.
4. Mal humor e irritabilidad
El triptófano es un aminoácido que regula el estado de ánimo, ya que es precursor de la serotonina, hormona de la felicidad. Partiendo de esta idea, niveles bajos de triptófano provocan altibajos en el estado de ánimo o incluso mal humor. Es es el motivo por el que es conveniente incluir en nuestra dieta legumbres, kéfir, pavo, nueces, frutos rojos, avena, aguacate, semillas de sésamo y chía.
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5. Tener hambre a todas horas
El hecho de tener siempre hambre puede ser debido a la ansiedad o al aburrimiento, pero también puede ser debido a una alimentación deficitaria en grasas buenas (por ejemplo, las que nos aportan el aguacate, el cacao, los frutos secos o el aceite de oliva virgen extra), generada por el interés en tomar todo light o 0% buscando la pérdida de peso.
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6. Inflamación abdominal
Hinchazón abdominal, gases, estreñimiento... ¿te suenan estos síntomas? Son señales, no hay duda, de que algo no va bien. De hecho, la experta nos cuenta que pueden ser consecuencia de intolerancias alimentarias o un desequilibrio en las bacterias intestinales derivado de un consumo bajo en fibra o el uso de antibióticos, entre otros motivos.
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7. Contraer infecciones y resfriados con frecuencia
En invierno aumentan los resfriados. Eso es un hecho. Los virus están ahí y no siempre se puede evitar que nos afecten. Pero la facilidad para contraer resfriados o infecciones de forma frecuente puede estar relacionada con el déficit de determinados nutrientes. Una alimentación variada y equilibrada, así como el consumo de probióticos contribuye a impulsar y fortalecer nuestro sistema inmunológico.
8. Antojos de comida
A veces aparecen por aburrimiento, pero otras veces son una señal de que faltan nutrientes. Tal vez no lo habías pensado nunca, pero, por ejemplo, la necesidad de chocolate puede ser un indicador de que falta magnesio, mientras que la apetencia de pistachos podría indicar un déficit de hierro.
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9. Caída del cabello
Nuestra piel y nuestro pelo también son indicadores de que puede haber un problema en nuestra dieta. Por ejemplo, la fragilidad y caída del cabello se produce por estrés, cambios de estación o déficit de nutrientes. Conviene poner atención a alimentos como las zanahorias, espinacas, huevos, pescado azul, levadura de cerveza y luz solar para la síntesis de vitamina D.
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10. Dolor de cabeza
Como sucede con casi todos los síntomas enumerados previamente, no hay que alarmarse cuando tenemos un dolor de cabeza puntual, en un momento concreto. Pero cuando el dolor de cabeza se repite con frecuencia resulta preocupante y hay que consultar al médico. Pero hay ocasiones en que la causa es sencilla y puede ser un déficit de vitaminas del grupo B, E o D. Antes de suplementar es conveniente revisar la alimentación y realizar los ajustes necesarios.
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Comer de forma saludable
Le preguntamos a la nutricionista cuáles son las claves, de forma general, para comer de forma saludable.
1. Reducir el consumo de alimentos inflamatorios: azúcar, harinas refinadas, alcohol, fritos y ultraprocesados. Reducir galletas, bollería industrial, pan blanco, zumos y elegir harinas integrales, frutas enteras, pasta y arroz integral.
2. Una buena ingesta de verduras y frutas. Se pueden tomar crudas, cocidas, al horno, en cremas. Incluir verduras 2 veces al día, en comida y en cena. Y tomar la fruta entera.
3. Elegir proteínas magras y grasas saludables. Ambos son esenciales en nuestra alimentación. Incluir cantidades moderadas de proteínas (carnes, pescado, huevos de corral) y raciones pequeñas pero esenciales de grasas buenas (aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, cacao).
4. Incluir fuentes de hidratos de carbono complejos y fibra, como legumbres y cereales integrales.
5. Hidratación: mantener a diario suficiente ingesta de líquidos en forma de agua, infusiones o caldos de verduras.
6. Ejercicio, sol, y descanso. Practicar deporte y mantener una vida activa, cuidar las horas de sueño y descanso, realizar alguna actividad que favorezca la relajación (yoga, pintar, leer, pasear) y exponerse al sol al menos 15-20 al día. Mejoran nuestra salud y estilo de vida general
"Está comprobado que comer de forma saludable influye en nuestro estado de ánimo, sensación de bienestar, capacidad de concentración y vitalidad", concluye la experta.