Las tiendas están abarrotadas y los repartidores de pedidos on line están también a pleno rendimiento. La Navidad y las compras son dos conceptos irremediablemente unidos. Según el último estudio del ecommerce Veepee, el 50% de la población gastará entre 200 € y 500 € en estas fiestas. Nos gusta regalar y que nos regalen, comprar artículos para decorar la casa... El problema llega cuando hay personas que muestran una tendencia a un consumo desmesurado y descontrolado. Hay quienes compran sin pararse a reflexionar si realmente necesitan ese producto y sin reparar en las consecuencias que estas compras pueden tener en la economía personal o familiar, tal y como explica la psicóloga Gloria González, miembro de Top Doctors.
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Es ahí donde tenemos que plantearnos poner límites. Alba Fernández Zamora, psicóloga de emotium, da una recomendación clara: “No basar nuestra felicidad en el producto sino tener presente que la felicidad dista mucho de ello. Las compras generan emociones positivas de corta duración, por lo que tratar de alejarnos del pensamiento de que estamos supliendo una necesidad a través de las compras es importante, de lo contrario las compras se convertirán en un ‘tapón’ de nuestro malestar, pero nunca en una solución real”. Además, la experta nos cuenta que hay que “tener presente si es una necesidad real para ti o si por el contrario tu conducta de compra está mediada por presión social. El hecho de pensar que la mayoría de tu entorno realizará compras ese día puede ser un motivador que medie el deseo de realizar compras para ti”.
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La compra como válvula de escape
La pandemia también influye en este aspecto, como en casi todos los de nuestra vida. “La compra hace que las personas olviden durante un rato lo que está ocurriendo en la actualidad y ayuda, en cierto modo, a desconectar. De esta manera, se aprende que comprar es una de las cosas que permite tener emociones positivas, así que se repetirá esta conducta como fuente de disminución del estrés o ansiedad, llevando al consiguiente riesgo de convertirnos en compradores compulsivos”, comenta María Consuelo Vilasánchez Muñoz, psicóloga de Doctoralia.
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Consejos útiles para frenar el consumo excesivo
Como en cualquier otro tipo de adicciones, el objetivo es que el comprador compulsivo reduzca dicha conducta. Eso sí, en este tipo de adicción, a diferencia de otras, no se puede suprimir la conducta del todo, ya que es necesario comprar, pero sí se puede tener el control sobre la misma. Hay una serie de consejos que resumen los expertos para tratar de frenar ese consumo compulsivo, sin criterio.
- Ser prudentes.
- Tener claro con anterioridad lo que necesitamos y hacer una lista de necesidades con anterioridad evitando así que los descuentos o la publicidad sugestionen nuestra compra.
- Planificar las compras, marcar la cantidad de dinero que se quiere gastar y no llevar dinero de más.
- Dejar la tarjeta de crédito en casa y únicamente llevar el dinero en efectivo justo para aquello que se quiere comprar.
- Iniciar o desarrollar otras actividades que puedan proporcionar placer o sensación de bienestar, entre ellas puede ser escuchar música o leer.
- Comparar precios y reflexionar si es el mejor momento de llevar a cabo esa compra o si podría esperar.
- Ser conscientes de que tenemos a disposición cualquier producto en cualquier momento, así que no es necesario caer en la premura.
- Podemos darnos un tiempo para reflexionar. Es importante, por lo tanto, reducir la inmediatez. Para que la parte racional comience a funcionar necesita tiempo y analizar la situación. En numerosas ocasiones, no dejamos tiempo a que esa parte se active puesto que de forma inmediata e impulsiva realizamos compras al no tener que hacer ningún esfuerzo ni ningún procedimiento para realizar el pago. Tener la tarjeta de crédito grabada en las apps o pagar a través de plataformas facilita que pensemos después de haber realizado la compra, aumentando la probabilidad de que aparezcan sentimientos de culpa.
- Evitar compras de última hora que no hayan entrado en nuestra planificación previa.