mujer gafas© Adobe Stock

¿Sabías que los problemas de visión pueden delatar la presencia de otras enfermedades?

Los expertos alertan de que hay dolencias de tipo muy variado, como la diabetes o la hipertensión arterial, que pueden dar también síntomas oculares


Actualizado 15 de diciembre de 2021 - 11:21 CET

En ocasiones, acudes a una revisión al oftalmólogo y el especialista llega a la conclusión de que tienes un problema de visión que esconde, a veces, anomalías de nuestra salud que no tienen por qué estar relacionadas únicamente con la vista. Y es que, al igual que sucede con la piel, que muchas veces es el reflejo de que algo no funciona en nuestro organismo, los ojos son órganos donde se pueden manifestar señales de otras enfermedades. “Las anomalías detectadas en los ojos suelen ser los primeros signos de enfermedad que se ocultan en algún otro lugar. A través de ellos puede realizarse tanto un diagnóstico precoz de algunas enfermedades sistémicas como también un seguimiento evolutivo y pronóstico de las mismas”, cuenta la doctora Teresa Sánchez-Minguet, responsable de la unidad de oftalmología de Vithas Valencia Consuelo y oftalmóloga en Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Aguas Vivas, quien aclara que hablamos de enfermedad sistémica cuando la dolencia afecta a todo el cuerpo, no solamente a una parte o un órgano concreto.

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“En estos casos, el ojo puede ser una 'ventana' para el diagnóstico y evolución de las mismas. Hay que tener en cuenta que el ojo es el único órgano en el que podemos realizar una valoración directa de la microcirculación con el estudio de la retina, es decir, de las arterias y venas más finas de nuestro cuerpo. Los hallazgos en la retina pueden ser extrapolados a la microcirculación de otros órganos”, detalla la especialista. Pero, ¿de qué enfermedades nos puede alertar un problema ocular? La doctora las resume en cuatro grandes grupos.

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Trastornos endocrinos

Entre estos trastornos podemos citar, entre los más conocidos, el hipotiroidismo y la diabetes, que afectan a un buen número de personas. “En los pacientes diabéticos es especialmente importante el estudio del fondo de ojo para detectar alteraciones vasculares en la retina que deben ser tratadas ya que pueden llegar a provocar ceguera si no se detectan a tiempo”, comenta la doctora. Pero es que, además, cuando se encuentra un déficit de vitamina A, podemos encontrarnos también con problemas oculares, como el ojo seco y la ceguera nocturna, “lo que implica que los ojos para mantener su lubricación necesaria, no puedan producir la humedad que necesitan. Los bajos niveles de vitamina A también llevan a la ceguera nocturna, al impedir la producción de algunos pigmentos necesarios para que la retina funcione correctamente. No hay que olvidar que la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera prevenible en los niños a nivel mundial”.

¿Y en el caso de la tiroides? Sin duda, estamos ante unas hormonas con una función vital para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, incluyendo el de los ojos. Y cuando se descompensan, pueden aparecer muchos problemas de salud. El hipertiroidismo, que ocurre cuando la glándula tiroides produce más hormonas tiroideas de las que su cuerpo necesita, puede provocar, de hecho, lo que los especialistas denominan exoftalmos, que es la proyección o salida del globo ocular, los conocidos como ojos saltones (o proptosis). “Los globos oculares que se protruyen y los párpados que se retraen son signos de hipertiroidismo. A veces coincide con ojo seco, visión borrosa o pérdida de visión”, añade la doctora Sánchez-Minguet.

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Problemas circulatorios

Al margen de estos problemas endocrinos, también hay otras patologías que pueden implicar trastornos en la visión, como determinadas enfermedades circulatorias. Una de las más conocidas es la hipertensión arterial. “Puede provocar lesiones a nivel retiniano. En estos casos tras el estudio rutinario del fondo de ojo se puede sospechar una hipertensión arterial no diagnosticada y en hipertensiones ya diagnosticadas nos sirve para valorar el grado de la enfermedad”, afirma la especialista. Y aún hay más, pues “el estudio del nervio óptico puede ayudar en el diagnóstico de lesiones carotideas, en estos casos se podrán prevenir lesiones cerebrales con el tratamiento adecuado”.

Enfermedades neurológicas

La esclerosis múltiple es una enfermedad que se manifiesta a través de sintomatología muy variada. Tanto es así que la llaman la enfermedad de las mil caras. Y también puede sospecharse su presencia a partir de alteraciones visuales como la alteración del nervio óptico, pérdida de visión o visión doble que nos obliga a realizar estudios más profundos. Pero, además, “en ocasiones, el ojo refleja enfermedades muy graves como el aneurisma o tumor cerebral. Los signos de un aneurisma pueden incluir una severa cefalea de un solo lado de la cabeza o parálisis de los nervios oculomotores. Los aneurismas pueden ser graves y requieren atención médica inmediata. Respecto a los tumores pueden producir aumento de presión en el cerebro que se transmite al ojo. La inflamación cerca de los ojos produce cambios en el nervio óptico que un oftalmólogo puede detectar. La pérdida de visión lateral, visión doble reciente o cambios en el tamaño de una pupila pueden ser otros signos de tumor cerebral”, cuenta la doctora.

Enfermedades reumáticas

Por último, también se debe advertir que algunas enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide o el síndrome de Sjogren (síndrome de sequedad de mucosas asociado a otras lesiones), pueden provocar alteraciones oculares en forma de escleritis o uveítis.