Seguro que en algún momento de tu vida has criticado a alguien o has sido objeto de una crítica. No es algo extraño, pues las críticas son parte de nuestro día a día. La diferencia está en cómo es esa crítica: un mero chisme o bien una aportación constructiva, que puede, incluso, ayudarnos a mejorar. Sin embargo, en general, llevamos mal la crítica, nos hace sentir mal. Tal vez la clave está en que pueden resaltar nuestras inseguridades, haciéndonos incluso más vulnerables. “Te sientes juzgado en lugar de informado. Consideras las críticas como juicios, con los que etiquetan o menosprecian tus comportamientos, actuaciones o formas de pensar. Si bien es cierto que, en ocasiones, el emisor de la crítica puede tener una intención negativa, no siempre es así, y en cualquier caso, en ti está la capacidad de traducir esos juicios en información a valorar como útil o inútil”, apunta Silvia Valdunciel, de Mundopsicologos.com, que matiza que “como tú no te conoces bien, te sientes inseguro cuando te definen otros. Es muy importante que distingas entre el autoconcepto (cómo te defines tú) y el heteroconcepto (cómo te definen los demás). Si lo que quieres y persigues es que todos te vean como tú te ves, cuando te dicen algo que no encaja con tu concepto, puedes entrar en shock, frustración, indignación”.
La experta añade que “las críticas de los demás son solo bocetos de ti, que vienen filtrados por sus propias percepciones, creencias, valores, etc. Este boceto puede coincidir o estar muy alejado de lo que tú opinas de ti mismo. Es decir, nos suelen afectar más cuando no son verdades, ya que no las tenemos registradas en nuestro autoconcepto. Quieres agradar a todos siempre. Si tienes una alta necesidad de aprobación, te será más difícil digerir las críticas, porque las leerás como una señal de fracaso en tu empeño por ser valorado positivamente por todos y en todo”.
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Qué es lo que solemos criticar
Una de las curiosidades que surgen es si solemos criticar más los defectos parecidos a los nuestros, o más bien los opuestos. “El punto no es que los demás no cometen errores o no tienen debilidades como nosotros. El punto es que queremos hacerlos ver más graves que los nuestros para sentirnos menos culpables e imperfectos, sin tomar en cuenta que lo que hacemos es atraparnos dentro de nosotros mismos, y lejos de resolver un problema, lo que hacemos es ignorarlo. Un segundo elemento que influye mucho en nuestra costumbre de criticarles, que lo hacemos porque eso que criticamos es lo que detestamos en nosotros mismos. Muchas de nuestras críticas hacia otra persona son aspectos negativos que identificamos en nosotros mismos. Somos muy severos a la hora de señalar en el otro lo que nosotros mismos hacemos mal. O criticamos porque el otro tiene algo que nosotros no tenemos. En el fondo lo que buscamos es justificarnos a nosotros mismos de nuestras propias debilidades. Criticar es un mal hábito y tenemos que erradicarlos de nuestra cotidianidad”, concluye la psicóloga Silvia Valdunciel.
Reconocer una crítica constructiva es posible
La psicóloga nos da las claves para reconocer una crítica constructiva, y las resume en ocho:
- Es recíproca.
- Promueve una comunicación positiva.
- Potencia las habilidades sociales.
- Refuerza las relaciones y la confianza
- Fomenta el desarrollo personal.
- Evita los conflictos.
- Favorece la empatía
- Reduce el estrés y la ansiedad.
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Claves para aprender a hacer críticas constructivas y respetuosas
Por todo ello es importante aprender a hacer críticas de forma correcta y respetuosa con los demás, manteniendo siempre una actitud positiva y proactiva, algo que es muy importante. ¿La razón? Dichas críticas representan un momento de crecimiento y reflexión, no solo para la persona que las recibe, sino también para quien las hace (correctamente), porque aporta una fuerte capacidad de análisis del contexto y de la persona que tenemos en frente.
Estos son algunos consejos y recomendaciones para hacer críticas constructivas de manera adecuada:
- Tener conocimiento sobre el tema.
- Realizar una evaluación de la situación.
- Asegúrate de incluir aspectos positivos.
- Ten en consideración el momento y el lugar.
- El tipo de lenguaje.
- Refuerza sus objetivos.
- Permite la oportunidad de réplica.
- Controlar el tono de voz.
- Ten en cuenta la disponibilidad y las posibilidades de la otra persona.
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Cómo aprender a aceptar las críticas y sacarlas partido
Y, por supuesto, igual que debemos de buscar estrategias para aprender a realizar esas críticas de la forma más correcta posible, también es importante aprender a aceptar las críticas, lo que no siempre es fácil. La experta nos da también algunas sugerencias útiles:
- Averigua si la crítica es constructiva o destructiva.
- No respondas inmediatamente.
- Evita el pensamiento polarizado.
- Haz preguntas.
- Busca qué hay de verdad en lo que están diciendo.
- Separa los sentimientos de los hechos.
- Haz algo bueno por ti mismo.