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La dieta para enfermedades autoinmunes, también llamada protocolo nutricional autoinmune, es un plan de alimentación que puede resultar eficaz para aliviar los síntomas que producen algunas de estas patologías. Hay muchas enfermedades autoinmunes. La diabetes tipo 1, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, el lupus, la enfermedad inflamatoria intestinal son algunas de ellas. Estos males aparecen porque el sistema inmunitario, cuya misión es la de protegernos, ataca equivocadamente alguna parte del cuerpo o a todo en general.
La causa por la que esto ocurre no se sabe con certeza. Probablemente, sea multifactorial. La genética, el estrés, la edad, la exposición a agentes químicos, las infecciones ambientales podrían estar detrás de este comportamiento anómalo de nuestras defensas.
La dieta occidental también podría ser una de las razones. Por ejemplo, el abuso de azúcares, grasas y sal, así como el consumo de tabaco y alcohol podrían aumentar el riesgo de sufrir alguna e estas patologías. En este sentido, algunos expertos abogan por estudiar cada caso y recomendar, en algunos, una dieta específica, como es el protocolo nutricional autoinmune, que se ha investigado ya en la enfermedad inflamatoria intestinal y en enfermedades autoinmunes como Enfermedad de Hashimoto (una enfermedad que ataca a la tiroides).
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¿Qué es el protocolo nutricional autoinmune?
Este tipo de régimen alimenticio está basado en la dieta paleo aunque introduce algunas modificaciones. La paleodieta se basa en el consumo de carne magra, pescado, fruta y vegetales, restringiendo los productos lácteos, cereales, legumbres, azúcar, bollería, refrescos y alcohol.
"Es una extensión de la dieta paleo que incorpora restricciones dietéticas estudiadas en la enfermedad inflamatoria intestinal como la exclusión del gluten. Se divide en 3 fases: eliminación, mantenimiento y reintroducción", nos explica Mª Cruz Manzaneque, miembro de la Comisión de Sanidad del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) y dietista-nutricionista.
Se trata de una dieta antiinflamatoria. De hecho, se eliminan en una primera fase todos aquellos susceptibles de causar inflamación. Pero hay que tener en cuenta que no solo los alimentos son los responsables. Hay más factores como nuestro estilo de vida y la genética que también pueden ser inflamatorios.
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Alimentos prohibidos en la dieta para enfermedades autoinmunes
Como decíamos, esta dieta está dividida en diferentes fases. Durante la fase de eliminación y de mantenimiento hay alimentos que no están permitidos:
- Cereales
- Legumbres
- Lácteos
- Huevos
- Café
- Alcohol
- Nueces
- Semillas
- Azúcares refinados y procesados
- Aceites y aditivos alimentarios.
Sin embargo, se da mucha importancia al consumo y la preparación de alimentos frescos y alimentos con elevada densidad nutricional, caldo de huesos y alimentos fermentados. Todo ello junto con un estilo de vida activo, buena calidad de sueño y buena gestión del estrés. En la última fase se van reintroduciendo aquellos alimentos que han sido eliminados, de manera que se prueba su tolerancia a ellos.
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¿Durante cuánto tiempo debe realizarse?
Son pocos los estudios que se han realizado sobre esta dieta. Además, se trata de estudios piloto con pocos sujetos. En estos estudios, la primera fase tiene una duración de 6 semanas, mientras que la segunda entre 4 a 5 semanas. La tercera depende de cada persona, aunque en los estudios esta fase no es investigada.
Como advierte la experta en dietética y nutrición, "se trata de una dieta muy restrictiva que puede tener consecuencias de déficit de nutrientes, vitaminas y minerales. No se puede recomendar porque la evidencia sobre ella es muy baja, casi nula. La nutrición es importante en todo tipo de patologías, y como tal no puede llevarse a la ligera. Es por ello que antes de realizar restricciones por cuenta propia que puedan llevar a graves consecuencias, se consulte a dietistas-nutricionistas especializados", insiste.
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Dieta mediterránea para lupus
Sin embargo, sí hay una dieta que los científicos se atreven a recomendar en casos de algunas enfermedades autoinmunes como, por ejemplo el lupus eritematoso sistémico (LES). Es la dieta mediterránea que, según científicos de la Universidad de Granada (UGR), ha demostrado múltiples beneficios en estos pacientes.
Su trabajo, publicado en la revista Rheumatology, ha revelado que los pacientes con lupus que siguen un patrón de dieta mediterránea tienen menores cifras de sobrepeso/obesidad, un menor riesgo cardiovascular y experimentan mejoras en el curso clínico de la enfermedad (menores índices de actividad y acumulación de daño orgánico).
Además, los investigadores también han observado que el consumo de ciertos alimentos se asocia con más beneficios para estos pacientes. Así, tomar alimentos antiinflamatorios característicos de la dieta mediterránea (como aceite de oliva, frutas, verduras, pescados y sofritos caseros) y no consumir alimentos que no forman parte de ella (como productos cárnicos procesados, alimentos azucarados y bollería industrial) se asociaron significativamente con menor actividad y daño orgánico en pacientes con lupus.
BIBLIOGRAFÍA:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/labs/pmc/articles/PMC5647120/pdf/ibd-23-2054.pdf
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/labs/pmc/articles/PMC6892563/
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https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/seguridad_alimentaria/evaluacion_riesgos/informes_comite/NUTRICION_ENFERMEDADES_AUTOINMUNES.pdf
