A cualquiera de nosotros nos puede parecer imposible que una mujer que está siendo víctima de violencia o de cualquier tipo de abuso no sea consciente de ello. Pero sucede. Muchas mujeres no son capaces de identificar el maltrato en ellas, aunque sí lo pueden señalar en otras personas. Le ocurrió a Ana Bella Estévez, fundadora de la Asociación AnaBella. Cómo ella misma contó durante el encuentro El abuso no es amor, organizado por YSL Beauté, no fue consciente de que las palizas que recibía por parte de su marido constituían una forma de maltrato. Solo se dio cuenta tras recibir una que podía haberla matado. Entonces, escapó de este calvario.
Por ello, es tan importante identificar las señales de alerta tanto en nosotras mismas como en cualquier persona del entorno. Por eso aprovechamos para hablar de ello con expertos en psicología en el Día Internacional contra la Violencia de Género, que se celebra hoy 25 de noviembre.
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Tipos de maltrato
Para poder detectar cuándo existe violencia de género, debemos entender que esta no son solo golpes. Hay diferentes tipos de abuso y ninguno se puede consentir. Como nos explica la psicóloga Alba Sanz, de mundopsicólogos.com, "dentro de la pareja, podemos encontrar maltrato psicológico, físico, económico y sexual".
Maltrato psicológico. Consiste en diferentes conductas que cohíben, infravaloran, culpan, vejan, controlan y aíslan a la persona. Puede incluir: insultos, gritos, manipulación, chantaje emocional, amenazas, imposiciones, críticas... Este tipo de conductas suelen ser muy sutiles al comienzo, evolucionando conforme avanza la relación. Pueden darse junto al maltrato físico. En este caso, generan una secuela más impactante y duradera.
Maltrato físico. Incluye violencia física. En este caso las conductas que lo componen serían, por ejemplo: agarrar ropa o por alguna parte del cuerpo, empujar, dar patadas, estrangular, morder, e incluso, lanzar objetos a la persona.
Maltrato económico. Se ejerce buscando mantener la jerarquía, el poder y el control, sobre la otra persona. Con estas conductas, al final se busca que la mujer tenga dependencia del agresor, ya que, le imposibilita mantenerse por sí misma, o le complica su situación económica. Se puede hacer, por ejemplo, imposibilitando la utilización del dinero por parte de la otra persona, esconder dinero, o alguna cuenta bancaria, robar dinero a escondidas, complicar el pago de la manutención, prohibir que la mujer trabaje o controlar todos los gastos.
Maltrato sexual. Este es en el que el agresor traspasa límites psicológicos, emocionales y físicos de la persona. Es uno de los que, junto al maltrato psicológico, tiene unas consecuencias más adversas para quien lo vive a largo plazo. En este caso se incluiría cualquier conducta sexual (besos, caricias, abrazos, sexo oral, masturbación, y, penetración) que se realiza sin el consentimiento de la otra persona. Se pueden utilizar amenazas, la fuerza física, drogas, u otras conductas como chantaje y manipulación emocional.
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Las señales más comunes para detectar un caso de violencia de género
En resumen, así podríamos identificar que una persona está siendo víctima de maltrato:
- Cambios de humor. La persona suele estar al comienzo más irascible, cambia su humor, está más apagada. Llega un momento, que esa persona desarrolla ansiedad, con el tiempo, incluso depresión.
- No se cuentan datos de la relación. Cuando se ejerce la violencia solemos taparlo, no contamos todo por vergüenza o miedo a que nos digan que nos vayamos de esa relación. Por ello, tendemos a hablar de forma superficial y nunca contar discusiones fuertes.
- Autoaislamiento. La persona se aísla, al no contar tanto, y al cambiar su humor, la persona tiende a aislarse, no sale si no es con él.
- Cambios. La persona tiene cambios que pueden percibirse extraños para la gente cercana. Pueden cambiar la forma de vestirse, peinarse, maquillarse, la forma de dirigirse a su pareja, o interactuar menos con gente nueva ( menos aún si son hombres).
- Relación de dependencia. Es decir, pase lo que pase, no queremos abandonarla, vemos a la otra persona como nuestro pilar, sin él no sabemos qué hacer, y, aunque existan problemas, para justificar el quedarnos, siempre vemos o expresamos que hay una parte buena.
- Hay un dualismo. Cuando se está bien se está excesivamente bien ( euforia y dependencia), y cuando se está mal, se está excesivamente mal ( ansiedad, angustia, agresividad...). Este dualismo no se da en una relación sana.
- La culpa. Solemos sentirnos culpables de cosas que hemos hecho, no hemos hecho, hemos dicho, no hemos dicho... De todo.
- Violencia física. Por último, si existe violencia física suele haber marcas en el cuerpo de la mujer.
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¿Puedo no darme cuenta de que estoy sufriendo maltrato?
Sí, puede ocurrir, afirma Alba Sanz quien apunta a "dos tipos de maltrato que, al no ser visibles, pueden dar lugar a que no entendamos muy bien qué situación estamos viviendo".
Maltrato psicológico. La mujer que lo vive suele estar en estado de shock. No siempre "somos 100% conscientes", no porque no nos demos cuenta de esa situación, sino porque "se suele sentir tanto miedo que no se reacciona en esa situación". Nos cuenta mucho sentir que estamos viviendo algo tan impactante, o cuesta integrar cómo alguien nos puede hacer tanto daño. Además, el nivel de culpa que sentimos es muy fuerte, eso hace que nos engañemos con más fuerza, y entremos en ese estado de shock. "Es importante trabajar a nivel emocional, para poco a poco, ir saliendo de este tipo de relaciones", advierte.
Maltrato sexual. "Se trata de un tipo de abuso que no está muy identificado en nuestra sociedad", alerta la experta en psicología, quien asegura que hay muchísimas violaciones dentro de la pareja. sin embargo, no lo etiquetamos como tal porque no suelen ser agresivas. Conductas como tener relaciones sexuales por no hacer sentir mal a la otra persona, o realizar prácticas sexuales que no queremos son dos de las más frecuentes. Este tipo de conductas suelen 'obligarse' bajo amenaza de ruptura o chantaje emocional.
Sin embargo, indica Alba Sanz, si la violencia es física, en general sí somos conscientes de ello. Aunque, no siempre. Por ejemplo,"cuando una mujer está sometida a maltrato psicológico que, de forma frecuente, genera discusiones que finalizan en maltrato físico: lanzar objetos y empujar (aunque por ambas partes), estos momentos también podemos normalizarlos, al igual que gritar discutiendo". De hecho, nos cuenta la experta, "hay pacientes que me dicen: "es normal que una pareja discuta, ¿no‽", e intentan justificar estas conductas. Ahí les respondo que es normal discutir, pero gritar, lanzar objetos, amenazar o empujar es violencia, no discusiones".
Por tanto, un maltrato físico suele ser más visible, lo que lo hace más complicado esconderlo (para nosotras mismas). "Aunque si existe mucha culpa, si se ha pasado antes o/y durante por maltrato psicológico, y si existe un miedo a un nivel elevado, sí puede darse la situación de que una persona no sea capaz de reconocer que alguien está ejerciendo violencia sobre ella".
También puede darse el caso de que, aunque su vida corra peligro o la de sus hijos, la víctima de violencia esté en un estado psicológico y emocional que la deje paralizada. En estos casos, Alba Sanz recuerda qué señales se pueden identificar:
- Agotamiento
- Sentimiento de culpa
- Mucho miedo con lo que ocurre y, sobre todo, con lo que puede ocurrir
- Sentir que la situación nos supera, que no somos capaces de sobreponernos
"Cuando una persona se encuentra en este estado, es más complejo salir. Sin embargo, hay veces que los hijos son los que abren los ojos a las madres, dándoles la fuerza para escapar y denunciar a sus agresores", añade.
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¿Por qué no se denuncia lo suficiente?
Además del miedo, en muchos casos denunciar implica hacer la historia real, salir del estado de shock, por eso puede ser un proceso lento. Por otro lado, está la culpa, la vergüenza, el estigma, el que la sociedad no ayuda, incluso, que se piense que haya personas que afirmen que la víctima se lo ha buscado, así como todos los prejuicios que se puedan generar pueden impedir a una mujer maltratada que denuncie.
Por último, también hay que tener en cuenta la situación de los hijos, la económica. "Hay mujeres que no saben de qué van a vivir si denuncian a sus agresores, o sienten miedo de que sus hijos crezcan sin un padre, que ellas no estén preparadas, que no sean buenas madres...".
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¿Cómo salir de una situación de violencia de género?
El proceso puede ser largo y algo inestable pero los expertos en psicología ofrecen toda su ayuda posible para ayudar a la víctica.
"A nivel psicológico buscamos dos pilares esenciales: el primero la autoconsciencia, y segundo la autoestima", apunta Alba Sanz. La autoconciencia implica que la persona sea completamente consciente de qué está ocurriendo, comprender su propio papel, entender por qué se ha comportado así, entender que es un caso de violencia, y que ella no ha causado nada. Nada justifica un caso de violencia. Significa quitarse la venda y ver cómo es su relación. "Aunque a veces es muy obvio, a nivel emocional sentimos dependencia y culpa, y a nivel social podemos percibir juicio, o incluso incomprensión ("no entiendo cómo no te vas de esa relación, estás tonta"). Además, si él es quien sostiene la economía de la casa o hay hijos de por medio, suele costar más el paso de comprenderlo , ya que no queremos irnos de ahí por miedo", aclara la experta.
"La autoestima es el otro pilar, ya que con ser consciente no es suficiente, necesitamos la fuerza necesaria para avanzar, por ello es tan importante reconstruir la autoestima en base al merecimiento, valor, eficacia etc. Después es esencial ofrecerle un plan de acción de qué pasos dar, por ejemplo, recomponer la red de apoyo (la solemos perder, ya que tendemos a aislarnos), ver las opciones legales que tenemos en nuestra mano, viabilidad de trabajo, piso etc. La terapia es una herramienta fundamental en situaciones como está", afirma Sanz quién, además, nos da algunos consejos para salir:
A las mujeres les daría tres consejos:
- Quereos tanto que cuando alguien os quiera mal os choque, y esas conductas y comentarios sutiles no pasen desapercibidos.
- Nunca os alejéis de los vuestros, y aunque se haga, busca de nuevo tu red de apoyo, no pasa nada, va a ser esencial para estar bien.
- Buscad terapia en cuanto veáis que hay pequeñas dificultades que no sabéis cómo tomaros, no esperéis a estar metidas en el hoyo.
"Para las personas que están cerca: paciencia, los pasos se dan cuando la persona está preparada. No os vayáis de su lado, apoyad, comunicad, hablad, o simplemente, estad con ella. Lo estáis haciendo muy bien. Buscad ayuda, no hace falta que carguéis con todo el peso", concluye la psicóloga Alba Sanz.
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