Los parásitos son organismos vivos que viven de otra especie. Pueden hacerlo desde la superficie, por ejemplo, los piojos o los ácaros, o desde el interior, ejemplo de ello es la conocida tenia, un gusano que coloniza el intestino. Hay parásitos benignos, pero hay otros que pueden provocar enfermedades muy graves. Y, como nos alerta Ángel Soriano, nutricionista y miembro de Doctoralia, "la infección por parásitos intestinales es mucho más habitual de lo que pensamos".
Existen varios tipos de parásitos intestinales. "Cuando hablamos de parásitos intestinales se nos viene a la cabeza la famosa tenia (Taenia saginata) o las temidas lombrices como son Ascaris lumbricoide o los oxiurios , que son los más comunes. Sin embargo, no todos los parásitos intestinales son lombrices, la mayoría son microorganimos (bacterias, amebas, protozoos…) como puedan ser la Giardia lamblia, Blastocistis hominis o la Entamoeba histolyca.
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¿Cuáles son las vías de transmisión?
La vía de transmisión es tan variada como la diversidad de parásitos que existe. Aunque la forma más común de contagio es ano-mano-boca. "De ahí la importancia de lavarse bien las manos después de ir a baño, ya que muchas veces las personas infectadas se autoinfectan facilitando la proliferación y que cada vez haya más parásitos en su intestino.
Otra manera de contagiarse es mediante alimentos, por ejemplo, vegetales regados con aguas contaminadas (aguas fecales). Por eso es tan necesario lavar bien la verdura. Sea del tipo que sea. Es más, pensar que las hortalizas de un huerto ecológico no es necesario es un grave error que puede traer consigo la infección por parásitos.
La otra vía de transmisión es la de los animales domésticos infectados, como perros o gatos, y que no estén correctamente desparasitados.
Por otro lado, existen otros parásitos de los que se contagian por la picadura de un mosquito, y que son los responsables de la malaria o paludismo. Estos no son intestinales, pero hay que tener en cuenta que es esta enfermedad es la causante de la mayoría de muertes por parásitos en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, causa cerca de 600.000 fallecimientos al año.
Cualquier persona es susceptible de sufrir una infección por parásitos. "Solo es necesario estar en contacto con el parásito e ingerirlo o incluso aspirarlo. Una vez en dentro, este empezará su ciclo vital y colonizará el intestino", señala el especialista.
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Síntomas de una infección por parásitos
Los síntomas son muy diversos. Uno de los más habituales es la diarrea (a veces con moco o, incluso, sangre), pero hay otros:
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Cansancio
- Picazón en la zona genital y ana (en el caso de las lombrices)
- Picores
- Déficits de nutrientes
- Anemia
Si los parásitos afectan a otros órganos además del aparato digestivo la variedad de síntomas es mayor. Por ejemplo, si tenemos piojos, los síntomas más habituales son picor en el cuero cabelludo. La toxoplasmosis, uno de los parásitos también más conocidos, sobre todo, por las embarazadas, puede producir fiebre, fatiga, ganglios inflamados o dolor de cabeza. Otro parásito también provocado por la picadura de un tipo de mosquito y que provoca una enfermedad denominada leishmaniasis afecta a la boca, a la piel o las vísceras. Las personas que la padecen pueden tener síntomas como llagas, erupciones, agrandamiento del bazo, ganglios inflamados, pérdida de peso, entre otros.
Otra enfermedad muy grave provocada por parásitos es la hidatidosis. Los síntomas dependerán del órgano comprometido. Puede provocar quistes en el hígado, ictericia (color amarillento de la piel), picor, molestias abdominales. También puede producir quistes en los pulmones. La rotura de estos puede producir desde tos, urticaria hasta una reacción anafiláctica.
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Cómo se tratan las infecciones por parásitos
La presencia de parásitos internos se diagnostica mediante una anamnesis (entrevista médica), exploración, análisis de sangre y de heces y pruebas de imagen como la ecografía, el TAC o la resonancia magnética.
"Dependerá del tipo de parásito, aunque, en general, el tratamiento de estos es antibiótico", indica Ángel Soriano. Este tratamiento debe estar prescrito por un médico tras un examen que confirme su presencia. En algunos casos puede ser necesaria la intervención quirúrgica, por ejemplo, si sufrimos la hidatidosis.
En cualquier caso, el mejor abordaje terapéutico de estas infecciones es la prevención. Sencillos gestos como los siguientes pueden evitar que suframos parásitos intestinales.
- Lavarse frecuentemente las manos, sobre todo, antes de las comidas y después de ir al baño
- Llevar las uñas cortas y limpias
- Lavar minuciosamente frutas y verduras
- Cocinar bien los alimentos, sobre todo, las carnes
- Beber agua potable y en zonas de riesgo o si dudamos, solo embotellada
- Mantener una buena higiene corporal
- Lavar las prendas interiores, la ropa de cama y la que nos hemos comprado con agua caliente
- Llevar al día la cartilla de desparasitación de nuestras mascotas
- Limpiar el baño a fondo
- Evitar que las moscas se posen en los alimentos
- Eliminar insectos como las cucarachas
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