chica antibiotico© Adobe Stock

Día Europeo Uso Prudente de los Antibióticos

Las bacterias resistentes pueden acabar con 10 millones de personas al año

El uso indebido de los antibióticos está provocando que cada vez haya más bacterias que se hacen fuertes frente a los antibióticos. Esto hace que una simple extracción dental pueda resultar tan peligrosa para el paciente que pueda peligrar su vida.


Actualizado 18 de noviembre de 2021 - 17:06 CET

Sin haber salido de esta pandemia, la de la COVID-19, los expertos avisan de otra que se avecina, una que podría acabar con 10 millones de vidas al año en 2050, pero que estamos a tiempo de prevenir: la de las resistencias a los antimicrobianos (AMR). Los médicos alertan de que este hecho ya se está produciendo desde hace tiempo debido al uso indebido de los medicamentos que se utilizan contra las bacterias. Por ello, hoy se celebra el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos, una fecha que sirve de aviso a la población: si no ponemos medidas, podremos morir de enfermedades que hoy son tratables. Es más, un procedimiento quirúrgico, incluso, una extracción dental podría ponernos a las puertas de la muerte.

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Y es que si seguimos utilizando los antibióticos sin criterio médico y cuando no son necesarios, las bacterias se harán cada vez más fuertes y no responderán a los tratamientos que hoy en día se utilizan para matarlas. Las bacterias coexisten e, incluso, conviven con el ser humano desde el principio de los tiempos. Algunas bacterias son comensales, es decir, habitualmente no producen infecciones en el ser humano, pero otras tienen un carácter más patógeno.

"Cuando el número de esas bacterias infectantes es alto o las condiciones del huésped lo permiten (por ejemplo, cuando un paciente necesita un tratamiento que deprime su sistema inmune), se produce la infección", explica la Dra. Paula Ramírez, médico intensivista, presidenta del comité científico de La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC). Los antibióticos tratan estas infecciones.

"Los antibióticos son los medicamentos utilizados para matar las bacterias responsables de las infecciones en humanos y en animales. Cuando las bacterias sobreviven a la acción de los antibióticos se produce la llamada resistencia a los antibióticos", añade María del Mar Tomás Carmona, Médico Microbióloga del Hospital A Coruña, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Así, si estas bacterias son capaces de eludir la acción de los antibióticos, es decir, se hacen resistentes, nos quedamos sin arsenal terapéutico.

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Un antibiótico para cada bacteria

Antes del descubrimiento de los antibióticos, apenas disponíamos de herramientas terapéuticas para afrontar la infección. Afortunadamente, el número de antimicrobianos disponible es actualmente elevado. No obstante, la aparición de bacterias resistentes a los mismos es un fenómeno en alza que está mermando nuestra capacidad terapéutica. Cada bacteria es inicialmente susceptible a unos u otros antibióticos.

La Dra. Paula Ramírez explica que supone que las bacterias se hacen resistentes frente a un antibiótico. Frente a una infección, por ejemplo, una neumonía, elegimos los antibióticos que a priori son eficaces frente a las bacterias habitualmente implicadas en ese tipo de infección. Cuando, en contra de lo esperado, la bacteria resulta ser resistente a dichos antibióticos hablamos de resistencia. "Ha ocurrido una modificación en las características de la bacteria que supone la resistencia a un antibiótico al que de forma natural sí hubiera sido susceptible. Una vez el laboratorio de microbiología finalice el estudio de la bacteria implicada, podremos saber a ciencia cierta cuál es el antibiótico al que aún sigue siendo susceptible. No obstante, tanto el tiempo transcurrido hasta la obtención de este resultado como la reducción en el número de antibióticos eficaces producirán un efecto deletéreo en el curso clínico del paciente". Es decir, este retraso perjudica seriamente la curación del paciente.

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¿Por qué se hacen resistentes las bacterias?

Este es el 'quid' de la cuestión. Las bacterias son capaces de modificar su genética mediante mutaciones que les confieren resistencia a los antibióticos. "Estas mutaciones son inducidas en parte por la exposición a esos mismos antibióticos", comentan las expertas. Una vez el fármaco ejerza su acción y elimine a las bacterias no mutadas solo las resistentes persistirán, se multiplicarán y se diseminarán. Este fenómeno sucede en el ser vivo expuesto al antibiótico, pero también en el ambiente en el que son vertidos o aplicados los antibióticos. La diseminación a otros seres vivos u otros ambientes será un hecho casi inmediato.

Es difícil cifrar el número de muertes atribuibles directamente a la infección por bacterias resistentes, pero múltiples estudios indican que la mortalidad se dobla en comparación con la misma infección, pero producida por una bacteria no mutada. "Organismos gubernamentales europeos cifran en más de 30.000 muertes al año las debidas a infecciones por bacterias resistentes. Las personas tratadas frecuentemente con antibióticos o con tratamientos prolongados son más proclives a ser portadoras de bacterias resistentes, y, por tanto, a sufrir infecciones provocadas por las mismas", apunta la Dra. Ramirez. No obstante, dado que la selección y diseminación de bacterias resistentes no dependen de un único sujeto, también es posible adquirir una infección por estas bacterias sin que previamente se haya tomado antibióticos. Es decir, la política antibiótica en sanidad o el consumo de antibióticos en la industria afectará a todo el ecosistema y a todos sus miembros.

Tanto es así que, como alerta la Dra. María del Mar Tomás Carmona, si no se toman medidas, se estima que en el año 2050 las bacterias resistentes a los antibióticos causarán 10 veces más de muertes que en la actualidad. "Por ello se ha puesto en marcha una iniciativa mundial conocida como estrategia One-Health frente a las resistencias a los antibióticos, que tiene como objetivo incrementar la comunicación y la colaboración interdisciplinar en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente, debido a que son muchos los factores que influyen en el cuidado de la Salud Pública y el bienestar de la población".

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Un resfriado no se cura con antibióticos

Si nos preguntamos qué podemos hacer como ciudadanos, la respuesta es muy sencilla: 'ser prudente' Y eso implica no utilizar antibióticos cuando no son necesarios, esto implica no automedicarse. "Cuando existe una infección bacteriana será necesario e indispensable el uso de antibióticos, pero en múltiples ocasiones el antibiótico se usa inadecuadamente. Una de ellas es el proceso infeccioso producido por un virus. En las infecciones virales, el antibiótico es totalmente innecesario e ineficaz, y solo puede esperarse la aparición de efectos adversos y la selección de bacterias resistentes", insiste la Dra. Paula Ramírez.

De hecho, actualmente, los antibióticos únicamente son dispensados en la farmacia cuando existe una prescripción médica, la que, en caso de infección viral, por ejemplo un resfriado, puede responder habitualmente "a un exceso de celo del médico o a la cesión ante la demanda del paciente", añade la médico intensivista.

Por tanto, la población debe ser consciente de que la resistencia a los antibióticos es una pandemia silente pero no por ello menos mortífera. Los antibióticos deben usarse juiciosamente para preservar su eficacia y disminuir la presencia de bacterias resistentes. Para ello será necesaria una implicación de todos los elementos: los estamentos gubernamentales, para regular, legislar y promover el uso adecuado en todos los ámbitos; las industrias agroalimentarias, para evitar el uso de antibióticos en agricultura y ganadería; los responsables en salud humana y animal, para realizar un uso juicioso del antibiótico; y el paciente, quien deberá exigir todo lo anterior y evitar el consumo innecesario de antibióticos.

Asimismo, la Dra. María del Mar Tomás agrega que es de vital importancia llevar a cabo campañas de divulgación informando sobre el impacto de la expansión de las bacterias resistentes a los antimicrobianos en la salud humana y animal. Entre las medidas preventivas para disminuir la propagación de dichas bacterias resistentes a los antibióticos, destacar:

  • Tomar antibióticos SOLO bajo prescripción médica.
  • NO reutilizar los antibióticos.
  • Lavado de manos FRECUENTE (especialmente ante el cuidado de pacientes vulnerables).
  • Preparación de alimentos en CONDICIONES HIGIÉNICAS.

Todo ello lo contempla la campaña que la compañía biofarmacéutica Pfizer ha lanzado “El poder está en tus manos, sé un héroe hoy y ayuda a salvar vidas”. A través de la web Pfizer Bug Bus, la compañía pone al alcance de profesionales sanitarios y población general información de utilidad sobre la problemática de las AMR, sobre las bacterias multirresistentes y sobre el papel activo que deben tener tanto los profesionales como los ciudadanos en la prevención de las infecciones y las resistencias.

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