La buena salud y la prevención de muchas enfermedades se basa en unos buenos hábitos de vida. Dieta, preferiblemente, mediterránea, ejercicio físico, cultivar y cuidar las relaciones y evitar hábitos tóxicos como el tabaco o el abuso de alcohol encabezan la lista de recomendaciones de los expertos. Si queremos dar, además, un paso más para una vida más sana y plena, estos son los otros pilares que nos recomiendan los expertos: yoga y ser conscientes de lo que comemos
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¿Por qué el yoga mejora la salud?
Uno de los principios del yoga es considerar a los seres vivos como un todo. Pero además, a nivel ético y espiritual, se promulga el principio de la ‘no violencia’ (ahimsa), que promueve el respeto a la vida de todos los seres, lo que implica alimentarse sin hacerles daño. Algo poco interiorizado en la dinámica alimenticia actual.
Lucía Liencres, fundadora de TheClassyoga.com, afirma que “la práctica de yoga está directamente relacionada con la alimentación, pero no solo con un tipo de nutrición vegetariana o vegana, sino con un estilo de vida íntegro que te permite estar en equilibrio contigo mismo y con tu entorno, a nivel físico, mental y espiritual”.
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Yoga y alimentación consciente par no dañarnos
La instructora de yoga recuerda que 'somos lo que comemos' y que llevar una dieta consciente, incluso yóguica, en la que se integre una alimentación vegetariana aumenta el bienestar y mejora nuestra salud. Liencres destaca la importancia de consumir alimentos naturales, evitando los procesados y precocinados, ya que cuanto más natural sea más limpiará y nutrirá el cuerpo. Principalmente, aconseja comer verduras y frutas, así como de determinados lácteos (leche, queso y yogur descremados); aunque, dependiendo de cada persona, el consumo de estos últimos podía variar o incluso ser nulo.
Seleccionar alimentos que se cultiven directamente en la tierra, de forma ecológica es un plus, así como observar nuestro cuerpo cuando comemos para saber qué nos sienta mejor, a qué horas y cómo combinarlos.
En este sentido, podemos tener en cuenta los principios de la nutrición ayurveda, la alimentación hindú más antigua para ser más conscientes de nuestra dieta. Esta divide los alimentos en tres grupos:
- Alimentos rajásicos: alimentos salados, muy calientes o picantes. Destacan: pan blanco o refinado, alcohol, bollería industrial y azúcares refinados, especias, cebolla, ajo y rábano. Aportan energía, pero alteran el sistema nervioso.
- Alimentos sátvicos: cereales, frutas, verduras, legumbres, tubérculos, frutos secos, semillas, lácteos, AOVE, miel y agua natural. Mejoran las funciones del cerebro produciendo mayor capacidad de memoria y concentración. Aportan mucha energía.
- Alimentos tamásicos: alimentos fritos, pasta, pan, conservas, pescado o carne (no frescos) y fruta muy madura o muy verde, así como condimentos fuertes (vinagre). Son productos muy procesados que causan enfermedades como la depresión y que nos restan energía.
Beneficios de una alimentación viva y consciente
Aplicando estos consejos y con la práctica de yoga o de meditación, Lucía Liencres asegura que “sin duda conseguiremos desconectar y relajarnos durante unos días”, además de obtener muchos otros beneficios:
- Ayudan a eliminar toxinas y a depurar el cuerpo.
- Los alimentos que tomo no tienen de compuestos químicos (conservantes, aromatizantes...) que acidifican la sangre y la contaminan.
- Este tipo de alimentación favorece el proceso de alcalinización de la sangre, lo que previene enfermedades como el cáncer.
- Mejora el sistema inmune.
- Asimilas mejor los nutrientes.
- Ahorras en energía, ya que no hago procesos tan elaborados en casa.
- Tienes la sensación de tener más energía.
- También te ayuda a perder peso (por el alto nivel en fibra de los alimentos).
- No ejerces violencia sobre ningún animal.