Son un accesorio imprescindible en nuestra rutina diaria de cuidado personal. El cepillo de dientes es indispensable de nuestra higiene bucal. Lo usamos cada día, varias veces, pero, ¿le prestamos la atención que se merece? “Esta es muy buena pregunta dado que el cepillo es sin duda la herramienta fundamental para proteger la salud de nuestros dientes y encías. Y en mi opinión, creo que la respuesta es no. Me baso en el hecho de que, a pesar de que el 65% de los españoles confirma que le preocupa su salud oral (Libro Blanco de la Salud Bucodental publicado por la Fundación Dental Española en 2020), nuestros estudios nos indican que el cambio de cabezal de los cepillos eléctricos (que ya usa el 38% de la población, según el propio Libro Blanco) no se realiza con la frecuencia debida. Así, un 50% de los usuarios de cepillo eléctrico nunca compra recambios. En conclusión, aunque nos preocupamos por nuestra salud oral, quizá no cuidamos ni prestamos la atención suficiente al mejor aliado que tenemos para protegerla, el cepillo de dientes, sobre todo el eléctrico”, comenta el doctor Ángel Alcaide Raya, responsable de relaciones científicas y profesionales de Oral-B en España y Portugal.
Y tenemos que partir de una idea básica: nuestro cepillo de dientes está muy expuesto, sufre un deterioro con cada uso y puede contaminarse después de la exposición a los gérmenes que se encuentran en nuestros baños y las bacterias que están en nuestra boca. De hecho, sabemos que acumulan microorganismos que podrían causar enfermedades. Desde Doop Toothbrush, han recopilado algunos datos interesantes sobre la presencia de bacterias en nuestros cepillos de dientes y cómo contribuyen a la transmisión de enfermedades.
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10 millones de bacterias en cada cepillo de dientes
La cifra es, cuando menos, llamativa. Y se basa en los datos extraídos de un estudio reciente de la Universidad de Manchester, que ha demostrado que los cepillos de dientes pueden acumular más de 10 millones de bacterias, más que las que se encuentran en el asiento de un inodoro o en el suelo de un baño público. Estos resultados también han sido respaldados por una investigación que se realizó en 2011, que encontró bacterias como Streptococcus mutans, Staphylococcus aureus, Pseudomonas, Lactobacillus, Klebsiella, especies de Candida y E. coli en cepillos de dientes usados guardados en cuartos de baño. Lo cual es preocupante, porque estas bacterias son las responsables de provocar problemas que van desde caries a neumonía, pasando por infecciones cutáneas y fúngicas, problemas estomacales y diarreas, entre otras enfermedades.
“El cepillo de dientes entra en contacto con gran cantidad de microorganismos de la boca, y aunque tratemos de seguir las instrucciones indicadas anteriormente, entre los filamentos pueden permanecer algunas colonias bacterianas. Por esto es muy importante insistir en el mensaje de que los cepillos de dientes deben siempre limpiarse tras su uso, mantenerse siempre en lugares limpios y nunca compartirlos con nadie; ni siquiera entre miembros de la propia familia”, comenta el doctor Alcaide.
Más uso, más suciedad
Es una evidencia que cuanto más uses tu cepillo de dientes, más sucio estará. Y es que la contaminación del cepillo de dientes comienza desde el primer uso y va aumentando con el tiempo. Las bacterias se van acumulando, algunas en el mismo proceso de cepillado y otras procedentes del entorno de nuestro cuarto de baño. Por esta razón, es muy importante reemplazar regularmente el cepillo de dientes o su cabezal en el caso de que utilices un cepillo eléctrico.
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Guardarlo bien, fundamental
Sin duda, la forma en la que guardamos nuestro cepillo de dientes influye en la supervivencia de las bacterias que pueden contaminarlo. Así, los expertos han encontrado que el uso de una funda para el cepillo de dientes, en realidad, puede ser contraproducente, pues puede hacer que aumente la cantidad de bacterias. "Muchas personas usan fundas para cepillos de dientes, creyendo que ayudarán a mantener las cerdas libres de bacterias. Sin embargo, puede ocurrir lo contrario. Las bacterias prosperan en condiciones húmedas, por lo que cubrir la cabeza del cepillo de dientes mojado puede estimular el crecimiento de bacterias. Si encuentras más higiénico usar una funda para cepillo de dientes, deja que las cerdas se sequen completamente antes de utilizarla”, apunta Amanda Napitu, directora de operaciones de Dentaly. Y al igual que el uso de fundas, dejar el cepillo de dientes en ambientes húmedos y cerca del asiento del inodoro puede aumentar la posibilidad de desarrollar bacterias y moho.
Y el diseño del cepillo ¿influye? El diseño del cepillo de dientes y la disposición de las cerdas pueden ser factores a tener en cuenta, ya que la mayoría de las bacterias son extremadamente adherentes a las cerdas. Un estudio de 2008 determinaba que las bacterias pueden quedar atrapadas fácilmente dentro de las cerdas si están demasiado juntas. Al elegir un cepillo de dientes, es importante escoger uno con cerdas suaves para evitar problemas en el futuro.
¿Cómo deberíamos cuidarlo para mantenerlo en buen estado?
“Es muy sencillo. Tras usar un cepillo eléctrico debemos desmontar el cabezal y enjuagar cada pieza por separado. Después de asegurarnos de que no quedan restos de dentífrico ni de ningún tipo, conviene sacudirlo un poco para eliminar el exceso de agua. Una vez hecho esto podemos ensamblar de nuevo el cabezal en el mango y dejarlo secar apoyado sobre el lavabo, sobre el cargador o sobre la superficie de nuestra preferencia. Es conveniente que no quede cerca del inodoro y que no esté en contacto con el cabezal del cepillo de otros usuarios. En el caso de usuarios de cepillo manual, el procedimiento es igual, si bien el mayor tamaño del cabezal puede hacer que sea más difícil limpiarlo, y el apoyo en el tradicional vaso requiere que éste esté compartimentado o que sean individuales, ya que usar el mismo vaso puede poner en contacto varios cepillos de personas distintas. Dicho esto, el consejo fundamental que puedo dar para mantener en buen estado nuestro cepillo de dientes es usarlo el tiempo adecuado (2 minutos) y con la frecuencia debida (2 veces/día)”, apunta el experto de Oral B.
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¿Cada cuánto tiempo deberíamos cambiarlo?
El doctor Alcaide nos explica que el cabezal de un cepillo eléctrico debe cambiarse cada 3 meses. Este es el plazo establecido por los colectivos profesionales y los fabricantes para asegurar la máxima eficacia. “Existen estudios que determinan que un cabezal con más de 3 meses de uso reduce su capacidad de limpieza en el margen de la encía en un 29%, siendo un 24% la reducción en la capacidad de eliminación de placa cuando observamos los espacios entre dientes. De manera gráfica yo le digo a mis pacientes que usar un cabezal durante más de 3 meses sería casi como dejar de cepillarse todo un cuadrante de su boca”, comenta.
¿Conviene usar enjuague bucal antes de cepillarte los dientes?
Hay expertos que consideran que esta sencilla acción puede contribuir a reducir la cantidad de bacterias que se transfieren de la boca al cepillo de dientes, debido a que la concentración de alcohol en el enjuague bucal es suficiente para matar algunas formas de bacterias y gérmenes. Es importante hacer esto antes y no después del cepillado. También se recomienda remojar el cepillo de dientes en el enjuague bucal después de cepillarte. Esta acción limpiará las cerdas y matará la mayoría de las bacterias y gérmenes. “Puedes sumergir la cabeza del cepillo de dientes en el enjuague bucal a base de alcohol, dejarla durante un minuto y luego colocar el cepillo de dientes en posición vertical para permitir que se seque. Por lo general, recomiendo limpiar el mango con agua y jabón y luego dejarlo en posición vertical para que se seque”, apunta la odontóloga Laura Huling.
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Lejos del asiento del inodoro y solo tuyo
Hay dos recomendaciones más que tienes que tener muy en cuenta. La primera es que si el inodoro está muy cerca del lavabo, hay más posibilidades de que las bacterias que se liberan en el aire al tirar de la cadena alcancen y contaminen el cepillo de dientes. “Cuando tiras la cadena del inodoro, este emite un aerosol que puede viajar a más de cuatro metros, y en un baño de tamaño promedio, es probable que guardes tu cepillo de dientes dentro de este rango. La forma más sencilla de protegerse contra las bacterias del inodoro que llegan al cepillo de dientes es cerrar la tapa antes de tirar de la cadena”, dice la experta Amanda Napitu.
Y, no menos importante, asegúrate de usar solo tú tu cepillo de dientes. Dado que la mayoría de las bacterias que se acumulan en nuestro cepillo de dientes provienen de nuestra boca, es importante no usar el cepillo de dientes de otra persona ni dejar que otra persona use el tuyo. Además, si vives con otras personas, mantén los cepillos de dientes separados para evitar que se toquen.