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Dieta

Tu dieta o tus hábitos podrían no ser tan saludables como piensas

Antes de seguir una moda pide consejo a un experto


Actualizado 4 de noviembre de 2021 - 20:01 CET
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¿Crees que te alimentas bien? La alimentación es el conjunto de acciones mediante las cuales se proporciona sustento al organismo, por lo que para que sea saludable estas han de ir alineadas con una ingesta consciente y equilibrada, nos recuerdan desde Kaiku sin lactosa. Sin embargo, contagiados por las nuevas tendencias en alimentación a veces damos por sentado que nuestros hábitos son buenos, pero en realidad, no lo son tanto. Y nuestra dieta no es tan saludable como suponíamos.

Por ejemplo, una tendencia que está ganando cada vez más adeptos: el ayuno intermitente. ¿Es realmente saludable? Depende de cómo se haga y de si recibes un buen asesoramiento. 

Para resolver algunas dudas, desmontar algunos mitos y proponerte cómo comer mejor, entrevistamos a Ruth García, responsable de proyectos del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) y dietista-nutricionista. 

Errores en la dieta que te hacen engordar (y dañan tu salud)

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Pensar que el ayuno intermitente es una dieta para adelgazar

Es una estrategia nutricional basada en no comer nada durante un número determinado de horas al día. Hasta ahora lo normal era que esas horas fueran desde la cena hasta la mañana del día siguiente cuando desayunábamos, pero con el ayuno intermitente esas horas de ayuno se alargan hasta al almuerzo o incluso la comida. El ayuno intermitente más utilizado es 16:8, es decir, 16 horas de ayuno y 8 horas en las que se puede comer. Este tipo de ayuno es el que tiene mayor adherencia. Por lo general estas horas de ayuno se realizan durante la noche, de esta forma es más fácil de mantener en el tiempo. Durante las 16 horas de ayuno se puede beber agua, café o té, siempre sin azúcar añadido. En las 8 horas restantes tendremos que ingerir todas las calorías que nuestro cuerpo necesita y, esto, en ocasiones no es fácil, ya que serán comidas más densas energéticamente y por lo tanto más saciantes. Es importante que esté pautado y controlado por un nutricionista.

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Romper el ayuno con café 

Durante las horas de ingesta necesitamos ingerir todas las calorías y nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Si hemos comenzado a practicar ayuno intermitente puede ser que no tengamos hambre cuando vayamos a realizar la primera ingesta del día. Para romper este ayuno lo ideal sería comer tranquilamente, masticando bien todos los alimentos y evitando posibles atracones y optar siempre por opciones saludables ricas en proteínas y grasas de calidad. Por ejemplo, si rompemos nuestro ayuno en un desayuno la opción puede ser un porridge de avena y, si es a media mañana, añadir siempre una ración de verduras como una ensalada de legumbre o una crema de verduras con una tortilla. Siempre hay que evitar los ultraprocesados, los alimentos ricos en azúcares y las bebidas alcohólicas. Los beneficios que se atribuyen al ayuno intermitente siempre van a depender de nuestra alimentación durante las horas de ingesta por lo que hay que priorizar una dieta basada en verduras y hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos y cereales integrales.

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Desayunar hidratos de carbono 

Al margen de si realizamos ayuno intermitente o no, la mayoría de desayunos se basa en hidratos de carbono y abusa del pan blanco, los cereales refinados e incluso de la repostería. Al igual que el resto de comidas, el desayuno ha de ser variado y nutritivo. Debe contener una buena fuente de proteínas como las que aportan los frutos secos, los huevos y las carnes magras; fibra vegetal, vitaminas y minerales como los que están presentes en la fruta y la leche, nos recuerdan desde Kaiku. Si tienes intolerancia a la lactosa, opta las 'sin' a las que se les añade lactasa para que tu organismo pueda asimilar mejor la lactosa de la leche. 

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Pensar que la única fuente de calcio son los lácteos

Los lácteos son un grupo de alimentos ricos en proteínas, grasas de calidad, vitaminas y minerales como la vitamina D y el calcio.  Pero no son un grupo de alimentos imprescindibles en nuestra dieta, actualmente disponemos de bebidas vegetales y derivados con una composición nutricional similar a la de los lácteos. Además de otras fuentes de calcio vegetal como son las semillas de sésamo, las almendras o las coles como el brócoli. La leche, el yogur y el queso son alimentos que podemos elegir consumir o no. No son imprescindibles para nuestra salud al igual que tampoco son perjudiciales.

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Hacer cinco comidas al día sí o sí

Hace no tantos años comer 5 veces al día era casi una obligación si querías llevar una alimentación saludable y supuestamente tenía beneficios para nuestra salud. Incluso podíamos pensar que era más importante el número de veces que comíamos al día que lo que realmente comíamos y es justo ahí donde debemos trabajar. Lo realmente importante para cuidar nuestra alimentación es fijarnos en lo que comemos y no en cuando lo comemos.

Además, muchos estudios han relacionado la ingesta entre horas con un mayor consumo de alimentos ultraprocesados. Si decidimos realizar 5 o más ingestas a lo largo del día el mejor alimento que podemos tomar es fruta fresca de temporada, alternando con otras opciones como frutos secos.

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Dar por sentado que la fruta en la cena adelgaza

La fruta como ya hemos visto es una buenísima opción como postre, almuerzo o merienda. Cuando cenamos o comemos únicamente fruta no estamos ingiriendo otros nutrientes fundamentales como son las proteínas y las grasas de calidad. Si tomamos únicamente fruta en un primer momento nos vamos a sentir saciados, pero pasada una hora vamos a tener hambre de nuevo: esto es debido a que la fruta es fundamentalmente agua, fibra, vitaminas y minerales, las cuales provocan saciedad a corto plazo. Las proteínas y las grasas de calidad van a provocar saciedad a largo plazo. Esta saciedad a largo plazo evita posibles picoteos e incluso atracones. Cenar fruta de manera puntual no será perjudicial para nuestra salud, pero si cenamos solo fruta habitualmente estamos dejando de ingerir otros alimentos y nutrientes.

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