intolerancia junco

¿Es lo mismo la alergia alimentaria que la intolerancia a los alimentos?

Suelen producir síntomas similares y, a veces, resulta difícil distinguirlas. Por ello, vamos a ver cuál es la diferencia y cómo se suelen diagnosticar.


Actualizado 20 de octubre de 2021 - 12:15 CEST

La alergia alimentaria y la intolerancia a los alimentos son dos entidades clínicas diferentes y, aunque al compartir síntomas y resultados hablamos con frecuencia de ambas patologías mezclándolas y confundiéndolas, pues sus consecuencias finales son siempre el perjuicio que origina en nuestro organismo la toma de determinado alimento, no tienen nada que ver entre sí, excepto en el resultado final, que es la reacción patológica del organismo a determinado alimento o determinada sustancia contenida en él.

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En la alergia alimentaria el organismo reacciona de forma anómala ante un alimento que contenga una sustancia considerada por el sistema inmune como un antígeno. En la intolerancia, por su parte, ante un alimento nuestro organismo no está capacitado o no puede digerir alguna de las sustancias contenidas en ese alimento.

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Diferencias entre alergia alimentaria e intolerancia a los alimentos

En los casos de alergia alimentaria, el trastorno es del sistema inmunológico del paciente que reacciona ante la sustancia alergénica del alimento, fabricando anticuerpos contra él. En el caso de la intolerancia alimentaria el trastorno es metabólico por la falta o escasez de los enzimas necesarios para digerir determinadas sustancias.

  • Alergia alimentaria. Cuando nuestro organismo identifica una sustancia contenida en un alimento como una amenaza para su salud, es decir como un alergeno, para defenderse de ella, desencadena un proceso inflamatorio agudo que induce la producción de anticuerpos. Esta situación da lugar a diferentes síntomas clínicos que afectan al aparato digestivo y a nivel general.
  • Intolerancia a los alimentos. Cuando en nuestro aparato digestivo se introduce una sustancia contenida en un alimento, para la que no esta preparado para su digestión debido a un déficit o a una ausencia de la enzima que la realiza, da lugar a una reacción metabólica que altera las funciones digestivas y repercute sobre la nutrición.

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Síntomas

Los síntomas a que dan lugar ambas patologías son similares pero tienen matices, algunos muy importantes y llamativos.

  • Alergia alimentaria. Los síntomas aparecen de forma precoz, casi inmediata a la toma del alimento. Los síntomas digestivos se caracterizan por dolor abdominal, nauseas, vómitos, dolor cólico y retortijones. Aparece también de forma casi inmediata, enrrojecimiento, inflamación y edema peri labial. En algunos casos, los síntomas generales se manifiestan como lesiones de urticaria en la piel, síntomas respiratorios y hasta la aparición de un cuadro de anafilaxia con shock.
  • Intolerancia a los alimentos. Los síntomas aparecen pasado un tiempo, minutos u horas, a veces hasta días, después de haber comido y se caracterizan por dolor abdominal, retortijones y diarrea, que puede mantenerse por largo tiempo si persiste la ingestión del alimento no tolerable, pudiendo dar lugar a un cuadro de diarrea crónica con mal absorción intestinal.

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Ejemplos más frecuentes

La alergia a los alimentos es cada día mas frecuente, tanto en niños como en adultos. Las más comunes son la alergia a las proteínas de la leche de vaca, la alergia a las proteínas del huevo, a las legumbres, al pescado y a los frutos secos.

Entre los intolerancias a los alimentos las dos más frecuentes son la intolerancia a la lactosa y al gluten, que da lugar a la enfermedad celiaca.

Alergia a las proteínas de la leche de vaca. Se produce una reacción del sistema inmunitario contra la lactoalbumina, la lactoglobulina y la caseína de la leche de vaca, dando lugar a los síntomas digestivos y generales antes referidos. Se diagnostica, además de por los síntomas, a través de Priks cutáneos o Rast en sangre que definen la alergia de que se trata. El tratamiento consiste en retirar de la dieta todo tipo de leches de origen animal. El pronóstico es bueno pues muchas de estas alergias pasado un tiempo mejoran introduciendo bajo control pequeñas cantidades del alimento en cuestión para adaptar al organismo a la sustancia alergenica.

Intolerancia a la lactosa. Es el ejemplo más frecuente de intolerancia alimentaria. Se produce a causa de la escasez o la ausencia de un enzima del intestino denominado lactasa, que desdobla la lactosa en glucosa y galactosa. La presencia de lactosa no digerida en el intestino da lugar a síntomas de dolor abdominal, retortijones y diarrea persistente. El tratamiento consiste en retirar de la dieta alimenticia las leches y los alimentos que contengan lactosa.

Intolerancia al gluten. Las personas que la sufren no toleran una proteína que se encuentra en los cereales como el trigo, el centeno o la cebada. Aunque se llame intolerancia, en realidad, es una alergia no mediada por IgE. Las personas que la tienen, pueden presentar una variedad de síntomas. Además de los digestivos como distensión abdominal, náuseas, dolor, también pueden sufrir pérdida de peso, fatiga, anemia, cambios en el estado de ánimo, entre otros.

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