pareja triste

Los tres principales problemas de las parejas

Hay que poner soluciones para evitar la ruptura


Actualizado 18 de octubre de 2021 - 15:05 CEST
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Todas las parejas viven altibajos, momentos buenos que se alternan con otros que no lo son tanto. La clave está en saber percibir cuándo se producen esos problemas y tratar de buscar soluciones para que una posible crisis no acabe en ruptura. Por ello nos planteamos cuáles son los tres problemas más comunes y frecuentes a los que se enfrentan las parejas en su relación. “Si tuviera que elegir tres serían los siguientes”, nos cuenta María Magdalena Orosan, psicóloga de TherapyChat y experta en Terapia de pareja:

· Falta de comunicación.

· Falta de confianza.

· Infidelidad.

La experta matiza, eso sí, que todos ellos van de la mano. “Hay que partir de la base de que el respeto es un sine qua non para cualquier relación. La comunicación es un concepto muy amplio, que incluye desde expresar pensamientos, emociones o sentimientos hasta tener la capacidad de resolver juntos situaciones que se van generando en la relación. Si existe una buena comunicación, la confianza se ve más fortalecida y hay menos posibilidades de que haya mentiras o engaños o, si los hay, suelen gestionarse mejor”, nos detalla.

 

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¿Cuáles suelen ser las causas de estos problemas?

“Hay múltiples variables implicadas en el inicio y en el mantenimiento de los problemas en el ámbito de la pareja. Algunas se centran en el momento presente, pero otras incluso vienen de muy atrás”, nos cuenta María Magdalena Orosan, que cita algunas de las causas más comunes.

-Por un lado, el ideal de “amor romántico’’ que nos transmite la sociedad.

-La manera de vincularnos que aprendemos desde pequeños y que influye a la hora de pedir lo que uno necesita, o de limitarse a complacer al otro.

-Los referentes de relación en pareja que tenemos de nuestro entorno (padres, madres, abuelos, abuelas, tíos y tías, etc.) y los roles que éstos asumen (cuidador/a, autoritario/a, poco expresivo/a, etc.).

-La influencia de nuestro entorno más cercano, como la familia o los amigos.

-Factores socio-culturales y de género.

-La dificultad para tomar decisiones, las propias inseguridades que se vuelcan en la pareja, etc.

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¿Acabar en una ruptura?

Nos planteamos si estos problemas pueden acabar provocando una ruptura si no se gestionan bien. “Efectivamente, pueden provocar una ruptura y lo que es más perjudicial aún, daños a nivel individual y/o a terceros”, matiza la psicóloga. Y nos explica que muchas veces los miembros de la pareja entran en una lucha de poder y no son conscientes de que si perjudican a la otra persona, también perjudican a su relación de pareja y, como consecuencia, se están perjudicando a sí mismos, como miembros de esa unión. Asimismo, si la pareja tiene hijos, irremediablemente el entorno en el que éstos viven les influirá de una manera u otra.

 

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En busca de la solución

¿Cuál sería la solución para tratar de afrontar estos problemas?

-“En la pareja el respeto es la base. Sin respeto no hay nada sobre lo que sustentar la relación. Yo diría que hay que empezar por el buen trato hacia uno mismo y hacia el otro”, comenta la experta. Así, nos explica que es importante aceptar y respetar la opinión de la pareja; esto incluye no querer cambiar sus opiniones a toda costa, no querer cambiar su esencia, y aceptarla para poder amarla. “Como decía Sigmund Freud: ‘’Si dos personas piensan igual en todo, una de ellas piensa por los dos’’. Y es que somos personas distintas, con nuestras diferencias individuales, nuestro origen y nuestras propias vivencias que hacen que seamos únicos; y eso, en lugar de ser un handicap, debe tomarse como un enriquecimiento para la pareja. Lo raro sería que no hubiera diferencias”, matiza.

-Una vez cimentada la base del respeto y la aceptación, la clave está en la comunicación. Una pareja que está receptiva a las peticiones del otro, y que le escucha y no simplemente le oye, desarrolla mucho más su vínculo con el otro; es capaz de empatizar mejor; y la confianza, en consecuencia, se ve muy reforzada. Cuando esto sucede, la pareja se siente más cómoda a la hora de expresar emociones, sentimientos o hacer peticiones. “En cambio, cuando uno da y no recibe pero tampoco lo pide, está contribuyendo a que la dinámica problemática que existe en la pareja se mantenga. Un error muy común es pensar que el otro tiene que adivinar lo que uno necesita. Los miembros de una pareja sana y equilibrada son capaces de dialogar, de expresar cómo se sienten, y, en consecuencia, sienten que pueden actuar siendo ellos mismos, sin temor”, nos explica.

-Por último, si nos encontramos ante el caso de que se ha roto la confianza, lo primero es tener en cuenta que va a costar recuperarla y, por tanto, es importante trabajar en ello y mejor si se hace guiados por un psicólogo especialista en parejas. Seguir o no en la relación de pareja es una decisión que ambos han de tomar. Tendrán que valorar si en esta nueva situación piensan y sienten que pueden continuar juntos, o por el contrario, seguir por separado. Aquí es necesario hacer un proceso de interiorización de la nueva situación, y aceptar o perdonar no implica necesariamente seguir.

 

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Atenta a estas señales

¿Qué señales nos pueden alertar de que existe una crisis en la pareja?

-Las discusiones frecuentes.

-Culpar al otro del propio malestar y no asumir la propia responsabilidad.

-Tener “enfados’’ que se alarguen en el tiempo.

-No sentirse satisfecho con lo que te aporta la pareja o, algo que va incluso más allá de esto, “dejar de existir como pareja’’, limitándose a la cotidianidad y no compartiendo nada más allá. Esto suele ocurrir cuando hay muchas responsabilidades (el cuidado de los hijos o de algún otro miembro de la familia, largas jornadas laborales o el excesivo uso de las redes sociales).

“Cada vez es más común ver en consulta parejas cuyo objetivo es gestionar bien los problemas cotidianos y mejorar la comunicación; sin embargo, para poder llegar a eso no podemos olvidar la importancia de recuperar espacios de complicidad que a su vez, actuarán como facilitadores”, nos explica.

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Relaciones reforzadas tras una crisis

Está claro que todas las parejas afrontan etapas complicadas, nada es 'de color de rosa' en todo momento. ¿Qué les recomendaría para que consiguieran, incluso, que la relación saliera reforzada de esos momentos de crisis?

  1. En primer lugar, que escuchen a sus parejas, que expresen lo que sienten y pidan lo que necesitan; en definitiva, fomentar la comunicación asertiva.
  2. Más importante aún, que no elijan o permanezcan con su pareja desde la necesidad afectiva, sino que lo decidan porque les suma y no les resta. Para ello es importante estar bien con uno mismo. Ser capaz de cubrir las propias necesidades afectivas sin necesitar que otro lo haga.
  3. El balance de pros y contras de estar en la relación tiene que ir en consonancia con los valores de la propia persona y no en contra, porque la felicidad es algo que tiene que partir del interior.
  4. Es importante que la pareja tenga espacios para compartir que se salgan de lo cotidiano, y así tenga la posibilidad de reencontrarse; al igual que es importante tener espacios de manera individual.
  5. Para esperar resultados positivos en la mejora de la relación también es necesario hacer un trabajo de dedicación a la pareja, no solamente centrarnos en minimizar lo negativo. Esto permitirá no sólo hacer una mejor gestión o tener una comunicación más eficiente, sino crecer como individuos y como pareja.

 

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