La presbicia o vista cansada es un precio que tenemos que pagar por cumplir años. Se comienza a notar a partir de los 40 o 45 y el síntoma principal es que no podemos ver bien de cerca. La presbicia no se puede prevenir ya que va asociada al proceso de envejecimiento. Afortunadamente, cada vez hay más soluciones para corregirla sin necesidad de utilizar lentes de contacto o gafas. Las cirugía, por ejemplo, es la opción definitiva.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Es el trastorno visual más común en la población y su prevalencia va aumentando según cumplimos años, afectando al 21% de las personas entre los 40 y los 44 años, a más del 63% entre los 45 y los 55 años y superando ampliamente el 70% de afectados entre los mayores de 55. Nadie se salva de padecer vista cansada. Pero no la edad es la responsable de sufrirla. Algunas enfermedades como la diabetes o pasar muchas horas frente al ordenador la empeoran.
- Ejercicios para que tu vista mejore en solo 3 minutos
¿Por qué aparece la vista cansada?
Con el paso de los años, el cristalino, una parte del ojo que permite enfocar los objetos a diferentes distancias, gana grosor, pierde elasticidad y capacidad para acomodarse. El resultado es que para ver bien o para leer cómodamente un libro o el listado de ingredientes de un envase tendrás que estirar el brazo y alejar el objeto. “Para ver con nitidez, debemos alejar los objetos, no conseguimos ver del todo bien las cosas que tenemos delante y, en ocasiones, terminamos con dolor de cabeza y con los ojos cansados”, nos explica el Dr. Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, y responsable de una Unidad de Cirugía Compleja Oftalmológica.
El tratamiento habitual para corregir este defecto es ponerse gafas monofocales, para ver de cerca, bifocales, que son las que te permiten ver bien de cerca y de lejos o progresivas, que también mejoran la visión intermedia. Pueden utilizarse también lentes de contacto correctoras. Pero la incomodidad que pueden provocar las gafas puede salvarse recurriendo a la cirugía. “La cirugía devuelve la capacidad de visión hasta en un 90% de las actividades que hacíamos antes de la presbicia: leer en el móvil, ver las redes sociales en el ordenador o Tablet, conducir, ver la TV…. Quizá necesiten gafas para leer letras muy pequeñas en condiciones de muy poca luz, pero para el resto de actividades normales de su vida, habrá recuperado lo que la presbicia les quitó”, asegurael Dr. Dorronzoro.
- Si tu vista está cansada por el ordenador, sigue la técnica 20/20
¿En qué consiste la cirugía de cataratas?
El tratamiento con láser modifica la curvatura de la córnea para mejorar la visión de cerca, y al mismo tiempo, permite corregir otros defectos refractivos como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. “Esta opción es particularmente interesante para personas jóvenes que no padecen cataratas. Es una solución excelente para corregir varios problemas refractivos en una única sesión quirúrgica”. Pero también se puede optar con el implante de lente intraocular. “Extraemos el cristalino y los sustituimos por una lente multifocal que permite enfocar a todas las distancias. Ambas intervenciones duran apenas unos minutos, son totalmente indoloras para los pacientes y en poco más de dos horas regresan a su vida para empezar con la recuperación que, además, es muy rápida”, señala el experto.
Este tipo de intervención mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes. Y es que, pese a que la presbicia no es un defecto visual grave pero sí que produce mucha incomodidad debido a la necesidad constante del uso de las gafas de cerca e inclusive progresivas. Gracias a la operación se puede eliminar dicha dependencia, por lo que los pacientes suelen experimentar una gran mejoría en su calidad de vida, ya que no las necesitan constantemente para realizar las actividades cotidianas.
Pese a que este tipo de intervenciones son seguras, pueden aparecer complicaciones. De ahí que sea necesario realizarse revisiones periódicas para que no surja ningún contratiempo. Por ejemplo, como en cualquier cirugía puede aparecer una infección. Asimismo, es necesaria una valoración previa, puesto que algunas personas con problemas en la córnea no son candidatos a la operación.