Son muchos los beneficios que se la atribuyen al yoga, más allá de sus efectos relajantes y el alivio del estrés. Esta disciplina, que se lleva practicando miles de años, aumenta la flexibilidad, fortalece y tonifica y previene contracturas y dolores musculares. Pero también activa la circulación sanguínea, con lo que reduce el riesgo de trombosis, un problema de salud que puede ser grave y del que hoy se celebra el día mundial.
¿Qué es la trombosis?
Durante este tiempo de pandemia hemos escuchado hablar mucho de la trombosis, que consiste en la formación de un coágulo (trombo) en un vaso sanguíneo. Por ejemplo, en venas (tromobosis venosa profunda) o arterias (arteria coronaria). El tabaco, la mala alimentación, el sedentarismo, la edad, el abuso del alcohol y algunos medicamentos aumentan el riesgo de sufrir una trombosis, que puede ser mortal, ya que el coágulo puede bloquear el torrente sanguíneo normal o desprenderse.
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¿Cómo mejorar la circulación?
Además de evitar los factores de riesgo mencionados, podemos incrementar el ejercicio físico y, además, completar nuestra actividad física con el yoga, que cuenta con algunas posturas que son muy buenas para activar la circulación de la sangre.
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Postura de la montaña
Es una de las posturas de yoga más sencillas pero con grandes beneficios para la salud de nuestra circulación sanguínea. Como nos cuenta la profesional de yoga Cayetana Rodenas "ayuda a mantener las piernas tonificadas, el abdomen activo para mantener la columna recta, además de fortalecer las rodillas, muslos y tobillos". Cuando haces esta postura y te concentras en las respiración alivias el estrés de tu tren superior e inferior y todo ello libera la presión de tu sistema circulatorio, con lo que es bueno para evitar problemas como la trombosis.
Postura del arado
Seguramente, esta postura la habrás practicado mucho de niña, sin saber de sus beneficios en tu organismo. Se trata de realizar una flexión hacia atrás del tronco. "Se trabaja contra la gravedad y se mejora la circulación sanguínea de las piernas", asegura la experta en yoga. Asimismo, la sangre drena mejor hacia el corazón, se alivia la presión de las piernas y se estira toda la columna vertebral.
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Piernas en alto
Esta postura de yoga, denominada en sánscrito Viparita Karani, consiste en elevar las piernas, como la modelo de la imagen o apoyándolas sobre una pared. Supone un gran alivio para la presión a la que sometemos a diario nuestras piernas y, por tanto, para la circulación sanguínea. Es una postura muy recomendable para practicarla antes de dormir.
Postura de la pinza de pie
Conocida como uttanasana, también es una de las posturas más practicadas en yoga, además de ser una de las mejores para mejorar la circulación sanguínea y evitar el riesgo de trombosis. "Al estirar toda la parte trasera de piernas y espalda ayuda a la descompresión de la columna y se obtiene un estiramiento profundo en los muslos y pantorrillas además de descargar tensión en cuello y hombros y llevando el flujo sanguíneo hacia la cabeza", comenta Cayetana Rodenas.
Postura del pez
Esta postura se promociona como una de las mejores de yoga para quienes sufren de venas varicosas porque hace muchas cosas a la vez. Aunque se trata de un asana más aconsejada para personas con un nivel intermedio. "Alivia el estrés en el cuerpo, así como los calambres, al mismo tiempo que se estiran los pies y las piernas". Si tienes poca flexibilidad, dobla las rodillas al practicarla.
Postura de la barca
Buenísima para mantener un buen tono muscular abdominal, también mejora la circulación sanguínea y contribuye a prevenir eventos trombóticos. "Al levantar las piernas y mantenerlas en alto, es excelente para las venas debilitadas. Además, trabajamos el equilibrio, estiramiento de columna y la fuerza abdominal en la zona abdominal denominada core, señala la experta en yoga.
Postura de rodillas al pecho
Para los más sedentarios, esta postura que se realiza tumbado boca abajo, ayuda a liberar tensión en el estómago y sistema digestivo. Al practicarla, activamos la circulación, se relajan y aflojan los músculos y las articulaciones de las caderas y las rodillas, que son algunos de los lugares donde se acumula más tensión junto con hombros y cuello. "Esta sencilla postura, si la practicamos con regularidad, ayuda a prevenir la trombosis venosa profunda", asegura Cayetana Rodenas.