La vida está repleta de situaciones complicadas. A veces no las afrontamos como desearíamos, cometemos fallos, algo muy humano. Y no dudamos en preguntar en qué hemos fallado. Incluso nos planteamos que no estamos a la altura o no somos tan buenos como pensábamos. Tanto, que nos hace dudar de nosotros mismos, de nuestras capacidades y aptitudes, e incluso paralizarnos en una minúscula zona de confort que nos evita vivir cualquier situación en la que podamos llegar a fracasar. Todo ello en un proceso que puede llevar tiempo, en el que podemos llegar a retarnos y a sentir vértigo.
“Ser capaces de reconocer nuestros propios miedos, aceptar nuestras paradojas y vivir plenamente, sustituyendo la ilusión del control por la apertura emocional, es todo un acto de valentía”, explica Ananda Ceballos, psicóloga y colaboradora de la app de meditación Petit BamBou.
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Hay que intentarlo
Hay que salir, en ocasiones, de la zona de confort. Vencer al miedo a fallar y ganar confianza en nosotros mismos. La experta nos pone un ejemplo práctico, basándose en la experiencia de Richard L. Bednar y Scott R. Peterson, dos psicólogos especializados en autoestima, quienes observaron un extraño fenómeno en sus pacientes: comprobaron que su confianza no dependía del resultado de sus actos. Por ejemplo, cuando uno de ellos no se presentaba a un examen para el que se había estado preparando, se sentía mucho peor que si lo intentaba y suspendía. Dicho de otra forma, el orgullo por haberlo intentado eclipsaba la decepción de no haber aprobado. A ello la experta lo define como el verdadero círculo virtuoso de la confianza: tu seguridad aumenta cuando, simplemente, actúas. Y actuar es lo que te permite sentirte más confiado.
“En la vida progresamos cuando corremos riesgos y nos atrevemos a desarrollar nuevos comportamientos”, apunta Ananda Ceballos, quien matiza que, eso sí, para salir de esa zona de confort hemos de evaluar nuestras capacidades. “Si no, el perfeccionismo, el miedo al fracaso, al rechazo y al conflicto, nos pueden paralizar y conducir a la inacción”, añade.
Recomendaciones prácticas
Para conseguirlo, para tratar de intentarlo con confianza, la psicóloga da una serie de recomendaciones:
- Tratar de cambiar el pensamiento negativo. Dejar de decir “no puedo”, creer que sí somos capaces. Lánzate.
- Trazar objetivos realistas. Para descubrir que somos capaces de alcanzar metas concretas e ir ganando progresivamente la confianza en nosotros mismos.
- Focalizar la atención en “el ahora”. En lugar de quedarse en el pasado o pensar en lo que podría ser mejor en el futuro.
- Ser agradecido. Un sencillo ejercicio con el que escribir o pensar diariamente en las cosas por las que estás agradecido permite prestar más atención a lo que tenemos en vez de a lo que no tenemos.
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La importancia de confiar en tu yo interior
En ocasiones, eso sí, nos da miedo dar el paso. El miedo nos puede incluso a paralizar. Es humano sentirlo, pero provoca falta de confianza y ésta deriva en una duda paralizadora y dañina. “Una persona segura de sí misma no necesita tener éxito todo el tiempo, saberlo todo ni tener siempre razón”, comenta la experta, que añade que la clave está en aprender a tolerar esa inseguridad en su interior.
Es importante, por lo tanto, no confundir la confianza en uno mismo con la autoestima, aunque ambas estén muy relacionadas entre sí.
- La autoestima se refiere a la valoración positiva que una persona tiene de sí misma. Y es muy amplia, pues puede tratarse de la apariencia física, de sus habilidades, de sus logros profesionales o académicos, o de su vida emocional.
-Mientras, la confianza en uno mismo es la evaluación realista y puntual de nuestra capacidad para hacer frente a una situación particular. En otras palabras, un "sentimiento" de seguridad. Según la experta, “tener más confianza en uno mismo afecta al bienestar, a la satisfacción con la vida y se vuelve necesario para mejorar la rutina diaria”.
¿Y cómo podemos desarrollar más la confianza en uno mismo? La experta sugiere opciones que son muy útiles, como la práctica del mindfulness y la meditación, que nos ayudan a tomar consciencia de las barreras internas para confiar en uno mismo, para luego, dejar fluir esa confianza poco a poco para actuar.
Evitar el síndrome del impostor
Ya te hemos hablado en alguna otra ocasión del llamadlo síndrome del impostor, que nos lleva a dudar de nuestro éxito profesional o personal, nos lleva a afirmar que no lo merecemos, y que si lo tenemos, es por motivos externos. Y, sin duda, detrás de él, también se encuentra el problema que hoy nos ocupa: la falta de confianza en nosotros mismos. Para liberarse de esa falta de confianza, lo primero es identificar las creencias erróneas y hacer una nueva lectura de la trayectoria vital, hasta recuperar la legitimidad y una visión adecuada de uno mismo.
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