Cuando nos vemos bien, nos sentimos mejor. Es algo indudable. Y es que no podemos negar la influencia del bienestar físico a nivel emocional. Por eso, no es extraño que la medicina estética se haya convertido en una herramienta que contribuye a mejorar la confianza y la autoestima en nosotros. Hay que tener en cuenta los datos: el número de tratamientos médico-estéticos ha aumentado un 5,4% desde 2016, según datos de la SEME. Y, sin duda, el principal motivo del incremento de la demanda es conseguir un aspecto cuidado, natural y saludable. Pero es que, además, lejos de ser una cuestión de vanidad u orgullo, la estética es un concepto muy ligado a nuestra autoestima. Sentirnos cómodos cuando nos miramos en el espejo nos llena de confianza. Así lo considera la doctora Cristina Villanueva, profesional con más de 25 años de experiencia en el campo de la medicina estética, con quien hemos hablado del valor que tiene la estética en nuestra manera de vernos a nosotros mismos y de enfrentarnos al día a día, así como del rol que puede llegar a jugar esta disciplina médica en ello, es decir, en la autoconfianza de las personas que necesitan o simplemente deciden hacerse un tratamiento.
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¿Hasta qué punto considera que es importante conseguir un bienestar físico para mantener también nuestro bienestar emocional?
Nuestro bienestar físico no es solo la ausencia de enfermedad, el hecho de vernos bien influye notablemente en nuestro estado de ánimo y es por eso y por otros beneficios inherentes a cada cuidado, que somos cuidadosos con nuestra alimentación, valoramos el ejercicio físico como una fuente de salud y bienestar y también otras formas de cuidarnos como la meditación, el mindfulness o la medicina estética para el cuidado de nuestro cuerpo y poder encontrar la mejor versión de uno mismo. Sentirnos bien hace que tengamos más confianza en nosotros mismos.
No sentirnos bien con nuestro físico puede generar importantes problemas de autoestima, ¿no es así? ¿Van de la mano imagen corporal y autoestima hoy en día?
Creo que la imagen corporal influye en nuestra autoestima y por ello es importante cuidarla, pero no debemos olvidar otros factores como los sociales o los psicológicos que influyen también notablemente y centrarlo solo en el aspecto físico nos puede llevar a un exceso de tratamientos y pérdida de la naturalidad.
¿Piensa que hay personas que sobrevaloran su imagen, que pueden llegar a obsesionarse con ella?
Sí, es lo que comentaba en la pregunta anterior, la confianza en uno mismo, tan importante se fundamenta en muchos pilares, sentirnos bien con nuestra formación, con nuestra familia, con nuestro trabajo, saber disfrutar del arte, del descanso, de la música, de la amistad y el amor, todo ello son factores indispensables para tener confianza en uno mismo y aunque indudablemente nuestro aspecto es importante, centrarlo todo en nuestro aspecto puede ser una patología y conducir a un exceso de tratamientos estéticos. La medicina estética contribuye a nuestro bienestar emocional pero no es ni mucho menos la única vía.
¿Considera que la medicina estética es una herramienta capaz de mejorar la confianza y la autoestima en uno mismo?
Sí, indudablemente. El avance de los tratamientos de medicina estética, tanto en técnicas como en productos, hace que podamos prevenir o retrasar el envejecimiento, tratarlo de una manera adecuada a cada edad y personalidad y también ayudar con los tratamientos corporales tanto a adelgazar como a mejorar la calidad de la piel, cabello, etc.
Pero hay que tener muy en cuenta que debemos someternos a tratamientos siempre contando con un buen asesoramiento, pues hay que aprender a valorarnos y a saber qué es lo que realmente necesitamos, ¿no lo cree?
Por supuesto, ponerse en manos de médicos con experiencia es imprescindible para contar con un buen asesoramiento que nos permita un buen diagnóstico y, por lo tanto, un buen tratamiento, lo que nos llevará a la satisfacción del paciente y a su fidelización, es decir, que siempre podamos acompañarle en esta tarea de cuidarse de la manera más razonable y segura.
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¿Hay ocasiones en los que el paciente busca resolver con la medicina estética conflictos más profundos, como dolores emocionales o insatisfacción personal?
Sí, eso también existe, nuestra experiencia como médicos nos ha de permitir darnos cuenta de lo que le está pasando a ese paciente, porque si eso es lo que ocurre, nuestros tratamientos no resolverán el problema, aunque muchas veces, bien enfocado, pueden ayudar a iniciar otros tratamientos de soporte para su problema emocional.
¿Cuál es el papel del médico estético cuando se encuentra con situaciones así?
El papel del médico estético en estas ocasiones suele ser el de decir que no a tratamientos innecesarios o que no van a resolver el problema. Aconsejando al paciente otros profesionales que puedan ayudarle y muchas veces actuar conjuntamente. Lo importante es que el paciente no pierda la naturalidad o se haga tratamientos que le van a deformar porque nunca se ve bien o nunca tiene suficiente, el labio, por poner un ejemplo, es importantísimo saber decir que no.
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¿Qué valor tiene la estética en nuestra manera de vernos a nosotros mismos y de enfrentarnos al día a día?
No solo hoy en día, aunque ahora esté al alcance de más personas, durante toda la historia de la humanidad las personas hemos valorado la estética y ya los egipcios se realizaban tratamientos para la piel y de cirugía plástica, dándonos una idea de la importancia de la imagen, también los griegos y luego durante el renacentismo se puso de manifiesto con la utilización de la proporción aurea la importancia de la belleza en el arte, hoy en día utilizamos esta proporción para crear armonía en nuestros rostros.
El hecho de cuidarnos y sentirnos bien con nosotros mismos nos ayuda a mejorar nuestra autoestima y la autoestima es la base de la confianza, por ello, tener confianza en uno mismo, saber reconocer nuestros puntos fuertes y potenciarlos nos ayuda a afrontar mejor cualquier situación.