El mes de septiembre y marcarse como objetivo perder peso van de la mano. Quien más quien menos ha cometido algún exceso a lo largo del verano y se marca como objetivo perder esos kilos de más que nos recuerdan la báscula e incluso la ropa. Pero nos surge una pregunta: ¿qué ocurre cuando nos marcamos como objetivo bajar de peso y ese es nuestro único fin? Dos kilos o tres. Nuestra dieta se adapta para conseguir perder ese peso, pero, ¿y después? “Muchas veces cuando nos centramos solo en el objetivo no somos consecuentes del proceso y nos valen las ‘dietas milagro’ con tal de alcanzar el peso ideal. El tema está en que no tenemos en cuenta todo lo que conlleva centrarnos en querer bajar de peso sin pensar en el cómo, y luego llega el efecto rebote, tanto físico como emocional. Estas prácticas lo que fomentan es que aumenten nuestros niveles de ansiedad y estrés, ya que queremos conseguirlo lo más rápido posible, desencadenando una ralentización del metabolismo, lo cual promueve el aumento de peso y, junto a ello, aumenta nuestra sensación de frustración y culpa, lo cual nos lleva a sentir más ansiedad y estrés y continuamos con el círculo vicioso”, confirma Fran Sabal, autora del libro Nutrición Emocional y especialista en gestión emocional.
Huir de las dietas restrictivas
"Las estadísticas son claras en este aspecto: el 95% de las personas que empiezan una dieta restrictiva recuperan el peso inicial en menos de un año y el 80% de esas personas elevan su peso por encima del que tenían al principio", nos cuenta por su parte Cristina Barrous, nutricionista y coach nutricional de The Beauty Concept, quien añade que las dietas restrictivas que trabajan con el objetivo (único) de pérdida de peso generan grandes expectativas en pequeños espacios de tiempo, y aquí suceden varias cosas:
-Las grandes expectativas hacen que a poco que nos cansemos y decidamos “rendirnos” .
-La ansiedad de la restricción hace que el hambre emocional se active, por lo que acabamos recurriendo a cualquier alimento súper nocivo para nuestra salud y activando el modo “me da igual “, tiramos todo el esfuerzo hecho por pasar de un extremo al otro.
-Las dietas restrictivas no son sostenibles en el tiempo. Por lo que cuando volvemos a activar nuestro estilo de vida anterior, queremos salir con amigas… no tenemos recursos, no sabemos qué hacer y rápidamente volvemos al mismo peso de antes.
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Una cuestión de salud
"Lamentablemente, en la mayoría de los casos el descenso de peso es producto del deseo por mejorar la apariencia física, lo cual termina en fracaso, pero actualmente cada vez más personas se preocupan por su salud”, nos detalla Laura Parada, nutricionista de Slow Life House. “Gracias a que ahora se habla más del cuidado de nuestra salud en forma global, el cuidado de nuestro cuerpo debe ser en conjunto, tanto por dentro como por fuera y fundamentalmente para tener éxito es la estabilidad emocional y la detección de los factores como el estrés antiedad, autoestima, etc, que son pilares fundamentales para el éxito de nuestra salud física”, añade la experta.
Y es que, en su opinión, el peso corporal no es un determinante de salud, debemos saber que hay factores más importantes. “Si sentimos que esto nos traerá la felicidad estamos en el camino equivocado, estar a gusto con nuestro cuerpo es un trabajo más profundo, es verdad que reducir el porcentaje de grasa si este es muy elevado es bueno, pero un descenso del mismo lo traerá el amor propio y el cuidado de nuestra salud”, nos explica Laura Parada.
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Claves para conseguir nuestro objetivo
En opinión de Fran Sabal, lo ideal es no perder nuestro objetivo de vista, pero meditar sobre lo que queremos conseguir y de qué manera, es decir, empezar a establecer hábitos saludables que sean sostenibles en el tiempo. Y, desde la perspectiva de la Nutrición Emocional, resume 5 tips para poder alcanzar dicho objetivo de forma eficaz:
- Trabajar desde el amor propio: y es que cuando comienzas a cuidarte desde el amor todas las acciones que lleves a cabo serán las mejores para ti y tu cuerpo.
- Comenzar a sanar tu relación con la comida: la función de los alimentos es nutrir a nuestro cuerpo, por lo tanto, debemos elegir los más naturales y nutritivos para un correcto funcionamiento del mismo.
- Aprende sobre gestión emocional: todas las emociones nos traen un mensaje, es ideal aprender a escucharlas, abrazarlas y saber qué nos quieren decir, en lugar de querer callarlas con la comida u otras vías de escape.
- Para alcanzar un peso saludable no hace falta hacerlo desde la restricción, ya que genera rechazo. En cambio, gracias a la PNL (Programación Neurolingüística) sabemos que desde el lenguaje positivo podemos conseguir nuestros objetivos de forma más sencilla.
- Es muy importante entender que todo cambio implica un proceso, que independiente del tiempo que nos pueda tomar, es fundamental confiar y disfrutar del proceso, y felicitarnos en cada momento por estar eligiendo todo aquello que nos acerca a nuestro bienestar.
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