Quienes padecen dermatitis atópica saben los problemas que puede llegar a generar en su día a día. Se trata de una enfermedad crónica de la piel para la que todavía no existe cura, por lo que no hay que bajar la guardia, y que suele cursar con brotes, alternando periodos mejores con otros más complicados, como esos momentos en los que llega el frío. Se manifiesta, sobre todo, con tres síntomas: aparecen eccemas, surge picor y hay una extrema sequedad de la piel. Sabemos que existe una predisposición genética a padecerla y que, además, la dermatitis atópica se puede asociar a otras enfermedades como rinoconjuntivitis alérgica, asma o alergias alimentarias.
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La clave para afrontarla es seguir una serie de pautas, que los pacientes conocen, como no ducharse con agua muy caliente, mantener la piel siempre muy hidratada, secar la piel a toques o vestirse con prendas de algodón. El problema es que, pese a que tenemos clara la teoría, no siempre se cumple, lo que conlleva que sea más complicado controlar un brote. Con la ayuda de la farmaceútica Paloma Sastrón junto con la firma Kaalm Organics, resumimos algunos errores bastante instaurados entre quienes padecen este problema, relacionados, sobre todo, con el uso y elección de los productos para el cuidado de estas pieles tan complejas.
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Tratar solo cuando hay un brote
Es, quizá, el error más habitual. Reza el dicho popular que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Con la piel atópica pasa lo mismo y hay personas que solo la tratan cuando está en pleno brote. Según la farmacéutica, este es el error de los errores. “El objetivo es cuidar a diario la piel, para fortalecer la barrera cutánea y disminuir la frecuencia de los brotes. Si tratamos solo la piel cuando tiene un brote, tardaremos más en repararla y recuperarla”, apunta.
No elegir bien la crema
Es fundamental elegir una crema adecuada para el problema de la atopía. Pero hay quien sigue recurriendo al uso de cualquier crema corporal y no recurre a una específica para tratar este problema. Los productos para la piel atópica, tanto geles de baño, como cremas deben contener activos reparadores, hidratantes y emolientes. Y no deben contener perfumes o fragancias, ya que podrían irritar una piel que ya está previamente sensibilizada.
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Vigilar la higiene corporal
Otro de los errores es no usar productos de higiene corporal adecuados. Y es que no debemos olvidar que los geles de baño habituales pueden causar irritación y secar la piel atópica. ¿Los motivos? Suelen tener alta potencia detergente. En este paso de la limpieza hay que tener cuidado, pues si usamos el limpiador que no debemos, la piel ya estará alterada cuando apliquemos la crema y será más difícil que el tratamiento funcione.
Aplicar mal la crema
Es importante aplicar productos hidratantes y emolientes no solo en las zonas del brote. Se deberá aplicar en toda la superficie de la piel. Y es que hoy puede ser en el brazo, pero mañana puede aparecer el brote en las piernas. Por eso, hay que aplicar los productos en todo el cuerpo.
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No hidratar lo suficiente su piel
El hecho de no hidratar bien la dermis es de gran relevancia. Y es que una piel atópica deshidratada y no tratada puede desencadenar en trastornos del sueño, sobre todo en la edad infantil, lo que se traduce en cansancio y disminución del rendimiento.
Además, para finalizar, hay que tener en cuenta otro de los errores que se pueden cometer: alargar el tratamiento con corticoides más de lo pautado por el médico. Es un tratamiento eficaz, que se debe seguir sin miedo, pero siempre siguiendo las indicaciones que nos dé nuestro dermatólogo.