Si te ha salido un bulto en el cuello o en la axila tras ponerte la vacuna para la COVID-19, no te preocupes, lo más probable es que no sea nada grave. Es uno de los diversos efectos secundarios que se producen tras la inoculación de esta medida de protección. Los síntomas más frecuentes que sufrimos tras la vacuna de la COVID-19, como nos explica José Antonio Forcada, presidente de ANENVAC, secretario de AEV y uno de los portavoces de la Alianza contra los Bulos en Vacunas, son el "dolor en el brazo, enrojecimiento en el lugar de la inyección, enrojecimiento, como síntomas locales. Los más generales son malestar, dolor muscular, el cansancio, dolor de cabeza y fiebre, respuestas leves, por lo general, y que los expertos insisten en que las personas que los sufran no deben padecerlos con miedo". Como añade el experto, son síntomas que suelen darse en muchas otras vacunas.
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También hay personas que sufren más síntomas que otras. ¿Por qué ocurre esto? Como nos explica José Antonio Forcada, depende del propio sistema inmunológico.Como nos explica, las personas mayores, por lo general, tienen menos, debido a la inmunosenescencia, es decir, su sistema inmunológico es menos reactivo. Y las más jóvenes, frecuentemente, tienen más. Aunque, insiste, esto puede no ser siempre así.
Los síntomas suelen ser leves y cortos. Pero si, por ejemplo, una persona tiene fiebre durante más de 48 o 72 horas o si se experimentan dolores de cabeza o de abdomen muy fuertes, pérdida de sensibilidad, por ejemplo, en la cara hay que ir al médico. "Cualquier síntoma grave que no desaparezca hay que valorarlo sin demorarlo", señala el experto.
Hay otro efecto secundario que preocupa a quienes lo padecen: notar un bulto en la axila, en la zona de la clavícula o en el cuello. En este sentido, los expertos piden calma, ya que lo más normal es que se deba a una respuesta del sistema inmunológico que inflama los ganglios pero que remitirá.
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Me ha salido un bulto en el cuello o en la axila, ¿por qué?
Según explica el Dr. Luis Pina radiólogo y especialista del área de patología mamaria de la Clínica Universidad de Navarra, es una reacción inflamatoria inducida por las vacunas. Aunque estas se inyectan intramuscularmente y el proceso inflamatorio comienza en el músculo y por vía linfática se extiende hacia los ganglios axilares, con más frecuencia, aunque también puede extenderse al cuello. Al inflamarse estos los denominamos adenopatías.
Se trata de un síntoma muy frecuente, asegura el especialista, que explica el especialista. "En un estudio reciente que hemos realizado en nuestro centro con 91 voluntarios que se sometieron a la vacunación, aparecieron alteraciones ecográficas en los ganglios axilares en 90 de ellos. Pero la buena noticia es que la inmensa mayoría son asintomáticos o producen síntomas muy leves".
Se trata de un proceso benigno, aunque sí es cierto que en algunas personas pueden producir dolor o palparse, lo que puede dar un buen susto.
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¿Cómo saber que se trata de un ganglio inflamado y no un tumor?
Estas adenopatías, generalmente, son blandas y móviles. Además, desaparecen. Aunque pueden tardar hasta dos o tres meses en remitir completamente. Por otro lado, "la localización típica es en la axila del mismo lado de la inyección de la vacuna, pero pueden encontrarse en otras localizaciones, como infraclavicular, supraclavicular o cervicales".
El problema que plantean estas adenopatías inducidas por la vacunación, continúa el experto, "es que pueden simular otros procesos más graves, como adenopatías metastásicas en los pacientes oncológicos". El ejemplo típico es una paciente que haya sido recientemente vacunada y al poco diagnosticada de un cáncer de mama de ese lado. "La presencia de adenopatías axilares plantea dudas entre si son debidas sólo a la vacuna o si son también debidas a metástasis de su cáncer de mama".
Lo mismo puede ocurrir en el seguimiento de un paciente oncológico, obligando a realizar una biopsia. Es, por tanto, muy importante que aquellas pacientes que han padecido un cáncer de mama sean vacunadas del lado sano, para que no se generen dudas diagnósticas. Pero debe quedar claro que la vacunación no genera ningún tipo “malignización” ni contribuye a la extensión de los tumores.
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¿Cuándo conviene ir al médico?
Si aparece dolor axilar o un bulto palpable en la axila del mismo lado que el brazo en que fue inyectada la vacuna en un periodo de tiempo de entre 2 y 10 días, no es preciso acudir al médico. Basta con tranquilizarse y vigilar que vaya disminuyendo en las próximas semanas. Ahora bien, si coincide con un bulto o cambio de consistencia en la mama, retracción del pezón o secreción mamaria, deberá acudir al médico.