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Medio ambiente

Estas son las razones por las que deberías empezar a comer insectos

Muchos expertos en Nutrición apuestan por introducirlos en nuestra dieta diaria, ya que además de ser nutritivos, contribuyen a proteger el medio ambiente.


Actualizado 3 de agosto de 2021 - 18:46 CEST

Para algunos puede resultar desagradable pero lo cierto es que el consumo de insectos ya se contempla como una vía para proteger el medio ambiente, al tiempo que son fuente de proteínas, grasas y otros nutrientes. Y hay una gran variedad y recetas de lo más exóticas. Por ejemplo, en algunos establecimientos ya se empiezan a encontrar brochetas de grillos o piruletas de escorpión.

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Hay 1 millón de especies de insectos, que representan el 80 % del reino animal, y 2.000 de estas son consumidas por millones de personas en todo el mundo. Los expertos estiman que los insectos, gracias a sus efectos nutritivos, se pueden convertir también en un instrumento para combatir el cambio climático en el tránsito hacia un sistema alimentario más sostenible. Así lo expusieron recientemente en una conferencia en el Colegio de Economistas de Cataluña sobre alimentación saludable y sostenible Anna Bach, profesora del Área de Nutrición de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, y Marta Ros, dietista y doctoranda de la UOC, que presentó los resultados preliminares de su tesis sobre la proteína de insecto como proteína alternativa.

Aunque nos costará acostumbrarnos, no podemos perder de vista que las especies de insectos son consideradas de origen animal, como también lo son la carne o el pescado. Y que en países asíaticos hay una larga tradición. Además, su valor añadido es la reducción de la contaminación, una disminución en la emisión de los gases de efecto invernadero y un requerimiento inferior de agua. Por esta razón se concluye que "la cría de insectos para el consumo humano deja una huella ecológica menor, sobre todo en comparación con la ganadería convencional", indica Marta Ros, que ve como principal obstáculo "la aceptabilidad y su seguridad alimentaria".

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La carne de los insectos se aprovecha más 

Otra de las ventajas del consumo de insectos es que no se desperdicia tanto como puede ocurrir con otras alimentos de origen animal. Por ejemplo, se puede comer un 80 % del cuerpo de los grillos, en comparación con un 55 % de las aves y un 40 % de los cerdos y la ternera. 

Por otro lado, "los insectos son de sangre fría y no tienen que metabolizar los alimentos para mantener su temperatura corporal, a diferencia de otras especies; esto hace que sean muy eficaces en su producción como alimento", explica Ros. El agua necesaria para producir el producto también es inferior; igualmente, generan menos gases de efecto invernadero, y la ocupación de espacio en granjas es, al mismo tiempo, menor. De hecho, hay empresas que están desarrollando granjas de insectos que se pueden tener en casa.

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Un sistema alimentario más sostenible

Por su parte, Anna Bach defiende que los insectos pueden aportar su proteína para un sistema alimentario más sostenible, que actúa como "uno de los principales motores del cambio climático". Hay que tener en cuenta que la población mundial podría llegar hasta los 9.000 millones de personas en 2050, "y, por lo tanto, tenemos que encontrar diferentes soluciones y, en este sentido, los insectos pueden tener un rol para esta población creciente".

"Las soluciones deben ser múltiples y exigen reducir las pérdidas de los alimentos o las mejoras de las prácticas de producción, puesto que, si utilizáramos las técnicas más eficientes y de más rendimiento, que solo utilizan un 10 % de los productores, podríamos llegar a reducir el 30 % de las emisiones". Bach cree que "las medidas tecnológicas son importantes, pero también los cambios en la dieta; no hay duda de que lo que debería pesar más en nuestra alimentación son los alimentos vegetales y mínimamente procesados".

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¿Está regulado el consumo de insectos?

Los insectos están regulados en Europa desde el 2015 como alimentos nuevos. En 2020 un informe internacional concluyó favorablemente sobre su valoración nutricional. En lo que se refiere a la toxicidad, los insectos no representan ningún problema para la seguridad, si bien se pueden producir reacciones alérgicas, como pasa con los crustáceos y los ácaros del polvo. Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) también se ha establecido que los insectos forman parte de la vida de más de un millón de personas en el mundo. "La cría de insectos es una industria creciente en Europa, puesto que nuestros hábitos dietéticos están cambiando rápidamente y la voluntad del consumidor es probar cosas nuevas; por lo tanto, aumenta su consumo, no tienen la poca aceptabilidad de generaciones anteriores", concluye Marta Ros.

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