Vientre hinchado, gases, estreñimiento, pesadez, dolor de estómago... ¿Te suenan? Seguro que habrás experimentado uno de estos episodios en alguna ocasión en verano. Son los trastornos digestivos más frecuentes en esta época del año. Pero las más peligrosas, sin duda, son las intoxicaciones, que pueden quedarse solo en un mal rato o ser realmente graves.
- Esta es la razón del vientre hinchado (y no solo son gases)
Intoxicaciones alimentarias
Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma, nos recuerda que "olvidarnos algo fuera de la nevera, con el calor y la humedad de estas fechas, supone un riesgo muy alto de contaminación. Por lo general, las intoxicaciones son enfermedades leves que duran unos pocos días. No obstante, sí que hay infecciones muy graves, sobre todo para personas inmunodeprimidas, niños o ancianos". Por ello, la experta sanitaria insiste en la importancia de proteger los alimentos de las altas temperaturas.
Ademas, la farmacéutica hace un repaso a estos trastornos de los que te hablábamos y que tienen relación en cómo comemos en vacaciones.
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Gases
Las vacaciones son el periodo ideal para salir a comer fuera. Eso suele implicar grandes comilonas acompañadas con una buena conversación. No obstante, eso es un cóctel perfecto para los gases. Los gases estomacales se producen durante la digestión y es normal eliminar el exceso mediante eructos o flatulencias. Sin embargo, a veces hay dolor abdominal y malestar y no se pueden expulsar. Un aumento del gas en el estómago suele deberse a tragar una gran cantidad de aire. Eso puede ocurrir si comemos muy deprisa, sin masticar bien, o si hablamos, reímos o gritamos mientras comemos.
Acidez
En cuanto a la acidez, es un problema que sufren, de forma intermitente, más del 40 % de los españoles. Es una sensación de ardor que aparece en el pecho o la garganta. Sucede cuando la abertura que separa el estómago del esófago no se cierra totalmente y permite que los ácidos del estómago pasen. Si se come demasiado rápido o en grandes cantidades, se desequilibran los niveles de ácido del estómago, que harán presión y se escaparán hacia el esófago.
Digestiones pesadas
Otro de los problemas digestivos más habituales en esta época del año son las digestiones pesadas. Las comilonas y los cambios de dieta típicos de las vacaciones pueden desembocar en pesadez estomacal, dolor abdominal y sensación de saciedad precoz. Todo ello irá acompañado de gases y acidez.
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Intoxicaciones alimentarias
Las toxiinfecciones alimentarias, o intoxicaciones, son enfermedades que se producen por ingerir un alimento contaminado. La mayoría son enfermedades leves que se curan a los pocos días, con reposo y tomando muchos líquidos. No obstante, sí que llegan a ser peligrosas para personas inmunodeprimidas. Hay muchos gérmenes que las causan, principalmente bacterias. Estas son las que más suelen contaminar la comida durante el verano.
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Estreñimiento
La rutina puede cambiar drásticamente durante el verano; eso se nota en nuestro tracto digestivo y puede aparecer estreñimiento ocasional. Puede deberse a un cambio en la dieta (por ejemplo, porque no consumimos la suficiente fibra) o al sedentarismo. Uno de los motivos más habituales en los meses de calor es la deshidratación producida por las altas temperaturas. Si el cuerpo está deshidratado, extraerá los líquidos de donde pueda, como de las heces, que se resecarán y serán más difíciles de expulsar.
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Corte de digestión
Curiosamente, lo que llamamos corte de digestión poco tiene que ver con la digestión. En realidad, es el síncope de hidrocución y surge cuando hay un cambio muy brusco de temperatura; por ejemplo, si nos metemos al agua fría después de haber estado al sol. El cuerpo intenta adaptarse a la nueva temperatura y, para garantizar el flujo sanguíneo al cerebro, deja de enviar sangre a otras zonas y el corazón va más lento. Si el cambio de temperatura es muy brusco, podemos llegar a perder el conocimiento. Estar haciendo la digestión es un factor de riesgo, pero no está directamente relacionado. Durante la digestión, se dirige gran parte del flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo y hay menos sangre en el cerebro, por lo que el síncope es más probable si hay cambio de temperatura.
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