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Psicología

Todo sobre la ciclotimia, una enfermedad que va más allá de los cambios en el estado de ánimo

Los cambios de humor que sufren las personas con ciclotimia suelen ser estacionales y no obedecen a factores externos. Saber si es tu caso es importante porque el trastorno ciclotímico puede ser la antesala del trastorno bipolar.


Actualizado 15 de julio de 2021 - 15:16 CEST

Cuando hablamos de la ciclotimia o decimos que un individuo tiene rasgos de personalidad ciclotímica, quizá estamos cayendo en una frivolidad, ya que la ciclotimia, también conocido como trastorno ciclotímico, es una enfermedad. Esta patología causa altibajos emocionales con estados del ánimo elevado (síntomas hipomaníacos) y síntomas depresivos leves o moderados. Esta ‘montaña rusa emocional’ es similar a la que ocurre en el trastorno bipolar pero menos grave. Por lo general, las personas que sufren ciclotimia pueden hacer una vida más o menos normal. Sin embargo, es importante pedir ayuda, porque puede agravarse.

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¿Qué es la ciclotimia?

Como explica Alba Sanz, psicóloga de MundoPsicólogos, la ciclotimia es un trastorno caracterizado por cambios periódicos y cíclicos en nuestro estado de ánimo, volviéndolo así muy inestable. En él vamos pasando de un estado leve de euforia, hipomanía o hipertimia, a un estado leve de distimia o depresión, sin saber cuánto durará cada uno de ellos.
La fase más depresiva está caracterizada por la baja energía para hacer las actividades cotidianas, pensamientos de autocrítica recurrentes, sensaciones de desesperanza, sensación de culpa e inutilidad, fatiga, dolor en diferentes partes del cuerpo, y, durante este estado, se pueden llegar a generar ideas suicidas.

Al contrario, continúa Alba Sanz, la fase de euforia se caracteriza por una gran impulsividad, una exaltación de la sexualidad, sensación de excesiva autoestima, irritabilidad, reducción de la atención e incapacidad para concentrarse, sensación de tener muchas ideas en muy poco tiempo, o reducción del sueño. Este trastorno, según el Manual diagnóstico de enfermedades mentales, tiene una prevalencia en un 1% de la población, es poco frecuente y suele desarrollarse en la adolescencia y adultez temprana.

Cambios en el ánimo vs. ciclotimia

Como explica el doctor José Manuel Montes, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal y psiquiatra del Área Mind, de Blue Healthcare. “todos tenemos variaciones del ánimo en función de las circunstancias externas. Sin embargo, cuando estas se producen independientemente de lo que ocurre en el entorno, y de una manera cíclica y repetida, nos encontramos ante un trastorno”. Así, las personas que tienen ciclotimia experimentan cambios en su ánimo que pueden no afectar a su vida ni provocan cambios perceptibles por los demás, pero estos individuos sí perciben, notan y, eventualmente, sufren una fluctuación. En muchas ocasiones, estos cambios pueden estar asociados al cambio de estación.

Como insiste el especialista en psiquiatría, las personas del entorno de la persona ciclotímica pueden no percibir esos cambios en el estado de ánimo. “Es el paciente quien lo nota, pero es capaz de modular esas variaciones, por ejemplo, puede gestionar ese aumento o la disminución de vitalidad y de energía, para que no afecte a su situación vital ni a los demás”.

Por todo ello, es incorrecto pensar que la ciclotimia es algo habitual en las personas, ya que se trata de una dolencia. En cambio, las variaciones del ánimo por circunstancias externas (una mudanza, más estrés, un problema laboral, un conflicto con la pareja, etc.) sí puede ser algo habitual y normal, ya que “se trata de una situación comprensible de adaptación y de respuesta emocional a una situación vital. Siempre que esta no se mantenga durante mucho tiempo”, recuerda el doctor José Manuel Montes.

La psicóloga Alba Sanz añade que nuestra vida es un vaivén de emociones, sentimos emociones a cada instante, estas emociones son necesarias para nuestra supervivencia y nos permiten adaptarnos a diferentes situaciones que se nos plantean, esto quiere decir que cualquier experiencia o contexto puede generarnos unas determinadas emociones, con el fin de saber cómo podemos reaccionar o cual sería la respuesta más efectiva en ese momento y cambiar en cuanto se da una situación nueva. Además, hay emociones que prevalecen más tiempo debido a que tenemos una tendencia a dejar atrás las dificultades al sentir que no tenemos herramientas para afrontarlas, o al no darnos ese espacio para hacerlo,lo que hace que situación no solucionada, emoción que está en nuestra vida. Estos cambios emocionales nos dicen que estamos vivos y en un contexto en continuo cambio al cual, simplemente, nos vamos adaptando.

Notamos la diferencia entre la ciclotimia y los cambios emocionales que provienen de los ejemplos anteriores, en primer lugar, porque las emociones, sin este trastorno, no son tan intensas en ambos polos, podemos estar tristes mucho tiempo, estresados, irritables, pero no solemos pasar de una excesiva autoestima, impulsividad e hiperactividad sexual a un estado depresivo. En segundo lugar, no suele ocurrir de una forma cíclica y recurrente. Para hacerse una idea de cómo se diagnostica, necesitaríamos ser observados por al menos uno o dos años, para esclarecer si se trata de este trastorno o no.

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La antesala de un trastorno bipolar

La ciclotimia es, además, la antesala del trastorno bipolar. “Un porcentaje muy elevado de pacientes con trastorno bipolar, refieren haber padecido estos cambios, normalmente, desde la adolescencia, antes de debutar con esta patología”, aclara el especialista. Por otro lado, advierte el psiquiatra, estas variaciones del ánimo sin causa justificada se pueden dar en el paciente con ciclotimia durante muchos años, incluso, décadas. “Estas personas ciclotímicas tienen una gran probabilidad de sufrir un trastorno bipolar, una enfermedad que podría aparecer, de hecho, a los 70 años, por poner un ejemplo”.

Por ello, el jefe de Sección de Psiquiatría del Ramón y Cajal recomienda que si una persona se reconoce en estos síntomas, es decir, tiene cambios de humor no relacionados con las circunstancias externas y que pueden ser estacionales, acuda a un médico para comentarlo.

Como explica Alba Sanz, la ciclotimia tiene unos síntomas que pueden ser muy similares a los que se presentan en la bipolaridad, sobretodo en la tipo II, siendo estos, por ejemplo, sensación de culpa, dificultad para concentrarse, reducción del sueño, pasar de estados de alegría, a depresivos, irritabilidad o ideas de suicidio. La diferencia existe en que en el caso de la ciclotimia los síntomas se dan de forma más leve, no son incapacitantes, por esto mismo, las personas que lo viven no tienden a pedir ayuda, los síntomas depresivos no suelen ser percibidos tan graves, y en los momentos de manía, al sentir esa sensación falsa de bienestar, no se suele acudir a un profesional. Otra diferencia es que en la ciclotimia no suelen existir alucinaciones, ni características psicóticas.

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Criterios diagnósticos de la ciclotimia

Según el DSM-5, el manual de diagnóstico y estadístico de trastornos mentales publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría y que sirve de referencia para realizar una valoración médica, estos serían los aspectos a tener en cuenta para sospechar que una persona sufre ciclotimia:

  • Has sufrido periodos en los que has tenido estados de ánimo acelerados (con mucha energía y vitalidad) y otros con síntomas depresivos. Estos altibajos se han dado al menos durante dos años.
  • Los periodos en los que tu estado de ánimo ha sido estable han durado menos de dos meses.
  • Los síntomas que refieres no cumplen con los criterios de diagnóstico del trastorno bipolar, depresión grave o trastorno mental.
  • Los síntomas que sufres no son producto del consumo de sustancias ni de otra enfermedad.

Para confirmar el diagnóstico, el médico u otro profesional de la salud te hará, probablemente, varias pruebas:

  • Un examen físico. Exploración y análisis clínicos.
  • Una evaluación psicológica. Para conocer tus sentimientos, tus pensamientos y tus patrones de conducta. También es posible que, con tu consentimiento, hablen con familiares o personas de tu entorno.
  • Documentación de tus estados de ánimo. Registrar tus emociones, cómo te encuentras, tus patrones de sueño u otros factores pueden ayudar a establecer un diagnóstico de qué es lo que te ocurre.

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Tratamiento

Como explica el Dr. Montes, el tratamiento está dirigido a gestionar estos cambios de humor y a prevenir los factores que pueden propiciar la aparición del trastorno bipolar, ya que, como decíamos, la ciclotimia tiene un alto riesgo de convertirse en esta enfermedad mental.

También busca disminuir la frecuencia y gravedad de los síntomas para que la persona que padece ciclotimia tenga una vida más equilibrada.

Asimismo, dado que estas alteraciones del ánimo pueden favorecer el consumo de sustancias o de alcohol, el tratamiento también busca reducir este riesgo y, si lo hubiera, tratar un problema de adicción, puesto que puede agravar los síntomas.

"El tratamiento para evitar estas variaciones de estado de ánimo, que están condicionadas por una alteración del centro regulador del ánimo en el cerebro, puede precisar la prescripción de medicamentos denominados estabilizadores del estado del ánimo. Además, la psicoterapia, generalmente basada en la psicología cognitivo conductual, puede también ayudar a identificar las causas que favorecen estas variaciones para introducir estrategias para afrontarlos", indica el experto.

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Estilo de vida

Asimismo, los pacientes pueden adoptar hábitos de vida saludables para mejorar estos altibajos. Algunos de ellos pueden ser:

  • Llevar una dieta equilibrada, sana y variada en la que predominen los alimentos frescos. Evitar los procesados y ultraprocesados, así como disminuir el consumo de sal, azúcar o refrescos.
  • Evitar el consumo de alcohol y otros tóxicos como drogas
  • Mejorar los hábitos de sueño, no trasnochar y adoptar medidas para favorecer el sueño profundo y el descanso reparador
  • Hacer ejercicios físico moderado y regular ya que la actividad física es una buena medida para estabilizar el estado de ánimo, debido a que segregan sustancias químicas cerebrales que ayudan a sentirse mejor y a dormir bien.
  • Completar el ejercicio con actividades relajantes. Pueden ser disciplinas como el yoga, el taichi o la meditación, como otras como la equinoterapia, pintura, artesanía, etc.
  • Llevar un registro de los altibajos emocionales. Esto ayudará al paciente a ser más consciente de las variaciones del ánimo y al médico a establecer un diagnóstico.
  • Evitar los trabajos a turnos y, sobre todo, los que implica trabajar de noche.