Pasan los años y notas cómo ya no recuerdas las cosas igual. No estás sola. Y es que la existencia de olvidos es algo habitual con el paso de los años. Pero, ¿debemos preocuparnos? Lo cierto es que los expertos detallan que en la mayor parte de las ocasiones no existe una enfermedad neuronal subyacente sino la propia evolución natural de la biología asociada a las cada vez mayores exigencias de la vida diaria que ponen a prueba las diferentes estructuras cerebrales en las que subyace la memoria. El doctor Víctor M. Campos Arillo. Director del Área de Neurociencias del Hospital Vithas Xanit Internacional te explica cuándo la pérdida de memoria puede resultar preocupante. Además, te invita a contestar unas preguntas que te pueden orientar para saber si debes consultar con un médico y a qué especialista deberías acudir.
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¿Cómo diferenciar la pérdida de memoria con la falta de atención o estrés?
No existe ninguna regla específica. De entrada, debe comentarse que una atención adecuada es imprescindible para retener hechos inmediatos o recientes. En nuestra “sociedad de la información” cada vez se manejan más datos simultáneos con lo que la atención suele estar muy dividida. Por otro lado, el estrés, la ansiedad crónica, incluso el miedo a padecer una enfermedad neurológica degenerativa, potenciado por la facilidad para acceder al análisis de cualquier tipo de síntoma médico de forma “online”, puede llevar a una preocupación excesiva que empeore aún más la situación, mezclándose entonces varias razones.
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¿Qué enfermedades pueden causarla?
La más frecuentes pertenecen a la esfera psiquiátrica (depresión, ansiedad, fobias, etc.) pero existen muchas causas que hacen que las zonas de memoria del cerebro no ejerzan adecuadamente su función. Como, por ejemplo, déficits vitamínicos, uso de tóxicos (alcohol, drogas psicoestimulantes, fármacos sedantes, analgésicos, hipnóticos, etc.), lesiones vasculocerebrales –ictus-, traumatismos, enfermedades congénitas del cerebro, enfermedades neurodegenerativas, hidrocefalia, etc. Entre las situaciones que pueden favorecer el desarrollo de problemas de memoria el más destacado es la edad. Complica y/o favorece la mayor parte de los trastornos citados en el apartado anterior.
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¿Qué podemos hacer para recuperar la memoria cuando no hay una enfermedad neurológica que la cause?
Es esencial mejorar y recuperar la salud mental, y una buena calidad de sueño suele ser imprescindible para conseguir ese objetivo. El sueño además actúa como un factor “regenerador” de las estructuras de memoria en el cerebro.
En caso de que se considere que los fallos de memoria se deben a una enfermedad cerebral concreta debe investigarse de qué enfermedad se trata. Son variadas y en algunas ocasiones hasta reversibles con un tratamiento adecuado, específico. Si existe un déficit de Vit.B12 por ejemplo, su suplemento hace cambiar radicalmente la evolución. Si la causa es una hidrocefalia crónica del adulto, estrategias quirúrgicas la revierten. Incluso en el caso de enfermedades neurodegenerativas hay evidencias científicas de retrasos en la evolución de los síntomas con tratamientos concretos.