Las intoxicaciones alimentarias más frecuentes son las producidas por bacterias, pero también hay virus y parásitos que pueden provocarlas al alterar los alimentos durante su cultivo, transformación, distribución, almacenamiento, etc. Los productos con más peligro son las frutas y las verduras, las carnes, los pescados y mariscos, los huevos, la mayonesa y los lácteos.
Hay que prestar especial cuidado para prevenir las intoxicaciones alimentarias, más habituales en los meses de calor, siendo especialmente conocida la salmonela. En general, tal y como informan los expertos del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, reforzar la higiene, refrigerar la comida y separar los alimentos crudos de los cocinados son algunas de las medidas para evitarlas.
“Verano y salmonela son un binomio inseparable cada año”, afirma la Dra. Amalia Sánchez López, médico general de mediQuo. Lo cierto es que los Programas Nacionales de Control que rigen en España han logrado reducir la incidencia de esta toxiinfección alimentaria, pero pese a eso, no debemos bajar la guardia.
Esta bacteria se encuentra de forma natural en el intestino del ser humano y de los animales, por lo que las heces son un foco de contaminación de los alimentos y del agua. Los alimentos más implicados suelen ser los huevos crudos, en preparaciones como la mayonesa, o poco cocinados (el huevo causa el 23% de las toxiinfecciones alimentarias por salmonella en verano), aves mal cocidas (este tipo de carne blanca produce el 5% de las intoxicaciones) y alimentos cocinados que se han dejado a temperatura ambiente varias horas.
Si bien hay muchas personas que se infectan de salmonela sin complicaciones o no llegan ni a saberlo, hay otras personas, como los niños menores de 5 años, adultos mayores o personas con el sistema inmunitario debilitado, que tienen una mayor probabilidad de manifestar síntomas graves. Diarrea, vómitos, fiebre y dolor de cabeza son algunos de los síntomas de la salmonelosis. De ahí la importancia de vigilar siempre el procesado de los alimentos, especialmente de los huevos, carnes, frutas y verduras. Tal y como explican los expertos de la firma Pazo de Vilane, hay una serie de consejos sencillos que nos ayudan a disfrutar del huevo, un versátil y nutritivo alimento, sin riesgos.
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Alimentos con control sanitario
Lo más recomendable, sin duda, es consumir alimentos procedentes de un productor de confianza, pues los alimentos deben estar sujetos y haber pasado todos los controles sanitarios, que lo cierto es que en España son muchos y fiables. Y es que tal vez no sabías que cualquier alimento fresco es susceptible de estar contaminado por salmonela. En el caso concreto de los huevos, si queremos evitar problemas, es mejor evitar comprarlos a aquellos productores locales que carezcan de las debidas licencias y permisos. Además, ten presente que nunca hay que usar, por ejemplo, huevos rotos, pues son sensibles a haberse contaminado con alguna bacteria.
La higiene en la cocina, fundamental
Hay que cuidar la higiene de la cocina. Y es que tenerla limpia es una cuestión de salud. Tenemos que vigilar la higiene de todo lo que usamos a la hora de cocinar, de la encimera, de los paños, bayetas y delantales, sartenes y cazos… Pero no solo de estos utensilios, sino también de nuestra propia higiene, básica para reducir riesgos. Por eso, en este sentido, antes de cocinar hay que lavarse siempre las manos con agua y jabón, muy especialmente después de ir al baño. “Una persona, de manera inconsciente, se toca la cara entre 3-5 veces al minuto. Además, el tacto es uno de los principales sentidos que utilizamos a la hora de manipular cualquier alimento que vayamos a cocinar” explica el Dr. Gonzalo Guerra Azcona, director médico y cirujano general y digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
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Especial cuidado con las salsas
Si haces platos en los que usas salsas del estilo de las mayonesas, aliolis, etc. tienes que tener especial cuidado. Y es que son muchas las elaboraciones frías que preparamos con huevo y hay que ser especialmente cuidadoso en su conservación, para evitar posibles problemas, como puede ser una intoxicación por salmonela. Para su óptima conservación es importante consumir este tipo de recetas frías con huevo al momento, y si no es inmediatamente después, es necesario guardarlas en el frigorífico.
Ojo con romper la cadena de frío
Sin duda, nos podemos encontrar con problemas cuando no se respeta el ciclo de la cadena del frío y muy especialmente en los meses de verano, cuando los termómetros se disparan y nos enfrentamos a las altas temperaturas. Por eso, es importante que después de hacer la compra, evites hacer otros recados que puedan hacer que llegues más tarde a casa rompiendo así la cadena del frío. Y ten presente que tanto carnes, como pescados y también huevos deben estar siempre en la nevera.
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Huevos bien cocinados
Es una recomendación útil para todas las épocas del año, pero especialmente en estos meses de calor. Hay que cocinar bien los huevos, pues las altas temperaturas eliminan las bacterias, así que es importante cocinar este alimento a la temperatura idónea. Recuerda que las altas temperaturas sólo son necesarias a la hora de cocinar, ya que el huevo es un alimento muy delicado que no debe dejarse nunca al sol o expuesto a focos de calor, como por ejemplo, cerca de una ventana; aunque pensemos que su cáscara lo protege, no es así.