Con esta expresión de origen latino, se conoce en psicología un trastorno que se manifiesta con el miedo al vacío, lo que nos lleva a tratar de llenar cada momento de nuestras vidas. Y para entenderlo hay que sumergirse en un mundo tan fascinante como el del arte. “El término horror vacui viene de un concepto del mundo del arte, venía a reflejar un movimiento artístico que pretende llenar todo el espacio sin dejar ningún vacío. También se ha hecho más popular este término gracias al investigador y pensador italiano Mario Praz, que utilizó esta expresión para describir la atmósfera agobiante y caótica de la época Victoriana. Aplicado a la psicología, se utiliza esta terminología para describir la angustia que existe en nuestra sociedad actual cuando no tenemos nada que hacer, nos quedamos solos con nuestros pensamientos y sensaciones corporales”, explica la psicóloga Laura Portaencasa, de Mundopsicologos.com.
Así, la experta nos explica que el horror vacui está relacionado con la hiperestimulación y con la velocidad de cambio de los inputs que recibimos en el día a día. Este hecho hace que cada vez estemos más desconectados y desnaturalizados de nosotros mismos y que nos genere extrañeza simplemente sentir nuestro ser. ¿Por qué tenemos la tendencia a llenar cada momento de nuestra vida? La psicóloga considera que es como un círculo vicioso: estamos tan híper estimulados, que ya hemos normalizado ese exceso de información y nos genera incomodidad no tenerlo.
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Personas que tienden a padecerlo más
Una de las dudas que nos surge es si existen tipos de personas más propensas a sufrir horror vacui. La psicóloga así lo confirma. “Por supuesto, hay determinados rasgos de personalidad que tienen más facilidad para sufrir de determinados problemas”, detalla, y las resume en las siguientes:
-Las personas ansiosas, que tienen tendencia a los pensamientos obsesivos, las rumiaciones y, en definitiva, a tener ansiedad son más propensas.
-También lo son las personas demasiado activas, extrovertidas y focalizadas en el exterior. La razón es que este tipo de personas tienen siempre la necesidad de estar ocupadas y de hacer algo y es por eso por lo que pueden sentirse más incómodas cuando simplemente paran y se quedan quietas.
Cómo saber si tienes horror vacui
Una vez que entendemos de qué se trata es importante saber cuáles son los signos que nos pueden alertar de que padecemos este trastorno. La psicóloga nos detalla que se manifiesta “a través de ataques de angustia y de pánico en los casos más agudos, aunque se puede padecer de forma más moderada, experimentando incomodidad, ansiedad o nerviosismo”. Y es que al padecer horror vacui, básicamente lo que sentimos es ansiedad, por lo tanto, los síntomas son los propios de la ansiedad:
-Palpitaciones en el pecho.
-Hiperventilación.
-Nudo en el estómago.
-Pensamientos catastrofistas.
-Temblor.
-Sudoración de las manos.
Tal y como matiza, “el problema está en los tipos de pensamientos que empiezan a aparecer, sin orden ni rumbo divagando entre el pasado y el futuro sin llegar a ninguna finalidad concreta; eso hace que empecemos a plantearnos posibles escenarios futuros que nos generan preocupación. Lo mismo ocurre con el pasado, retrocediendo a escenas determinadas donde nos cuestionamos lo que dijimos o no hicimos generándonos sentimientos de culpabilidad”.
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Cuando se convierte en ‘horror pleni’
Hay un concepto muy vinculado con el horror vacui, el denominado horror pleni. “El horror pleni es justamente la cara b del horror vacui, es el vacío y la angustia que nos supone el estar tan desconectado de nosotros mismos. El no ser capaces de parar, el exceso de ruido y de información al que estamos sometidos nos impiden experimentar paz, quietud mental y calma. Esto hace que la sensación de angustia se acreciente, es como si estuviéramos metidos en un coche que va a toda velocidad y que no somos capaces de frenar. La tendencia de llenar cada momento de nuestra vida está relacionada con el hecho de no saber parar, cuando estamos tan hiper estimulados, normalizamos ese exceso de información y nos genera incomodidad no tenerlo, es como un círculo vicioso, cuanto más estimulados estamos más difícil es dejar de estarlo y más desconectados de nosotros mismos estamos”, explica la psicóloga.
Cómo afrontar este trastorno
Sin duda, conviene tener una serie de estrategias que nos ayuden a afrontar este problema en el caso de padecerlo. Para superar el horror vacui, la psicóloga nos recomienda seguir unas pautas que ayudan a centrarnos en nosotros mismos, relajarnos, y aprender el valor de la lentitud.
-La meditación, buena aliada. Es fundamental aprender a bajar el ritmo de nuestros pensamientos, encontrar la manera para ralentizar y centrarnos en las cosas importantes.
-¿Por qué no pruebas a escribir? Una buena idea es escribir un diario emocional, que nos ayude a aprender a reconocer nuestras emociones, darle nombre y manejarlas, lo que es muy útil para tomar conciencia de lo que sentimos, enfrentarnos a ello para solucionarlo, en lugar de huir, llenando cada momento de nuestra vida con cualquier cosa. También es una buena opción escribir las emociones desagradables que te genera, sobre todo al principio. Analizar y usar palabras negativas para describir nuestro malestar es muy útil para visualizar el problema e intentar solucionarlo.
-Tiempo para ti. Es importante reservar media hora en tu agenda como un tiempo dedicado para ti. Y es que si te paras a pensar, a veces sacas tiempo para todo y para todos… menos para ti. No es mala idea empezar a dedicar cada día un rato también para nosotros mismos.
- Disfruta de la lectura. Los beneficios de leer son muchos, tanto para el cerebro como para la psique. Además, dejar de lado durante un tiempo las pantallas y dispositivos electrónicos también es muy recomendable para nuestro bienestar psicofísico.
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