Las altas temperaturas no solo nos hacen estar más cansadas, también afectan a otras partes del cuerpo, como los pies. Y si no llevamos el calzado adecuado o no tenemos la piel preparada, pueden aparecer esas molestas y, a veces, dolorosas ampollas. Por ello, los expertos insisten en que siempre hay que llevar el calzado adecuado, y más si salimos a correr. Maite García, vicepresidenta Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) nos explica por qué aparecen las ampollas, qué zapatillas debemos usar si salimos a correr, y cómo debemos tratar estas afecciones de la piel para que no se infecten.
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¿Por qué se producen las ampollas en los pies?
Se producen cuando existe un roce entre la piel del pie y otro objeto como pueda ser el calcetín y el calzado, éste puede ser debido a un exceso de presión o una falta de costumbre es decir cuando estrenamos un calzado. Se acentúa con el calor y el sudor.
¿Dónde es más frecuente que aparezcan?
En las zonas en las que existen más contacto con el calzado, cómo puede ser el dorso de los dedos la almohadilla plantar o el dedo gordo. También pueden aparecer en la zona del tendón de aquiles. De hecho, es algo que ocurre muy a menudo por el roce del calzado. Sobre todo, si este es nuevo. Por ello, si vas a salir a correr y te has comprado zapatillas nuevas, hazlo siempre con un buen calcetín y úsalas antes para que se adapten a tu pie.
¿Hay factores que nos predisponen?
Las altas temperaturas junto los roces son el factor más común, pero también puede ser un cambio de calzado en el que pasamos de usar calcetín a llevar el calzado sin él , exponiendo la piel a roces directos. La piel no está acostumbrada a ello y, por eso, puede responder con una ampolla. Si eres propensa, puedes prevenirlas con una tirita o, en la medida de lo posible, lleva calcetín bajo tus zapatos. Obviamente, si sales a correr no puedes hacerlo sin esta prenda que protege tus pies del roce.
¿Cómo debe ser el calzado?
La elección del calzado de los corredores es clave para la salud de los pies y del
sistema locomotor, especialmente en el caso de los que hacen carreras de largas
distancia, debido a que el impacto repetitivo que se produce sobre los miembros
inferiores, es mayor y más continuado. En este sentido, el podólogo es el profesional
que mejor podrá asesorar sobre el calzado más adecuado en el caso concreto de cada
deportista atendiendo a su propia condición y fisiología.
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¿Cómo debemos preparar el pie para evitarlas?
La hidratación de la piel del pie durante todo el año es importante para evitar que aparezcan. Si somos propensas o ya las tenemos, lo ideal es utilizar un curtidor 15 días antes del cambio del calzado o cuando viene el calor. Aunque sean común en verano también lo puede ser durante todo el año en deportistas, sobre todo en gente que hace deporte impacto como el running. A los deportistas se les recomienda productos con vaselinas en las zonas donde acostumbren a tener esos roces para evitarlos. En el caso del verano es conveniente hacer el cambio progresivo y cambiar de calcetines más gruesos a más finos, y hasta quitarlos. En la práctica deportiva es mejor intentar utilizar calcetines específicos sin costuras y mixtos.
¿Cómo curar una ampolla?
Si son pequeñas se reabsorben y se resuelven solas. Aplicar betadine, mejorará su asepsia y se secan antes. En el caso de que sea molesta, hay que drenarlas con un objeto punzante desinfectado, pero en personas con cualquier patología o riesgo, mejor acudir al podólogo por riesgo de infección. Lo que no hay que hacer es aplicarles un apósito encima o productos con salicílicos.
En caso de duda, lo más aconsejable es que consultes a un podólogo, quien te podrá asesorar sobre cuál es la mejor manera de tratar una ampolla o evitar que te aparezcan si eres propensa a sufrirlas.
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