Hacer ejercicio al aire libre no solo es bueno para adelgazar y tonificar, también mejora tu estado mental, puesto que te permite un mayor contacto con la naturaleza si lo haces en un parque, campo, montaña o la playa. Correr en la ciudad, aunque es menos aconsejable por la polución, también puede ser bueno para ti si te gusta descubrir nuevos espacios. Pero hacer ejercicio en el exterior, sobre todo en verano, tiene un riesgo: la exposición solar. Pese a que todo el año tienes que proteger tu cuerpo del sol, en verano las radiación es mayor y la probabilidad de quemadura o daño en la piel también aumenta.
Según señala la Dra. Agustina Segurado, dermatóloga de Sclinic en Madrid y experta asesora de NIVEA, "el ejercicio físico es uno de los grandes aliados contra el envejecimiento de la piel. Su contribución a la regeneración celular y su efecto antioxidante son indispensables para conseguir una piel firme y sana. Sin embargo, hay que ser conscientes de que, en verano, debemos cuidar aún más las formas en las que hacemos ejercicio. Hay que vigilar la sobreexposición al sol, la deshidratación y la irritación de la piel, ya que pueden echar por tierra todos los beneficios que, por si solo, tiene el ejercicio".
Estas son las medidas de precaución que debes adoptar si quieres exprimir los beneficios del deporte al aire libre sin poner en riesgo tu salud.
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Protege tu piel de sol
Es fundamental que utilices un protector solar ya que si expones tu piel al sol sin la protección adecuada, corres el risgo de sufrir envejecimiento prematuro, mayor pérdida de colágeno, arrugas, además de manchas y, por supuesto, un riesgo mayor de cáncer de piel. Así que protégete, incluso los días nublados, con un producto adecuado a tu fototipo y no olvides los labios. Aplícate una buena cantidad. Lo ideal sería el tamaño de una bola de helado de protector solar para cubrir toda tu piel. Asimismo, intenta reducir la actividad física y, en general, la exposición solar entre las 12:00 y las 16:00 horas en verano, las horas en las que la radiación UV es más intensa.
Usa una ropa que te resulte cómoda
Busca tejidos que permitan la transpiración, que te quede holgada para evitar rozaduras y quítate la ropa húmedad cuando acabes de realizar ejercicio, ya que es un foco de infecciones, como por ejemplo, de cistitis. Asimismo, lo ideal es que la ropa nos proteja del sol, incluso cuando hace calor, y cuanta menos piel expuesta, mejor, nos recuerdan desde NIVEA.
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Bebe líquidos para evitar la deshidratación
Un riesgo al que nos exponemos al realizar ejercicio y sudar es la pérdida de líquidos y sales minerales, que pueden conducir a una deshidratación, mareos, dolor de cabeza e, incluso, en las situaciones más graves, pérdida de consciencia. En condiciones normales, nuestro cuerpo pierde medio litro de agua al día a través de la piel. pero en verano, la pérdida es mayor. Para evitarlo, hay que reponer esos líquidos que se pierden por el sudor bebiendo agua o bebidas isotónicas si el ejercicio y la pérdida es muy intensa.
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Cuidado con las ampollas y las rozaduras
Hay algunas zonas del cuerpo en las que es más fácil que aparezcan irritaciones a causa de las rozaduras. Con el sudor, además, es más frecuente. Debemos prestar especial atención a los pies, entre los dedos, los pezones o la zona interna de los muslos. La aplicación de cremas barrera o regeneradoras y la vaselina crean una capa protectora que pueden evitar parte de ese roce continuo.
Cuida tu piel tras el ejercicio
Una vez terminada la sesión de ejercicio, hay que reponer la hidratación de nuestra piel y cuidar especialmente las zonas que más han sufrido. Es importante ducharse lo antes posible para limpiar la piel e hidratar muy bien las áreas expuestas al sol o las que hayan estado en contacto con la ropa y se hayan irritado. También puedes utilizar roductos enriquecidos con vitamina C, Q10 o aceite de argán con efectos hidratantes, antioxidantes que favorecen la producción de colágeno y aseguran una mayor elasticidad de la piel.
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Utiliza gorra y gafas de sol
Las radiaciones solares no solo aceleran el envejecimiento de la piel; también pueden dañar los ojos. Lo ideal es utilizar gafas de sol homologadas que filtren, como mínimo, el 90 % de la radiación ultravioleta (UV). Para evitar quemaduras u otros daños en nuestro cabello y en la piel del cuero cabelludo, es recomendable usar gorras o sombreros durante el ejercicio. Si llevas piercings, mejor quítatelos antes. La ropa o el pelo se pueden enganchar en los pendientes. También se puede optar por cubrirlos con una tirita o un poco de esparadrapo. No obstante, siempre hay que lavar muy bien el piercing después de hacer ejercicio, ya que será una zona en la que se puede acumular sudor y suciedad.