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chica cuello espejo

Tengo un ganglio inflamado, ¿puede ser por algo grave?

Puede ser por una infección, una bajada de defensas o dormir mal. Pero hay casos en los que un ganglio inflamado y duro puede responder a una enfermedad más grave.


Actualizado 20 de mayo de 2021 - 18:49 CEST

Cuando notamos en nuestro cuerpo algo extraño, como por ejemplo, un bulto, siempre nos ponemos en lo peor. Sin embargo, la mayoría de estos hallazgos son benignos, puede tratarse, por ejemplo, de un ganglio inflamado a causa de una infección leve. En cualquier caso, lo más aconsejable es que consultemos al médico para que lo valore y decida si es aconsable realizar pruebas diagnósticas para determinar su naturaleza y la causa de esta inflamación. El Dr. Miguel Marcos, Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Málaga nos explica qué son los ganglios y por qué pueden inflamarse. Además, nos hablará de la relación con el cáncer.

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¿Qué son los ganglios?

Los ganglios son estructuras anatómicas normales de menos de un centímetro de diámetro, como pequeñas lentejas, que forman parte del sistema linfático y nervioso. En el caso de los ganglios linfáticos, su función principal es la de recorrer el cuerpo transportando un líquido transparente llamado linfa, cuya función es limpiar y filtrar microorganismos como las bacterias y virus. Además, producen glóbulos blancos como linfocitos y células plasmáticas, encargados de destruir a las sustancias extrañas. De esta manera, su finalidad es la de defender el sistema inmunitario de cada persona.

Se encuentran en forma de racimos, algunos más superficiales se pueden tocar e incluso desplazar. La zona lateral cervical, las ingles, las axilas, los codos o la zona de detrás de las rodillas son áreas donde se pueden palpar.

Aunque la mayoría de los ganglios de nuestro cuerpo son linfáticos, existen otro tipo que son los nerviosos, que se encargan de la transmisión de impulsos eléctricos, conectando el cerebro con los diferentes órganos.

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¿Por qué pueden variar su tamaño?

Como su principal función es la de protegernos a través del sistema inmunitario, los ganglios son muy sensibles y reaccionan ante cualquier cambio o intrusión. De esta manera, cuando nuestros ganglios linfáticos detectan algo extraño, normalmente una infección, los linfocitos se multiplican rápidamente provocando la inflamación típica de los ganglios.

Aunque lo más normal es que la inflamación se deba a una enfermedad inacabada o a una infección normal, como un resfriado, una gripe o una amigdalitis, hay otras causas que pueden provocarlo, como una bajada de defensas por estrés, dormir mal o una alimentación poco equilibrada con falta de nutrientes, infecciones bacterianas o del sistema inmunológico, enfermedades víricas, algunos medicamentos o enfermedades tumorales. Por ello, es recomendable que ante cualquier cambio en los ganglios se visite al especialista para una adecuada revisión.

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Síntomas de gravedad si me noto un ganglio inflamado

Hay algunos síntomas de alarma que pueden hacernos sospechar de una patología más grave, como un ganglio que se endurece y deja de moverse o aumenta de tamaño; si se sitúa encima de la clavícula; o si aparece acompañado de otras patologías, como hepatomegalia o esplenomegalia, que es el crecimiento del tamaño del hígado o del bazo, respectivamente; pérdida de peso; sudoración nocturna; fiebre de larga evolución; dolores generalizados; cansancio; hematomas o palidez.

En esos casos es el doctor quien debe diagnosticar la causa de su crecimiento y descartar enfermedades más graves como el cáncer. Para ello, el especialista realizará un estudio de antecedentes, preguntando al paciente pautas como si ha pasado alguna enfermedad recientemente, cómo ha detectado el ganglio, si ha aparecido poco a poco, dónde se encuentra localizado, si toma medicamentos… para intentar encontrar la posible causa de esa inflamación. Además, realizará un examen físico en el que se palpará la zona en la que se encuentra el ganglio y pedirá una prueba analítica con hemograma y/o pruebas de imagen para diagnosticar o descartar algunas patologías.

En el caso de tener dudas de una enfermedad tumoral, el especialista puede solicitar, además una biopsia del ganglio, en el que se extrae el tejido del ganglio y se analiza para encontrar células tumorales.

Las células cancerosas también pueden propagarse a los ganglios linfáticos desde un cáncer en cualquier parte del cuerpo. Esto se denomina cáncer metastásico. Las células cancerosas pueden desprenderse de un tumor en el cuerpo y trasladarse a una zona de ganglios linfáticos. Esas células pueden acceder al ganglio más cercano al tumor, llamado ganglio centinela, y de allí extenderse.

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