¿Tienes el vientre hinchado por los gases o vas al baño con más frecuencia? Quizá tu flora intestinal está alterada o tu organismo no descompone o absorbe bien algunos nutrientes. ¿Quieres probar si mejoras? Anota esto: enzimas digestivas. Es lo que puede ayudarte a sentirte mejor. Christian Mañas, miembro de la Junta Ejecutiva del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) y dietista-nutricionista te explica por qué puedes necesitarlas.
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¿Qué son las enzimas digestivas?
Las enzimas digestivas son moléculas orgánicas presentes en el tracto gastrointestinal que tienen como principal función acelerar el proceso de ciertas reacciones químicas. Estas son necesarias para poder obtener la energía de los alimentos, ya que el organismo es incapaz per se de absorber moléculas complejas como las grasas presentes en el aceite de oliva virgen extra, los hidratos de carbono de la leche o las proteínas de un trozo de carne.
¿Por qué son necesarias para descomponer los alimentos?
Las macromoléculas presentes en los alimentos (hidratos, proteínas y grasas) son estructuras complejas que requieren de una digestión para ser absorbidas. Para ello entran en juego diferentes mecanismos fisiológicos que van desde la trituración mediante la masticación, la presencia de ácidos en el estómago, la de enzimas en el intestino delgado hasta la presencia de microorganismos en el intestino grueso para aprovechar al máximo los nutrientes que contienen los alimentos.
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¿Podemos carecer de algunas de estas enzimas?
Efectivamente, debido a errores genéticos o problemas en su secreción, hay personas que por ejemplo no producen en cantidad adecuada la encima lactasa. Esto se traduce en una imposibilidad de absorción de la lactosa, ya que este monosacárido no se puede dividir en los dos monosacáridos que lo componen (glucosa y galactosa).
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¿Qué ocurre entonces a nivel gastrointestinal?
En estas personas se producen los síntomas derivados de una intolerancia: pesadez gastrointestinal, gases, dolor abdominal, diarreas… Debemos tener en cuenta que en numerosas ocasiones estos síntomas pueden confundirse con los de una alergia alimentaria. Hay que ser cautos y en caso de padecer alguno de estos síntomas, acudir al médico para establecer el diagnóstico adecuado.
Cómo modificar el déficit de enzima lactasa
Cuando sufrimos este déficit no somos capaces de descomponer la lactosa, el azúcar de la leche, y esto nos puede provocar molestias gastrointestinales, alteraciones en el tránsito, gases, vientre hinchado. Para evitarlo, hay que realizar lo siguiente:
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Modificar la dieta sustituyendo estos alimentos por alimentos de origen vegetal (bebidas vegetales, quesos vegetales, yogures)
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Consumir alimentos con adición de lactasa (productos sin lactosa)
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Modificar el déficit de la enzima fructosa
Otras personas pueden sufrir alteraciones cuando consumen determinadas frutas y verduras. Esto puede ser debido a que sufren intolerancia a la fructosa, es decir, su organismos no absorbe bien este nutriente. No todas las frutas y verduras tienen el mismo tipo de fructosa. En este sentido, lo ideal es observar qué alimentos nos sientan mejor o peor. Podemos, además, seguir una dieta FODMAP, pero siempre de la mano de un nutricionista, ya que este tipo de dieta se debe realizar con asesoramiento y no se debe prolongar en el tiempo.
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Corregir el déficit de lipasa ácida lisosomal
Cuando existe un déficit de esta enzima, se impide la correcta absorción de las grasas. Por ello debemos:
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Realizar una modificación selectiva de la ingesta de lípidos en función de las necesidades.
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Reemplazar la enzima mediante tratamiento farmacológico.
Además, no te olvides de incorporar en tu dieta alimentos ricos en enzimas digestivas como, por ejemplo, frutas como el kiwi o el aguacate, probióticos como el kéfir o el chucrut (artesanal, ya que si está pasteurizado, pierde parte de las enzimas) o verduras como la escarola, los berros, los canónigos o los rabanitos.
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