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Entrenar la mente, clave de un buen rendimiento deportivo, pero también en tu día a día

Nos ayuda a manejar la ansiedad y el estrés


16 de abril de 2021 - 15:11 CEST
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Al igual que entrenamos nuestro cuerpo, podemos entrenar nuestra mente. No son pocas las veces en las que te hemos hablado de los beneficios de mantener nuestra mente activa. Y si hay personas que saben de la importancia de este trabajo mental son los deportistas. Ellos no solo entrenan su cuerpo, vital para conseguir sus objetivos, sino que también intentan mejorar sus capacidades mentales para llegar a cumplir sus expectativas, apuntar a metas plausibles, manejar la ansiedad y el estrés, aumentar la confianza en las habilidades personales y trabajar en la fuerza de voluntad y la pasión, dos pilares del deporte.

 

Y es que, gracias a un correcto y constante entrenamiento mental, es posible desencadenar lo que los expertos de Mundopsicologos denominan flow, o el llamado ‘Trance Agonístico’. ¿Qué es exactamente? “Se trata de ese estado mental y físico en el que el deportista está totalmente involucrado en su acción, en un estado de perfecto equilibrio entre las capacidades propias y las dificultades previstas en la ejecución a realizar”, cuentan los expertos, que sugieren aprender de este método de los deportistas para poder aplicarlo, de esta forma, en nuestra vida diaria. Y es que puede sernos útil a nivel laboral o incluso para la realización de un proyecto personal.

 

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¿Qué es el 'mental training'?

“El mental training es un verdadero entrenamiento psicológico. Es una serie de ejercicios que realizan los deportistas para potenciar sus habilidades mentales. A menudo el logro de los objetivos que nos marcamos, ya sean deportivos o no, se ve obstaculizado por bloqueos mentales, falsas creencias limitantes arraigadas en nuestra mente que no nos permiten dar ese salto fundamental para preparar el camino al éxito”, nos cuentan.

 

La clave es conseguir evitar el fracaso, y entre las principales causas del fracaso están el miedo, expectativas poco realistas, poca fuerza de voluntad, crisis de autoestima, incapacidad para manejar el estrés y las emociones. Lo que es importante es que todo ello se puede resolver. ¿Cómo podemos conseguirlo? Con entrenamiento mental, como decíamos, útil en la vida cotidiana, para aprender cómo manejar los conflictos, el estrés, los malentendidos y cómo trabajar además la motivación, la resiliencia y la planificación de objetivos para lograr que se desencadene el flow.

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Planificar los objetivos y manejar el estrés

Es fundamental, por lo tanto, hacer un plan de objetivos y aprender, sobre todo, a manejar los picos de estrés. “El mental training nos enseña a dividir los objetivos en medibles (perder peso) y no medibles (buena comunicación en el equipo), y según su orientación: orientados a la performance (mejora), orientados al proceso (corrección de métodos de ejecución), orientados al resultado (ganar)”, explican los expertos, que apuntan que gracias a una correcta planificación de los objetivos, podemos prepararnos mejor, trabajando la dinámica de grupo y el manejo del estrés. El mental training armoniza las relaciones entre los miembros del equipo y trabaja en la relajación, la visualización de estrategias, el self talk positivo y la resiliencia.

 

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¿Cómo activar el 'flow'?

Como decíamos antes, el flow también se ha definido como un trance agonístico, por el que el deportista está perfectamente involucrado en la acción deportiva, tanto física como mentalmente. Estamos, por lo tanto, ante un estado de profunda armonía, de unidad entre deportista, rendimiento y objetivos. Así, durante el flow, el nivel de implicación física y mental es tan profundo que incluso pierdes la noción del tiempo. Por lo tanto, todo sucede de forma espontánea y en absoluta conciencia de tus posibilidades.

 

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Cómo alcanzar el 'flow'

Una vez que tenemos claro qué es el estado de flow, hay que intentar saber cómo mantenerlo y poder reactivarlo. Para ello hay que realizar un trabajo de preparación previa. Tal y como nos cuentan desde Mundopsicologos, el flow se compone de 9 dimensiones y es de fácil aplicación fuera del campo deportivo. Son las siguientes:

1. Equilibrio entre desafío y habilidades personales. Percibir este equilibrio es fundamental para evitar tres situaciones desfavorables para lograr el flow: la ansiedad (no sentirse a la altura), el aburrimiento (falta de estímulo) y la apatía (desinterés). La clave para mejorar esta dimensión es mejorar los puntos fuertes, la confianza en uno mismo.

2. Unión de acción y pensamiento. La actividad se desarrolla de forma espontánea, de forma fluida, sin resistencias. Para mejorar esta dimensión, son importantes las técnicas de visualización.

3. Claridad de objetivos. Es vital marcarse metas claras, consistentes y alcanzables. Para ello es vital hacer una planificación de objetivos.

4. Eliminar el miedo al fracaso. Una plena conciencia de la calidad de la actuación de uno asegura que no haya preocupación por el juicio de los demás. Para mejorar esta dimensión, hay que buscar una comunicación efectiva.

5. Eliminar las distracciones. Hay que tener una concentración completa en la tarea, teniendo en cuenta que solo cuenta el ‘aquí y ahora’. Para potenciar esta dimensión, tenemos que trabajar las técnicas de concentración, preparación y reacción al error.

6. Control total. El control total de uno mismo elimina el miedo a perder el control. Para potenciar esta dimensión, se puede trabajar el entrenamiento ideomotor (el que nos hace sentir el movimiento).

7. Disminución de la conciencia de sí mismo. El deportista se fusiona con la actividad y el entorno. Nos olvidamos de nosotros mismos. Para potenciar esta dimensión, es importante trabajar técnicas de relajación y manejo de emociones.

8. Distorsión del tiempo. El tiempo está marcado únicamente por los ritmos de la actividad. Para potenciar esta dimensión, tenemos que buscar un trabajo específico para la disciplina practicada.

9. Experiencia autotélica, teniendo en cuenta que la actividad es un fin en sí misma. La diversión es fundamental para el flow: sentir placer al realizar una actividad independientemente del resultado. Para potenciar esta dimensión, hay que trabajar la motivación intrínseca, poniendo el centro en el aspecto lúdico.

 

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Beneficios en el día a día

Como detallan los expertos, esto que se conoce como el flow necesita diversión para alimentarse. “Se alimenta de la sorpresa continua y del placer de la acción en sí. A continuación, os damos algunos consejos para eliminar el estrés, aprender a creer en nosotros mismos, manejar la ansiedad por la actuación, no temer al fracaso, alcanzar los objetivos marcados, divertirnos, amar lo que hacemos y disfrutar de todos los beneficios del flow en el día a día”, detallan:

- Convertir cada actividad en un juego

- Concentrarse en la actividad, buscando alcanzar un estado de absoluto placer

- Planificar los objetivos

- Apuntar a la línea de meta sin ceder a las distracciones

- Buscar eficacia y no esfuerzo

- No perseguir el éxito a toda costa

- Derrotar la apatía y la tendencia a procrastinar

- Aprender a creer en nosotros mismos

- Escuchar nuestras inclinaciones. Lo que queremos, lo que nos gusta, es probable que también sea lo que mejor hacemos

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