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Erección persistente o priapismo, una secuela dolorosa de la COVID-19

Se trata de una complicación tromboembólica de la infección por el nuevo coronavirus y que puede ser muy grave. Te explicamos qué es y cómo se trata.


Actualizado 6 de abril de 2021 - 18:33 CEST

La erección persistente o, como se conoce médicamente, priapismo, es trastorno grave y muy doloroso. Aunque la mayor parte de los casos se asocian a la administración de medicamentos, se está viendo que algunos pacientes que han contraído la COVID-19 desarrollan esta complicación. Como explica el doctor François Peinado, cirujano urólogo especialista en próstata, enfermedad de Peyronie y medicina sexual, "el priapismo es una erección persistente de duración mayor de cuatro horas que continúa más allá de la estimulación sexual o no está relacionado con ella. La erección puede ser completa o parcial”.

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Pese a que la causa es desconocida en la mayoría de los pacientes, "sí hay múltiples enfermedades que pueden causar esta erección prolongada como son las inyecciones que se ponen en el pene para provocar una erección tanto en el estudio ecográfico doppler del pene como en el tratamiento de la disfunción eréctil que no responde a los tratamientos medicamentosos”, afirma. “Otras causas pueden ser debidas a medicamentos, drogas como la cocaína, enfermedades hematológicas, enfermedades neurológicas o tumorales particularmente el cáncer de vejiga o de próstata”, añade. Y, según se está observando, el coronavirus también podría provocarlo.

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Tipos de priapismo

“Existen dos tipos principales de priapismo: el veno-oclusivo, de bajo flujo o isquémico (es una urgencia urológica), y el arterial, de alto flujo o no isquémico (no es una urgencia urológica). El priapismo denominado recurrente es una variante del veno-oclusivo”, apunta el urólogo.

  • Priapismo veno-oclusivo o de bajo flujo: una vez desarrollado el priapismo isquémico aumenta la presión intracavernosa e impide la entrada del flujo arterial. Esto produce una muerte celular secundaria de los cuerpos cavernosos (una parte del tejido eréctil que se llena de sangre durante la erección, y que está situada en la parte superior del pene) con una disminución severa de la oxigenación y unas reacciones metabólicas perjudiciales para el pene. En la fase final, puede producirse fibrosis de los cuerpos cavernosos con afectación severa de la erección. A las 24 horas ya se observa destrucción endotelial extensa con formación de trombos y a las 48 horas necrosis extensa del tejido cavernoso.
  • Priapismo arterial: es mucho más infrecuente que el veno-oclusivo. Generalmente se produce de forma secundaria a un traumatismo perineal o peneano que provoca una laceración de las arterias del pene con la consiguiente fístula (comunicación directa) a los cuerpos cavernosos permitiendo un flujo arterial contínuo al pene. También puede ser causado tras cirugía del pene.

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Priapismo y coronavirus

Como sabemos, las personas que han sufrido la infección por SARS-CoV-2 tienen riesgo de sufrir trombos, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Pues bien, se ha visto que algunos casos de erección persistente pueden ser la secuela de la COVID-19. De hecho, un grupo de investigadores americanos que están estudiando esta relación han publicado el caso práctico de un paciente que llegó con este síntoma en Miami, Florida. Se trató de un varón de 69 años e historial de obesidad que fue ingresado en Cuidados Intensivos tras una semana con síntomas respiratorios. El paciente experimentó una erección de más de tres horas, y aunque finalmente falleció, se le aplicó un tratamiento con fenilefrina que logró la detumescencia tras 30 minutos de tratamiento.