Cuando hablamos de arritmia cardiaca, nos estamos refiriendo a un trastorno del ritmo del corazón por el que la frecuencia del latido cardíaco es anormalmente baja o alta. “De esta manera nos encontramos con 2 tipos de arritmias: las arritmias 'lentas' o bradicardias, en las que la frecuencia cardíaca es inferior a 50 lpm, y las arritmias 'rápidas' o taquicardias en las que la frecuencia cardíaca es superior a 100 lpm. Más allá de la definición académica, es preciso resaltar que estos puntos de corte de normalidad/anormalidad son discrecionales, esto es: dependiendo de la edad, situación funcional y capacidad de la persona, una frecuencia cardíaca de 45 puede ser normal (por ejemplo en un ciclista entrenado) y una frecuencia cardíaca de 115 lpm también puede ser fisiológica ante una situación de estrés físico o psíquico (sería una taquicardia sinusal, que es una respuesta normal del corazón ante esas situaciones)”, nos explica el doctor Javier Jiménez Candil, Presidente de la Asociación del Ritmo Cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología y Jefe de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Salamanca.
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¿Cuáles son sus síntomas?
Ahora bien, ¿estamos ante una patología asintomática o hay determinadas señales que nos pueden indicar que estamos ante un problema? “Aunque pueden cursar de forma asintomática, y ser diagnosticadas de forma casual, las arritmias en general producen síntomas”, nos cuenta el doctor, que nos los resume a continuación:
“Por simplificar, las arritmias lentas suelen producir síntomas vinculados a una menor llegada de sangre al cerebro (por eso generan con frecuencia mareos o síncopes), mientras que el síntoma más frecuente de las taquicardias son las palpitaciones. Por último, como ambos tipos de arritmias suponen una forma de trabajar del corazón anormal, pueden manifestarse como fatigabilidad o cansancio”, nos detalla. Hay que estar, por lo tanto, alerta ante la presencia de dichos signos.
¿Por qué tenemos arritmias?
Una de las preguntas que nos hacemos es cuáles son las causas que hay detrás de la aparición de una arritmia cardiaca. “El abanico de causas que pueden originar las arritmias es amplio. Por un lado, existen arritmias hereditarias, vinculadas a anomalías genéticas. La mayoría, no obstante, son adquiridas y se deben a diferentes procesos: envejecimiento, enfermedades cardíacas y extracardíacas”, nos detalla el experto.
¿Existen factores de riesgo que predisponen a padecerlas? “En general los factores de riesgo de las enfermedades del corazón son también elementos promotores de arritmias. Factores como la hipertensión, la obesidad, la ingesta de alcohol o la diabetes son reconocidos factores de riesgo de algunas arritmias, como la fibrilación auricular. Es importante recalcar que fidelizarse a hábitos de vida saludables, realizar ejercicio físico con regularidad y evitar el consumo de tóxicos es la mejor forma de prevenir la aparición de muchas arritmias”, sugiere el doctor.
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¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema de salud?
Para que el doctor llegue al diagnóstico de una arritmia, es fundamental realizar un examen médico. “En la mayoría de los casos, los síntomas que el paciente manifiesta llevan a la realización de pruebas diagnósticas. El elemento clave para el diagnóstico de la arritmia es el electrocardiograma: es una herramienta de fácil acceso, barata y que nos ofrece una gran cantidad de información. No sólo permite diagnosticar el tipo de arritmia, sino su mecanismo e incluso la localización del problema en el corazón”, nos detalla el doctor Jiménez Candil sobre el que es el método diagnóstico más directo y certero.
“En ocasiones, cuando el electrocardiograma no es posible realizarlo durante la arritmia, porque son paroxísticas (esto es, aparecen y desparecen), se pueden emplear otras técnicas: desde la toma de pulso por alguien adiestrado, hasta el empleo de apps de dispositivos inteligentes que permiten realizar un trazado del ritmo de forma ambulatoria”, nos cuenta.
Un tratamiento personalizado
Una vez diagnosticada, ¿cuál es el tratamiento y el protocolo que debemos seguir? “Tras el diagnóstico, debe comenzar un proceso clínico que dependerá del tipo de arritmia. El curso clínico ha de iniciarse en el Médico de Familia, quien, en función de la situación clínica del paciente y del tipo de arritmia, derivará a un especialista en Cardiología. El tratamiento específico será individualizado, dependiendo del contexto clínico, y del tipo de arritmia”, nos explica el especialista.
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