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Glaucoma, una enfermedad infradiagnosticada: ¿se puede prevenir la llamada 'ceguera silenciosa'?

Hoy se conmemora el día mundial de esta enfermedad ocular


Actualizado 12 de marzo de 2024 - 12:22 CET

Cada 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad ocular que, según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO), afecta a más de un millón de personas en España y es la segunda causa de la pérdida de visión en el mundo después de las cataratas. Pero hay un dato aún más preocupante: medio millón de españoles que padece glaucoma, lo desconoce, y puede llegar a sufrir baja visión o, en casos más graves, ceguera, si no se detecta y se trata a tiempo esta patología. Es una enfermedad que está muy infradiagnosticada pues solamente cuando la enfermedad está en estado avanzado se aprecian síntomas como la pérdida de campo visual periférico o visión en túnel. Es por este motivo por el que se lo llama el ‘mal silencioso’, pues en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ninguna molestia ni síntoma hasta que se produce una pérdida de visión permanente e irreversible. Así lo confirma el doctor Gonzalo Muñoz, Director Médico de Clínica Baviera, con quien hemos hablado sobre esta enfermedad.

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¿Qué es lo que conocemos como glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico, que es la estructura que se encarga de llevar la información que recoge el ojo hacia el cerebro. Ese nervio está compuesto por pequeñas fibras, como si fuera un cable, y el glaucoma es la enfermedad en la cual esas fibras se van perdiendo poco a poco por una intolerancia a la propia presión intraocular.
Al glaucoma también se le conoce como la ceguera silenciosa; esto a veces es bastante complicado de entender porque es difícil que podamos asumir que un paciente puede llegar a quedarse ciego y no darse cuenta de ello. Esto es así porque la pérdida de visión asociada al glaucoma se produce de forma muy lenta y progresiva, comenzando por la parte más periférica del campo de visión y avanzando rápidamente hacia el centro en etapas evolucionadas de la enfermedad.

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Afecta a más de un millón de personas en España y es la segunda causa de la pérdida de visión en el mundo después de las cataratas.

 

¿Cuáles son las causas de su aparición?

Los mecanismos causantes de esta enfermedad neurodegenerativa no son del todo conocidos. El factor más frecuentemente asociado es una elevación de la presión intraocular. No obstante, aunque la presión intraocular elevada es el factor de riesgo más importante, no siempre está presente en todos los casos de glaucoma y no  todo el mundo con la presión intraocular elevada acabará desarrollando esta grave patología ocular. Las personas con mayor riesgo de padecer glaucoma son las mayores de 60 años, los parientes de pacientes con glaucoma, las personas diabéticas, los pacientes que toman esteroides de manera prolongada y las personas con miopía.

¿Hay personas con más predisposición a tener glaucoma? ¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollarlo?

Cualquier persona a cualquier edad puede padecer glaucoma, sin embargo, las probabilidades aumentan según se van cumpliendo años, de ahí la importancia de revisarse la vista a partir de los 50 años. Y hay que tener en cuenta que, además de la edad, existen una serie de factores de riesgo que pueden predisponer a desarrollarlo tales como, la miopía alta, la hipertensión ocular, tener antecedentes familiares de glaucoma, tener diabetes o hipertensión arterial o haber sufrido un traumatismo ocular. “Dentro de estos factores destaca el aumento de la tensión o presión intraocular”, explica el doctor Dr. Gonzalo Muñoz, director médico de Clínica Baviera, “una tensión ocular normal oscila entre los 12 hasta los 21 mm Hg, aunque la cifra puede variar de una persona a otra. Por encima de los 21 mm Hg es cuando existe riesgo de padecer glaucoma ya que esa alta presión puede causar daños en el nervio óptico. Sin embargo, no todo los casos de glaucoma presentan presiones intraoculares elevadas, por lo que hay que estar muy atentos a los demás factores”, añade. Los grupos que a priori tienen mayor riesgo de padecer glaucoma son los siguientes:

  • Alta presión ocular
  • Antecedentes familiares de glaucoma
  • Padecen alta hipermetropía (glaucoma de ángulo estrecho) o miopía
  • Han sufrido una lesión en el ojo (traumatismo, cirugía previa complicada)
  • Uso prolongado y continuado de esteroides
  • Personas con diabetes, presión alta, migrañas, mala circulación de la sangre u otros problemas de salud que afectan a todo el cuerpo.

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¿Hay síntomas que nos indican que podemos padecerlo?

El glaucoma, en la gran mayoría de los casos, es una enfermedad asintomática hasta fases avanzadas por eso se la conoce como "ceguera silenciosa". La pérdida de visión provocada por el glaucoma se suele producir de forma muy lenta y suele afectar primero a la visión periférica (lateral), llevando finalmente a lo que se conoce como visión de túnel. En las variedades menos frecuentes de glaucoma (ataque agudo de glaucoma) los síntomas pueden llegar a ser severos e incluyen:

  • Visión borrosa.
  • Dolor de ojos y dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Aparición de halos alrededor de las luces brillantes.
  • Pérdida repentina de la visión.

El carácter asintomático de esta dolencia, que es la segunda causa de ceguera en los países industrializados después de las enfermedades de retina, convierte el diagnóstico precoz en fundamental. Por eso es muy importante que las personas de los grupos de riesgo descritos anteriormente se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas. Si la enfermedad se detecta a tiempo y se siguen las pautas del especialista, se puede llegar a frenar la pérdida visual.

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Quien lo padece puede padecer visión borrosa y dolor en los ojos. 

¿Tiene un componente hereditario?

Sí, tal y como comentábamos en los factores de riesgo, el tener antecedentes familiares con glaucoma aumenta las posibilidades de padecerlo. En concreto, el tipo de glaucoma más común, el glaucoma primario de ángulo abierto, es hereditario. Si algún integrante de la familia cercana tiene glaucoma, esa persona presenta un riesgo mayor que el resto de la población.

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¿Se puede prevenir su aparición?

El diagnóstico precoz y comenzar el tratamiento lo antes posible son la clave para frenar el avance del glaucoma. Por esta razón, son tan importantes las revisiones oftalmológicas anuales, especialmente en aquellas personas con factores de riesgo. En el caso de pacientes con riesgo de padecer glaucoma se recomienda realizar un examen oftalmológico completo antes de los 20 años de edad. En el caso de pacientes sin factores de riesgo aparentes, se sugiere realizar un estudio oftalmológico completo antes de los 40 años.

¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema?

La mejor manera de diagnosticar el glaucoma es que el oftalmólogo le realice al paciente un examen ocular completo. Una prueba de glaucoma que sólo mida la presión intraocular no es suficiente para detectar esta patología. Este examen ocular completo para diagnosticar el glaucoma debe incluir, al menos, las siguientes pruebas:

  • Medición de la presión intraocular.
  • Revisión del ángulo de drenaje del ojo.
  • Examen del nervio óptico.
  • Prueba de visión periférica (campimetría).
  • Medición del espesor de la córnea.

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Es fundamental hacerse revisiones periódicas para intentar prevenir los problemas más serios. 

Una vez diagnosticado, ¿cuáles son los pasos a seguir? ¿Cuál es el tratamiento?

Existen diferentes tipos de glaucoma, como el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado, entre otros, y el tratamiento que prescriba el especialista dependerán de las características concretas de la dolencia y del paciente que la sufra, además de en qué momento se le haya diagnosticado la enfermedad y de cómo haya evolucionado. El factor común en todos los tipos de glaucoma es el daño que se produce en el nervio óptico, que suele estar relacionado con una presión intraocular elevada. Por eso, la gran mayoría de los tratamientos están dirigidos a controlar este factor.

En todo caso, debemos tener en cuenta que el daño que produce el glaucoma es irreversible y todos los tratamientos se orientarán a frenar su progresión, ralentizando el deterioro progresivo del nervio óptico y la pérdida del campo visual.

Los principales tratamientos para el glaucoma son:

  • Fármacos en forma de colirio.
  • Láser.
  • Cirugía.

La operación no suele ser la primera opción de tratamiento elegida por los especialistas para abordar los casos de glaucoma, a no ser que el daño en el nervio óptico sea considerable cuando se realiza el diagnóstico. En un primer momento, el oftalmólogo suele tratar de disminuir la presión intraocular recurriendo a los fármacos en forma de colirio. Existen multitud de medicamentos disponibles para tratar el glaucoma y, en caso de que la primera elección no funcione, el médico puede modificar, tanto la dosis y la combinación de fármacos. Cuando el tratamiento con medicamentos no resulta efectivo, los médicos pueden recurrir a tratamientos quirúrgicos. La mayor parte de las operaciones para tratar el glaucoma están orientadas, bien a frenar la producción de humor acuoso, o bien a mejorar el drenaje de ese humor acuoso.

¿Tiene cura el glaucoma?

La pérdida de visión provocada por el glaucoma es irreversible. Sin embargo, si éste se diagnostica a tiempo y se establece un tratamiento adecuado se puede prevenir el avance de la enfermedad y detener la pérdida de campo de visión.